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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES


PROGRAMA CURRICULAR: DERECHO

TEORÍA Y FILOSOFÍA DEL DERECHO

Código:

ESTUDIANTES: Carolina Amaya Sandoval 617047


Daniela Sofía Garzón Muñoz 617012
Yessica Estefania Romo Mora 617001
Jairo Andrés Realpe Portilla 617080

ANÁLISIS NORMAS Y PRINCIPIOS

El doctrinante del derecho Ronald Dworkin, elabora una diferenciación entre


principios y reglas, estableciendo que las reglas se pueden aplicar en lo
denominado “todo o nada”, en contraste con los principios que presentan algunas
singularidades que no pueden ser inscritas. A estas singularidades o excepciones
no listadas Dworkin las denomina diferencia lógica, agregando en su distinción
que los principios presentan una variación que no tienen las reglas que es: “el
peso”, dicha distinción la denomina Diferencia funcional.

La expresión de que las reglas son aplicables “a todo o nada” quiere decir que si
se establece un hecho que determina la condición de la aplicación de la regla,
entonces pueden preverse si la regla es válida, entonces su consecuencia que
determina debe ser aceptada (todo). Pero, si la regla no es válida, entonces no
ayuda en nada en la decisión (nada). Por lo tanto un funcionario no puede decir o
reconocer una regla válida en un momento dado y al mismo tiempo reconocer la
regla contraria.

Las reglas a su vez, presentan excepciones que pueden ser determinadas, lo cual
dará más precisión al contenido de la regla, a diferencia de los principios que no
buscan determinar las condiciones necesarias de su aplicación , sino que estos
ayudarán a argumentar en cierto sentido u otro , de acuerdo al peso que tenga
cada principio. Esto quiere decir que si un principio no prevalece, esta no es una
condición necesaria para decir que este no forma parte del sistema jurídico. Los
llamados contraejemplos de los principios según Dworkin, no se pueden
considerar excepciones. Además añade, que esto puede ser útil , pero para
formular el peso del principio, pero no para establecer un enunciado más preciso
y completo del principio.
Las normas como los principios, poseen una estructura lógica similar a través de
las relaciones primer enunciado (antecedente) y segundo enunciado
(consecuente), simbolizada generalmente como “condicional o implicación
material”, que solo es falsa cuando el antecedente es verdadero y el consecuente
es falso. En la lógica tradicional se suele simbolizar dicha relación con la conectiva
denominada “condicional o implicación material”, definida semánticamente como
aquella conectiva que, al enlazar dos proposiciones, genera una expresión que
sólo es falsa en caso de que el antecedente es verdadero y el consecuente es
falso.

Dworkin expresa que, si bien esta lógica similar entre reglas y principios indican
un centro de significado común en casi todas las expresiones condicionales,
existen excepciones, en las cuales una condición, adicionada a un grupo de
condiciones que se dan por pretendidas, llevan a la verdad del consecuente. De
manera más abstracta se expresa que si p es verdadero y las llamadas
“condiciones derrotables”, que hace referencia a las excepciones no se dan,
entonces será verdadero q. En cuanto a este punto Dworkin expresa la diferencia
que las normas responden a enunciados condicionales materiales, a diferencia de
los principios que tienen que ser entendidos como enunciados condicionales
derrotables.

La segunda diferencia entre regla y principio, radica en el peso que presentan los
principios y que no se encuentran presentes en las reglas. Es decir, que cuando
tenemos dos principios en colisión, hay que determinar el peso relativo a cada uno
de ellos. Respecto a las reglas en colisión Dworkin afirma que una de esas reglas
no puede ser válida , estableciéndose dicha validez a través de consideraciones
que se encuentran más allá de las reglas, no sin antes determinar las preferencias
al interior de un sistema jurídico según la autoridad, la regla creada con
posterioridad, etc.

Existen casos en donde las norma presenta términos como: “irrazonable”, “justo”,
“negligente”, “injusto” o “significativo”, que funcionan lógicamente como reglas ,
pero sustancialmente como principios. Esto parcializa la aplicación de los
principios que van más allá de la regla, logrando hacerla parecida a un principio ,
pero sin transformarla en el. Dworkin expresa que los principios tienen su
fundamento implícitos en actos de autoridades del pasado , que serian para este
caso los contenidos dentro de la jurisprudencia. Dworkin supone que en los casos
difíciles los juristas razonan o discuten sobre derechos y obligaciones jurídicas
apelando a principios y que el positivismo jurídico no explica esta característica del
razonamiento judicial, sin renunciar a sus tesis básicas.
Finalmente se expresa la división del positivismo, de acuerdo a la posición que
asumen respecto de la incorporación de los principios de moralidad como
condición de validez jurídica, en donde se encuentra el Positivismo Jurídico
Excluyente, no incorporacionista o duro afirma que “los principios adquieren su
validez jurídica de la misma forma que se hace con las reglas, esto es a través de
los criterios que estable la regla de reconocimiento” y el positivismo jurídico
incluyente, incorporacionista o blando, avalan “que la regla de reconocimiento
puede incluir principios de la misma manera que reglas y difieren en la forma en
que la entienden el impacto de esta inclusión. Las condiciones de validez de un
sistema jurídico quedan establecidas de dos maneras: algunas pautas pertenecen
al sistema por su origen y otras por sus contenidos morales.” 1

CASO DE APLICACIÓN

El siguiente caso se va a evidenciar una diferenciación, que para Dworkin y en


relación con los principios seria una relación de peso, en donde los principios que
están sopesados serían: Los principios de Autonomía de las entidades territoriales
y el principio constitucional según el cual Colombia se organiza en república
unitaria contenido en el artículo numero uno de la Constitución Política de
Colombia.

SENTENCIA C- 232 de 1998 (fragmentos):

“En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, los ciudadanos Carlos


German Farfan Patiño y Libardo Cajamarca Castro promovieron ante la Corte
Constitucional, demanda contra el artículo 66 de la Ley 383 de 1997. "Artículo 66-
Administración y Control. Los municipios y distritos, para efectos de las
declaraciones tributarias y los procesos de fiscalización, liquidación oficial,
imposición de sanciones, discusión y cobro relacionados con los impuestos
administrados por ellos, aplicarán los procedimientos establecidos en el Estatuto
Tributario para los impuestos de orden nacional".

Solicitan que se declare la inconstitucionalidad de la disposición demandada, por


cuanto ésta no puede remitir declaraciones tributarias, procesos de fiscalización,
liquidación oficial, imposición de sanciones, discusión y cobro de impuestos del
orden municipal y distrital, a procedimientos tributarios aplicables a los impuestos
y tributos de orden nacional, toda vez que la Ley 383 de 1997 no puede
constituirse en un precepto de carácter especial, por cuanto los municipios y
distritos tienen normas tributarias y de procedimiento fijadas por los Concejos,
mediante acuerdos específicos a cada tributo. Por lo tanto, la remisión que hizo el
artículo 66 acusado es contraria a lo establecido en los artículos 319, 322 y 328 de

1
PEÑA AYAZO, Jairo Ivan y BONORINO, Pablo Raúl. Filosofía del Derecho. 2 A EDICIÓN AUMENTADA. Consejo
Superior de la Judicatura. Sala Administrativa. Escuela Judicial “Rodrigo Lara Bonilla”. Unibiblos.
Bogotá,Colombia. 2006.
la Constitución, pues ésta no se puede considerar ley especial de carácter
tributario para los municipios y distritos.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

De la autonomía en materia tributaria de las entidades territoriales

En cuanto a la autonomía de que gozan las entidades territoriales, dispone el


artículo 287 de la Carta Política que las entidades territoriales gozan de autonomía
para la gestión de sus intereses, dentro de los límites de la Constitución y la ley;
dicha autonomía les confiere ciertos derechos, como gobernarse por autoridades
propias, ejercer las competencias que les correspondan, administrar los recursos y
establecer los tributos necesarios para el cumplimiento de sus funciones y
participar en las rentas nacionales.

Es evidente que, como lo dispone la norma citada, dicha autonomía se encuentra


limitada por los mandatos constitucionales y legales, o sea, que no se trata de una
autonomía en términos absolutos, pues aquella en ningún momento puede
concebirse al margen del concepto de unidad que armoniza los intereses
nacionales con los de las entidades territoriales.

En relación con el principio de la autonomía de las entidades territoriales, cabe


reiterar aquí la jurisprudencia de la Corporación, la cual ha señalado que ella no es
absoluta, por cuanto está subordinada a la Constitución y a la ley. En efecto, en la
sentencia No. C-335 de 1996 (MP. Dr. Jorge Arango Mejía), se expresó lo
siguiente:

"En materia tributaria, la autonomía de los departamentos y municipios está


limitada por la Constitución y la ley. Según el artículo 287 de la Constitución, "las
entidades territoriales gozan de autonomía para la gestión de sus intereses, y
dentro de los límites de la Constitución y la ley".

"En conclusión, esta Corte considera que la introducción del concepto de


autonomía, que implica un cambio sustancial en las relaciones centro-periferia,
debe en todo caso ser entendida dentro del marco general del Estado unitario. De
esta forma, a la ley corresponderá definir y defender los intereses nacionales, y
para ello puede intervenir en los asuntos locales, siempre que no se trate de
materias de competencia exclusiva de las entidades territoriales. En cualquier
caso, hay que tener en cuenta que de lo que se trata es de armonizar los distintos
intereses, y no simplemente de delimitarlos y separarlos. Por esto, generalmente
las competencias que se ejercen en los distintos niveles territoriales no son
excluyentes..."

Sentencia No. C-070/94 : "La actuación del legislador se explica pues, como esta
Corporación ha tenido oportunidad de definirlo, en razón a que en la Carta de
1991 la facultad impositiva de las entidades territoriales continúa supeditada a la
ley, a pesar de haberse incrementado notablemente. En esas condiciones, el
legislador continúa teniendo la obligación constitucional de proveer a las entidades
territoriales el marco normativo para que éstas ejerzan su potestad impositiva".

Sentencia No. C-084/95: "Un análisis sistemático de las normas constitucionales


muestra entonces que el PRINCIPIO DE LEGALIDAD rige en el campo tributario,
por lo cual las entidades territoriales, si bien pueden imponer contribuciones, no
son soberanas fiscalmente, ya que deben respetar los marcos establecidos por el
Legislador.

"La Corte no puede sino reiterar el criterio según el cual las leyes que autorizan la
creación de tributos por entidades territoriales pueden ser generales . Por
consiguiente, es conforme con la Constitución que las asambleas y los concejos
fijen, dentro de los marcos establecidos por la ley, los elementos constitutivos del
tributo."

Sentencia No. C-222/95: Si bien encuentra límites y restricciones que se


desprenden del mismo texto constitucional, la atribución de legislar en materia
tributaria, principalmente encomendada al Congreso de la República, es lo
bastante amplia y discrecional como para permitirle fijar los elementos básicos de
cada gravamen atendiendo a una política tributaria que el mismo legislador señala,
siguiendo su propia evaluación, sus criterios y sus orientaciones en torno a las
mejores conveniencias de la economía y de la actividad estatal. Así, mientras las
normas que al respecto establezca no se opongan a los mandatos
constitucionales, debe reconocerse como principio el de la autonomía legislativa
para crear, modificar y eliminar impuestos, tasas y contribuciones nacionales, así
como para regular todo lo pertinente al tiempo de su vigencia, los sujetos activos y
pasivos, los hechos y las bases gravables, las tarifas y las formas de cobro y
recaudo. No puede sindicarse al legislador de vulnerar la Carta Política por el
hecho de decretar la extinción de un impuesto, ni tampoco por unificar dos o más
de los tributos pre-existentes, basado en consideraciones de conveniencia u
oportunidad que encuadran dentro de la atribución que le es propia."

Con fundamento en las normas constitucionales y legales, y siguiendo los


lineamientos jurisprudenciales establecidos por esta Corporación en relación con
la autonomía de las entidades territoriales en materia tributaria, y a los que se ha
hecho referencia con anterioridad, estima la Corte que el cargo es improcedente.

En efecto, la aplicación de las normas procedimentales establecidas en el Estatuto


Tributario para los impuestos del orden nacional a las entidades territoriales, tiene
como finalidad la unificación a nivel nacional del régimen procedimental, lo cual no
excluye las reglamentaciones expedidas por las Asambleas Departamentales y
por los Concejos Distritales y Municipales en relación con los tributos y
contribuciones que ellos administran, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 300 y 313 de la Carta.

Ello al contrario de lo afirmado por los demandantes, constituye cabal desarrollo y


concreción de uno de los principios constitucionales (preámbulo y artículo 1o.),
según el cual Colombia se organiza en forma de República unitaria, por lo que la
autonomía no puede realizarse por fuera de la organización unitaria del Estado.
Por lo tanto se procede a declarar EXEQUIBLE el artículo 66 de la Ley 383 de
1997.”2

PREGUNTAS:

1. ¿Teniendo en cuenta a Dworkin cuando expresa que: “cuando dos


principios colisionan en el interior de un sistema jurídico y frente a una
cuestión determinada, quien deba resolver el conflicto tiene que tener en
cuenta el peso relativo de cada uno de ellos, aunque su determinación no
pueda realizarse con precisión y siempre se mantenga como una cuestión
controvertida, ¿Dicho carácter controversial , no estaría poniendo en duda
la aplicación de los principios como consideraciones extrajurídicas?

2. ¿Que consecuencias traería al sistema jurídico, si consideramos que las


reglas que tienen en su formulación , términos como “irrazonable”, “justo”,
“negligente”, etc, que funcionan como reglas , pero en su esencia como
principios, se los transforma en principios?

2
Sentencias Corte Constitucional: Link: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=4186.
Recuperado: Jueves, 21 de Abril de 2011.

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