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• El área mediterránea
Sal, oro y esclavos fueron durante siglos los productos básicos y clave
de esta vía comercial que provenía de Ghana (después de Mali y
Songhai), como los mismos que en las restantes rutas transaharianas.
Imperio de Ghana 750-1096 (color ocre), Imperio de Malí 1235-1645 (color amarillo), Imperio
Shangai 1340-1591 (color azul celeste)
En relación con esto tenemos el desequilibrio fundamental,
persistente a lo largo de gran parte del medioevo, entre la
Cristiandad y el mundo Islámico: el flujo de plata hacia el este del
Mediterráneo (a donde llegaban los productos de lujo de Oriente)
facilitó el constante aumento del precio del oro para los europeos. Las
acuñaciones en oro se desarrollaron desde mediados del siglo XIII en
las repúblicas mercantiles italianas (algo que hasta entonces hacía
eficazmente el Imperio Romano de Oriente, Bizancio). Pero ese oro
venía del África subsahariana, a través de rutas controladas por los
musulmanes (puesto que Europa sólo producía plata y no en la
cantidad suficiente)1 . Por lo tanto, desde inicios del siglo XV se hizo
perentorio el acceso directo a las fuentes auríferas para evitar las
pérdidas económicas que suponía el trato a través de los
intermediarios musulmanes norteafricanos. Y estas relaciones
durante el siglo XV estaban teñidas, sobre todo en la zona del
estrecho de Gibraltar, de intercambios pacíficos y actividades
piráticas.
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Desde 1350 Bosnia y Servia aumentaron la producción argentífera, hasta quedar
aisladas por la invasión turca. Las minas centroeuropeas (en Austria, por ejemplo)
se encargaron de quintuplicar la producción hasta la crisis de 1530. Desde entonces
la plata americana comenzó a tener relevancia fundamental.
La clave de todo, según algunos, residió en la necesidad de recuperar
las viejas rutas de contacto entre Oriente y Occidente, al entrar en
decadencia las rutas mongolas (que atravesaban Asia central) y
volverse problemáticas las de los puertos del Levante mediterráneo
(en las actuales Siria, Líbano, Israel y Egipto) como la que iba hasta
Bagdad-golfo Pérsico o la de Alejandría-Mar Rojo, a causa de la
expansión del imperio turco en toda la región. Existía una ruta difusa
en el norte del Atlántico, usada por los pueblos nórdicos (hacia
Groenlandia, y que había llegado presumiblemente a Terranova, en
América) que a principios del siglo XV se cerró por los cambios
climáticos que impidieron la navegación hacia esas regiones. Para
otros (como Cipolla) sencillamente esta expansión es sólo un aspecto
de la tensión entre la expansividad económica europea y el bloqueo
político y militar en que la mantenía el mundo islámico.
Portugueses en la frontera
Carabela y Nao
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Una “feitoría de feitorías”.
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En alusión a la delegación de poder que el rey hacía en el capitán o cabeza visible
de la expedición colonizadora y/o conquistadora, al que se le otorgaba un foral o
documento donde se estipulaban los beneficios mutuos y un marco legal mínimo.
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Factorías.
principios del siglo XV con la llamada “feitoria de Flandres” (en Brujas
y luego en Amberes) pero con la característica de ser más una
delegación de la corona que una institución estrictamente mercantil:
la monarquía creaba así un modelo de intervención y participación en
el comercio a larga distancia a través de sus funcionarios, el feitor, el
tesorero, el escribano, etc. Esto vinculó rápidamente los intereses
políticos a los comerciales. Las feitorías se convirtieron además en
instituciones en evolución permanente, adaptados al papel
estratégico de Lisboa como intermediaria comercial con Occidente.
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Hay toda una avancha de bulas papales y tratados entre Portugal y Castilla para
evitar la guerra y demarcar zonas de influencia: el Tratado de Alcasovas (1479) y el
de Tordesillas (1494).
La carrera hacia la India era el manifiesto de una Europa que optó por
los riesgos de una nueva frontera que exigía innovación tecnológica,
especialización de mercados y diversificación de la organización
económica, todo al mismo tiempo. En cambio, el mundo del Imperio
turco, que había unificado casi todo el mundo islámico, seguía un
modelo antiguo que se limitaba a la conquista militar, sin cambios
estructurales y dependiente del dominio efectivo por la fuerza de
regiones y mercados sometidos.