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Administracia3n y Gestia3n de P Palladino Enriqueauthor
Administracia3n y Gestia3n de P Palladino Enriqueauthor
Novedades
Administración y gestión
de proyectos
ESPACIO
EDITORIAL
Buenos Aires
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Palladino, Enrique
Administración y gestión de proyectos. - 1a ed. - Ciudad Autónoma
de Buenos Aires : Espacio Editorial, 2014.
160 p. ; 16x23 cm. - (Ciencias sociales)
ISBN 978-950-802-376-6
ESPACIO
EDITORIAL
editora - distribuidora
importadora - exportadora
Simón Bolívar 547, 3º p. Of. 1
(C 1066 AAK)
Ciudad Autónoma Buenos Aires
Tel.: (011) 4331-1945
E-mail:
espacioedit@fibertel.com.ar
www.espacioeditorial.com.ar
Corrección: Ernesto
Gutierrez
Diseño de tapa: [estudio dos]
comunicación visual
Composición y armado tipográfico: [estudio dos] comunicación visual
Coordinación y Producción Editorial: Osvaldo Dubini
ISBN 978-950-802-376-6
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A mis nietas Victoria y Carolina
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Prólogo
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Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 1: La
administración
CAPÍTULO 1
La administración
1. Definiciones de
administración
Estamos asistiendo a un tiempo en que la ética o moral social se
incluye en todas las actividades humanas y científicas. En el ámbito de
la administración de las organizaciones e instituciones se vislumbra el
mismo fenómeno.
Ya no es suficiente que una compañía lleve a cabo sus negocios
tranquilamente, sin mentir y sin violar ninguna ley, vendiendo lo que la
gente quiere y logrando ganancias. Esto está muy pasado de moda.
Hoy en día todas las compañías, pero particularmente las más gran-
des, son presionadas por todos los frentes para preocuparse cada vez
menos por las ganancias y más por ser socialmente responsables.
De manera quizá sorprendente, estas demandas han logrado una
respuesta voluntaria, si no ávida, en las salas de directorio de todo el
mundo. Ahora, en cuanto se presenta una oportunidad, las compañías
rinden una elaborada obediencia a los principios de la responsabilidad
social corporativa. Tienen funcionarios, consultores, departamentos e
iniciativas de responsabilidad social corporativa incorporadas por to-
das partes.
Las prácticas que los CEO1 progresistas e interesados mencio-
nan al hablar en conferencias de RSC2 vienen de todas maneras y en
todo discurso. Trata bien a tus empleados, incentiva la lealtad entre
tus clientes y proveedores, evita invertir en industrias “no éticas” o en
países donde a los trabajadores se les pagan bajos salarios o se les
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Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 1: La administración
2. Benevolencia
perniciosa
Desafortunadamente, la caridad impura no es lo peor que surge
de la responsabilidad social corporativa. Por ejemplo, a nombre de una
conducta social responsable, y además para evitar críticas embara-
zosas de ONGs (organizaciones no gubernamentales) anticomercio y
ganarse el favor de consumidores mal informados, algunas empresas
multinacionales han retirado con mucho orgullo inversiones en países
en desarrollo donde las prácticas laborales están muy por debajo de
los estándares occidentales.
Este es un tipo de benevolencia perniciosa, por las razones ya
mencionadas, pero además daña a las personas a las que supuesta-
mente ayuda: la gente de los países pobres, que se hubieran benefi-
ciado del empleo con sueldos más elevados que el promedio, o de los
efectos secundarios sobre la inversión interna.
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Administración y gestión de proyectos
3. La participación en la
gestión
El reconocimiento de la participación en las culturas y en las so-
ciedades occidentales, en conjunción con una mayor conciencia acer-
ca de los beneficios de la vida democrática, genera en los sujetos la
necesidad de intervenir en los diseños, organización y evaluación de
los proyectos en que se ven involucrados. Esto implica la necesidad de
potenciar la participación en las organizaciones e instituciones.
La palabra participar viene del latín participare; significa tomar uno
parte en una cosa, compartir ideas o cosas con otras personas. La
participación implica la colaboración activa de todas las personas que
intervienen en una organización independientemente de las jerarquías
o estatus o roles que se desempeñen.
Las empresas, organizaciones e instituciones requieren mejora-
miento de la calidad de los productos o de los servicios que ofertan.
Este condicionamiento es creciente no sólo en el sistema productivo,
sino también en el financiero, comercial o en cualquier otro ámbito,
como los sociales o educativos.
En el caso del sistema educativo, la participación compromete la
contribución de todos los actores de acuerdo con los ciclos educacio-
nales (inicial, primaria, media, superior) en la planificación, gestión, de-
sarrollo y evaluación del proceso educacional y de todos los elementos
personales que intervienen en dicho proceso.
Se puede por una parte considerar cómo y en qué medida o gra-
do participan los diferentes integrantes de los diferentes niveles or-
ganizacionales del sistema educativo: a) los organismos encargados
de gestionar la política educativa (ministerios) y la planificación gene-
ral, incluida la labor legislativa; b) los organismos intermedios, de los
cuales forman parte los inspectores y supervisores de la enseñanza,
y c) a nivel de establecimiento educacional, el director y los docen-
tes; el primero encargado de la gestión y los segundos, implicados en
la interpretación y adecuación de los contenidos de enseñanza, así
como la transmisión directa de los contenidos, al grupo concreto del
que se ocupan. Por último y en este nivel se encuentran los alumnos,
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Capítulo 1: La administración
4. El sujeto como
participante
La mejor manera de incentivar a las personas a participar del tra-
bajo en las organizaciones o instituciones de manera inteligente, crea-
tiva y solidaria es estimularlos a aportar su esfuerzo cooperativo en
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Administración y gestión de proyectos
5. Teoría de la
participación
Las organizaciones siempre estuvieron compuestas por perso-
nas que se ubican tanto en los niveles de la planificación y la toma de
decisiones como en la evaluación. La necesidad de la participación
es inherente si se tiene en cuenta que no puede haber organización
que no tenga sujetos en su composición, porque son productos cul-
turales.
Las actuales exigencias organizacionales de creciente exigencia
de cotas cada vez mayores de eficacia y eficiencia obligan a la bús-
queda de los factores que en mayor medida determinan los resultados:
entre ellos, hoy figura un lugar privilegiado la intervención calificada y
solidaria de los sujetos que constituyen la organización.
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Capítulo 1: La administración
6. Requisitos de la
participación
Para que se produzca una genuina participación –las personas
son un insumo esencial–, deberían cumplirse los siguientes requisitos:
• El grupo debe estar conformado por sujetos que tengan intereses
en común, lo cual supone que los miembros que componen el
mis- mo intervienen de manera activa.
• Los sujetos están dispuestos a lograr en conjunto determinadas
metas u objetivos.
• El logro de las metas u objetivos se integran en un proyecto en
común.
• La actitud de los sujetos comprometidos en dicho proyecto com-
partido asume los valores de respeto, tolerancia, pluralismo ideo-
lógico, libertad en las ideas o lo que se denomina un clima organi-
zacional de cultura participativa.
• La división de tareas para el logro de las metas deriva en que
cada
uno es responsable de las mismas.
• Las decisiones del grupo se deberían tomar con la colaboración de
todos los integrantes del grupo.
• Debe existir un marco de gratificación individualizada que recom-
pense los esfuerzos individuales y que permita una estructuración
espontánea y solidaria del grupo.
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Administración y gestión de proyectos
7. La ausencia de
participación
Las posibles causas de no participación en las organizaciones po-
drían ser:
• La estructura de la organización formal es de tipo piramidal o con
un esquema de estamentos rígidos autoritarios.
• La actitud paternalista o autoritaria del directivo.
• Los controles administrativos no son adecuados.
• La falta de preparación de los sujetos para la participación.
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Capítulo 1: La administración
9. La participación basada en
estímulos
Una forma de comportarse el sujeto en la organización superando
la subordinación pasiva es que se convierta en un ser que no se inhiba
sino que participe activamente como miembro de la misma. Por otra
parte, esta participación del sujeto tiene muchos grados hasta llegar a
la plena incorporación en la que en todo momento la dirección cuente
con las iniciativas de cada uno de los integrantes.
Un primer grado de participación consistiría en conseguir que la
persona desee realizar lo decidido por la organización, se trataría de
averiguar la forma de lograr esta participación aun cuando los valores,
actitudes, expectativas de este sujeto no coincidan con los que ha de-
cidido la dirección. Aquí se intentaría hacerlo compatible.
Todo el mecanismo tendiente a conseguir este tipo de participación
por parte de los miembros de la organización se identifica con lo que
en psicología se denomina incentivación, motivación, es decir, averiguar
cuáles son los motivos por los cuales una persona actúa y estimularlos.
La motivación es una cuestión muy compleja. En psicología labo-
ral se la considera como un fenómeno muy complejo en sí
mismo y sería la respuesta a una serie de preguntas que se plantean
en torno de la conducta humana:
• ¿Cuál es el motor que impulsa la conducta humana?
• ¿Cómo se comportan los hombres en las organizaciones formales
y por qué actúan de una forma concreta?
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Capítulo 1: La administración
10.
Democratización
El principio político de la democratización puede ser interpretado
desde una vertiente dinámica, como un proceso para la consecución
de unos objetivos de organización social: objetivos que estarán por
tanto sujetos a evolución y reformulación continuos.
Puede ser considerado también como un estado o situación de
hecho de la organización social, del modelo de relaciones sociales,
en un momento histórico del desarrollo de la sociedad de que se trate.
En la primera consideración se manifiesta como la puesta en ac-
ción del supuesto básico de la igualdad de todos los integrantes de
una determinada comunidad para llevar a cado una participación pre-
dominante –directa o de modo representativo– en los asuntos públicos
y todo ello en un marco de concurrencia de criterios y de opiniones
sujetos a una continua discordancia.
En el segundo aspecto, como situación de hecho de la organi-
zación social comunitaria, la democratización supone la asunción y
resolución por el pueblo de los conflictos y oposiciones comunitarios
(políticos, sociales, económicos, culturales) por medio de su directa
intervención a través de mecanismos y cauces políticos. Esta demo-
cratización puede operar en dos niveles:
a) El primero viene dado cuando la democratización afecta al Esta-
do, a sus instituciones y poderes (ejecutivo, legislativo y judicial);
suele hablarse en este caso de democratización general del Esta-
do. Esta democratización, como principio general, posibilita a cada
uno de los ciudadanos su efectiva participación, mediante su voto
y/o como elegible, en la gestión, dirección y funcionamiento del
conjunto mencionado aparato estatal y sus instituciones.
b) Como directamente surgido de lo señalado precedentemente, se
produce una democratización de los grupos formalizados y de las
instituciones tanto privadas como públicas, que desarrollan su ac-
tividad en el seno de la sociedad y/o del Estado. Esta democrati-
zación podría afectar a las empresas, a los partidos políticos, a los
sistemas y subsistemas sociales; por ejemplo, al sistema educati-
vo, a la escuela, los organismos públicos y las empresas privadas.
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Administración y gestión de proyectos
Democratización de la educación
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Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 1: La administración
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Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 2: Administración y gestión de
proyectos
CAPITULO 2
Administración y gestión de
proyectos
1. Algunos conceptos
La administración y gestión de proyectos ha existido desde tiempos
muy antiguos, históricamente relacionada con proyectos de ingeniería de
construcción de obras civiles (como los proyectos de ingeniería hidráulica
en Mesopotamia, donde entraban en juego la logística o la creación de
equipos de trabajo, con sus categorías profesionales definidas, o la
cultura ingenieril desarrollada por el Imperio Romano, donde aparece el
control de costes y tiempos y la aplicación de soluciones normalizadas,
como por ejemplo en la construcción de una calzada, y en “campañas
militares”, donde también entran en juego muchos elementos de gestión
(identificación de objetivos, gestión de recursos humanos, logística,
identificación de riesgos, financia- ción, etc.). Pero es a partir de la
Segunda Guerra Mundial cuando el avance de estas técnicas desde el
punto de vista profesional han transformado la administración por
proyectos en una disciplina de investigación.
Se puede definir proyecto como un conjunto de actividades interde-
pendientes orientadas a un fin específico, con una duración predetermi-
nada. Completar con éxito el proyecto significa cumplir con los objetivos
dentro de las especificaciones técnicas, de costo y de plazo de termi-
nación. A un conjunto de proyectos orientados a un objetivo superior se
lo denomina programa, y un conjunto de programas constituye un plan,
como corresponde generalmente a los grandes Planes Nacionales.
Todo proyecto1 tiene tres facetas o aspectos diferentes que es ne-
cesario armonizar para la consecución del resultado deseado:
CLIENTE
PROYECTO
“KNOW-HOW” TÉCNICO
CONSECUCIÓN TÉCNICA
INGENIERÍA
FABRICACIÓN
MONTAJE
PRUEBAS
CONSTRUCCIÓN
REALIZACIÓN
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Capítulo 2: Administración y gestión de proyectos
ETAPAS DE UN PROYECTO
Tiempo
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Capítulo 2: Administración y gestión de
proyectos
29
Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 2: Administración y gestión de proyectos
6. Información.
7. Control.
2. Aportes de la
planificación
Planificar evita en primer lugar la improvisación y por lo tanto la
incidencia negativa del azar y de la incertidumbre. Por otra parte no es
posible realizar un proyecto con tal grado de irresolución que no permi-
ta orientar los fines y objetivos del mismo.
En segundo lugar la planificación posibilita ahorro de energía y
esfuerzo, porque con la claridad de las metas, la consideración de los
medios y con un correcto diagnóstico, se dirigen las acciones de modo
racional, y efectuando ahorro de esfuerzos en función del contexto.
En tercer lugar, la planificación hace realidad la revisión perma-
nente de los proyectos y de cada una de las etapas de los mismos.
Esto se señala para evitar caer en el sentido inflexible o patológico
de la planificación, que en el pasado se la percibía como un esquema
inflexible e inmodificable. La denominada planificación por objetivos,
ataba a los miembros de la organización de manera rígida como aquel
miriñaque que ligaba a las mujeres en la época de la colonia.
La mayor parte de los directivos de empresas e instituciones u
organizaciones tienen planificaciones a corto, mediano y largo plazo
que les permiten considerar proyectos ambiciosos, sin perder el norte
de las finalidades institucionales u organizacionales.
La planificación permite no solamente una mejora cuantitativa en
la evaluación de los resultados o productos o servicios, sino que ade-
más hace posible una clara visualización cualitativa de las tareas o
actividades.
Fases de la planificación
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Administración y gestión de proyectos
pas o fases. Por ello la elección del término fases como aspectos que,
si bien se ordenan, no implican una relación rígida. En cada uno de los
momentos del proceso se van haciendo realidad los proyectos desde
el momento de la diagnosis hasta el de la evaluación.
En el momento de plantearse una planificación, lo primero que
debería hacerse es tener en cuenta la situación real de la cual se
parte. De nada vale idealizar las circunstancias, negar los puntos o
aspectos negativos, sobrevalorar los datos o tomar como punto de
referencia as- pectos no significativos al proyecto. Por estas razones,
la fase inicial de una planificación adecuada requiere de un estudio
minucioso, analítico y detallado de cada uno de los elementos que
componen la realidad en la que se está inmerso.
Las fases son las siguientes:
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Capítulo 2: Administración y gestión de proyectos
g)Evaluación. Esta es una fase que tiene que estar desde el mo-
mento del diagnóstico, porque la evaluación debe ser constante y en
cada una de las etapas del desarrollo.
La evaluación posibilita realizar ajustes, coordinar elementos,
efectuar un seguimiento del proyecto. Asimismo permite lograr conti-
nuidad con cada uno de los actores y responsables del proyecto.
La evaluación periódica de la instrumentación de los proyectos
permite que se eviten disfunciones o falta de coherencia entre lo pro-
yectado y lo ejecutado.
Una vez que el proyecto ha concluido también debe ser evaluado,
para visualizar los resultados o productos cualitativos y cuantitativos –de
acuerdo con el tipo de proyecto–, plantear nuevas propuestas para la
consecu- ción de los fines y replantear nuevos proyectos.
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Capítulo 3: Elaboración de proyectos de
investigación
CAPITULO 3
Elaboración de proyectos de
investigación
1. Investigación científica
La actividad básica de las ciencias es la investigación. Esta afirma-
ción puede parecer extraña, porque muchas veces tenemos la idea de
que la ciencia se concentra en la actividad de transmitir conocimientos,
pero el aspecto fundamental, además de la docencia, es la generación
de conocimientos. Asimismo se piensa que la producción de conoci-
mientos consiste en un acto intrínsecamente teórico, de carácter sola-
mente lógico, distante de toda vinculación con la práctica y la ideología.
Las ciencias sociales poseen, junto a otras cosas que tienen en
común con las ciencias naturales, paradigmas metodológicos propios.
No es que hay una impermeabilidad entre los dos campos, sino una
autonomía relativa, lo cual permite tanto propuestas metodológicas
propias como una saludable comunicabilidad.
La ideología no es un sistema cualquiera de creencias, o una
simple división del mundo, o un poblado de ideas, sino que el término
designa un campo específico de ideas o sea aquellas cargadas de
justificación política dentro del marco de dominación vigente. Por este
motivo en el campo de la investigación, los temas (en cualquier ciencia)
están deter- minados por la ideología dominante. No se investiga lo
que el científico quiera, sino los determinantes ideológicos que están en
el poder y por lo tanto apoyan económicamente aquellos temas que
son del interés para el poder. Es imposible investigar sin recursos
económicos. Estos pueden depender de los apoyos del poder político
que subvenciona a través de organismos como el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas o institutos de investigación
universitarios que dependen de la ideología de los académicos, y éstos
están en esos cargos que viabilizan o no una investigación según la
ideología dominante. Las investigacio- nes subvencionadas por
particulares, de hecho, responden al aparato ideológico de las
organizaciones que sostienen las mismas.
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Administración y gestión de proyectos
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Administración y gestión de proyectos
2. Investigación
empírica
Es la investigación más usual en las ciencias sociales y ha pasado
a monopolizar el significado de la investigación, como si fuera la única
manera de descubrir la realidad. Se caracteriza por la experimentación
en la realidad, recurriendo a todas las técnicas de recolección, medi-
ción y manipulación de datos y de hechos. Participa de la visión según
la cual el carácter científico pasa por la prueba de la realidad empírica
observable. Da preferencia a los procesos de cuantificación y de me-
dición, lo cual le confiere no solamente el carácter de una propuesta
probada, sino también la capacidad de ser útil, porque se traduce en
forma operacional concreta.
Es imposible negar los méritos de la investigación empírica. En
cierta medida ha sido una manera de oponerse a la tendencia especu-
lativa de las ciencias sociales, muy dadas a teorizaciones exageradas
y subjetivistas. Lo que se estudia empíricamente está por lo menos
dentro de la realidad observable, aun cuando pueda ser irrelevante
desde el punto de vista social. Registrar datos, interpretar hechos, ela-
borar estadísticas son actividades del científico social, que pueden ser
instrumentos de gran valor para sus análisis. El tratamiento de la rea-
lidad empírica ha enriquecido el repertorio de los análisis, desde los
comportamientos más formales de la observación objetiva y a distan-
cia, hasta la observación participante.
La utilización de computadoras ha posibilitado grandes avances, así
como la formación de bancos de datos, que hacen posible el
seguimien- to de los fenómenos a lo largo del tiempo, en forma
bastante controlada. Son muy conocidos los indicadores de ciertos
aspectos de la realidad como lo económicos (renta per cápita),
psicológicos (cociente intelec- tual), educacionales (tasa
escolarización, de analfabetismo, etc.), sani- tarios (mortalidad infantil,
expectativa de vida, etc.) y así sucesivamente.
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Capítulo 3: Elaboración de proyectos de investigación
3. Investigación
práctica
La investigación práctica contiene elementos de la empírica, por
lo menos en el sentido de la prueba de la realidad concreta, pero va
mucho más lejos en lo referente al concepto de práctica, que es siem-
pre político e ideológico. No se trata de cualquier práctica, porque la
generalización excesiva le quitaría especificidad.
Las ciencias sociales están vinculadas con el fenómeno político.
Desempeñan la función marcadamente legitimadora de los grupos domi-
nantes, en la medida en que motivan la formación de una élite
intelectual capaz de crear y manipular ideologías al servicio de los
poderosos.
La investigación participante puede ubicarse en este ámbito de
la investigación práctica, como aspecto fundamental. La investigación
participante busca la identificación entre el sujeto y el objeto. La pobla-
ción estudiada es motivada para participar en la investigación como
sujeto activo, creando conocimiento e interviniendo en la propia rea-
lidad. La investigación se torna instrumento, en el sentido que hace
posible que la comunidad asuma su propio destino. El investigador que
viene de afuera debe identificarse ideológicamente con la comunidad,
asumiendo su propuesta política, al servicio de la cual se pone la in-
vestigación.
Sin embargo, es posible caer en el exceso de investigación parti-
cipante, cayendo en la banalización con investigadores mal formados,
sin base teórica y metodológica, y sin condiciones para llevar a cabo la
menor prueba empírica.
Por otra parte, la investigación puede ser instrumento importan-
te de algunos procesos participativos, pero no es condición absolu-
ta. Aun cuando pudiésemos demostrar que todo proceso participativo
trae aparejado algún descubrimiento de la realidad, la investigación
es mucho más que eso. Y también vale lo contrario: no es preciso que
toda investigación implique participación en sentido ideológico-político.
Habrá momentos en los que el distanciamiento ideológico, incluso por
razones políticas, será deseable, a fin de que la intervención esté más
basada en la realidad.
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Administración y gestión de proyectos
I. El problema
Lo primero que hay que tener claro es qué nos interesa es cono-
cer, a saber, qué será investigado: por qué, para qué, cuál es el mérito
o la importancia del hecho o del fenómeno a investigar. Si la investi-
gación a llevarse a cabo tiene criterios de prioridad, de novedad, de
oportunidad o de conformismo.
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Capítulo 3: Elaboración de proyectos de investigación
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Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 3: Elaboración de proyectos de investigación
III. Metodología
b) Recolección de la información.
Tener en cuenta que la información no siempre tiene utilidad para
el trabajo de investigación. Debe seleccionar qué sirve de una entrevis-
ta, de un artículo de una revista científica, de un libro, de una
encuesta, de una observación, de un comentario ya sea radial, textual
o de otra índole.
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Capítulo 3: Elaboración de proyectos de investigación
a) Recursos humanos.
Relacionar las personas que participarán: asesores, equipo de re-
colección de datos, etc., especificando la calificación profesional y las
tareas que realizarán en la investigación.
b) Recursos económicos.
Se debe presentar un cuadro con los costos del proyecto indican-
do las diferentes fuentes, si existen, y discriminando la cuantía de cada
aspecto de la investigación.
Presentar un cronograma financiero que cubra todo el
desarrollo
del proyecto.
c) Cronograma.
Es un plan de actividades, que muestra la duración del proceso de
investigación. El tipo de cronograma recomendado para presentar el plan
de actividades que orienten un trabajo de investigación es el de Gantt.
Las actividades aquí indicadas no son definitivas. La especificación de las
actividades depende del tipo de estudio que se desea realizar.
CRONOGRAMA
ACTIVIDADES TIEMPO
1. – ASESORAMIENTO EN METODOLOGÍA DE LA
INVESTIGACIÓN Y EN EL TEMA DE
INVESTIGACIÓN
2. – DISEÑO Y ELABORACIÓN DE LAS ENCUESTAS
3. – OBSERVACIONES DE CAMPO
4. – APLICACIONES DEL PROYECTO
5. – ENTREVISTAS Y APLICACIÓN DE ENCUESTAS
6. – PROYECTO Y DISEÑO EXPERIMENTAL
O INVESTIGACIÓN EN CAMPO
7. – OBSERVACIONES, REGISTROS, ETC
8.– ADMINSTRACIÓN DE TESTS
9. – CLASIFICACIÓN DE MATERIAL
10. – TRATAMIENTO INFORMACIÓN
11. – ANÁLISIS ESTADÍSTICO E INTERPRETACIÓN
12. – REDACCIÓN DEL INFORME
SEMANAS 1 2 3 4 5 6 7 8 30
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Administración y gestión de proyectos
5.
Bibliografía
La bibliografía debe citarse de acuerdo con el sistema universal de
cita. Se deben indicar las fuentes referidas a los métodos de investiga-
ción en general y las que se refiera a la temática a investigar. Indicar
manuales, textos, revistas, páginas de internet y todo material que se
utilizará para la investigación.
48
Capítulo 4: El trabajo de
campo
CAPITULO 4
El trabajo de
campo
El trabajo de campo es una de las metodologías que se utilizan en
las ciencias sociales. Este se refiere a la aplicación del método
etnográfico de campo. El mismo comprende, como “instancia empírica”,
un ámbito de donde se obtiene información y los procedimientos para
obtenerla. Desde perspectivas objetivistas, la relación entre ámbito y
procedimientos queda- ba solucionada al circunscribir al investigador
social a la labor individual en una sola unidad de análisis. ¿Cómo
garantiza la “objetividad” de los datos la soledad e inmersión del
estudioso? Si, como se sugiere, en general, la investigación no se hace
“sobre” la población sino “con” y “a partir de” ella, esta intimidad deriva,
necesariamente, en una relación idiosincrásica.
1. Paradigmas en investigación
social
Los dos paradigmas dominantes de la investigación social aso-
ciados al trabajo de campo son el “positivismo” y el “naturalismo”. De
acuerdo con el positivismo la ciencia es una, procede según la lógica
del experimento, y su patrón es la medición o cuantificación de varia-
bles para identificar relaciones; el investigador busca establecer leyes
universales para “explicar” hechos particulares; el observador ensaya
una aproximación neutral a su objeto de estudio, de modo que la teoría
resultante se someta a la verificación posterior de otros investigadores;
esto es: la teoría debe ser verdadera o falsa7. La ciencia procede com-
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Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 4: El trabajo de campo
51
Administración y gestión de proyectos
les como “eso”, “acá”, “le”, etc., que la lingüística denomina “deícticos”,
indicadores de persona, tiempo y lugar inherentes a la situación de in-
teracción. El sentido de dichas expresiones es inseparable del contexto
que producen los interlocutores. Por eso las palabras son insuficientes
y su significado no es transituacional. Pero la propiedad indexical de los
relatos no los transforma en falsos sino en especificaciones incorregibles
de la relación entre las experiencias de una comunidad de hablantes y
lo que se considera como un mundo idéntico en la cotidianeidad.
La otra propiedad del lenguaje es la reflexividad. Las descripciones y
afirmaciones sobre la realidad no sólo informan sobre ella, la
constituyen. Esto significa que el código no es informativo ni externo a la
situación sino que es eminentemente práctico y constitutivo. El
conocimiento de sentido común no sólo pinta a una sociedad real, para
sus miembros, a la vez que opera como una profecía autocumplida; las
características de la so- ciedad real son producidas por la conformidad
motivada de las personas que la han descripto. Es cierto que los
miembros no son conscientes del carácter reflexivo de sus acciones
pero en la medida que actúan y hablan y producen su mundo y la
racionalidad de lo que hacen. El caso típico es el de dos rectángulos
concéntricos: ¿representan una superficie cóncava o convexa? La figura
se verá como una u otra al pronunciarse la palabra caracterizadora. Las
tipificaciones sociales operan del mismo modo; decir- le a alguien “judío”,
“villero” o “boliviano” es constituirlo instantáneamente con atributos que lo
ubican en una posición estigmatizada. Y esto es, por supuesto,
independientemente de que la persona en cuestión sea indíge- na o
mestizo, judío o ruso blanco, peruano o jujeño.
La reflexividad señala la íntima relación entre la comprensión y la
ex- presión de dicha compresión. El relato es el soporte y el vehículo de
esta intimidad. Por eso, la reflexividad supone que las actividades
realizadas para producir y manejar las situaciones de la vida cotidiana
son idénticas a los procedimientos empleados para describir esas
situaciones. Así, por lo tanto, un enunciado transmite cierta información,
creando además el con- texto en el cual esa información puede
aparecer y tener sentido. De este modo, los sujetos producen la
racionalidad de sus acciones y transforman a la vida social en una
realidad coherente y comprensible.
Estas afirmaciones sobre la vida cotidiana valen para el conocimiento
social, en que las actividades por las cuales los miembros producen y
ma- nejan las situaciones de las actividades organizadas de la vida
cotidiana son idénticas a los métodos que emplean para describirla. Los
métodos de los investigadores para conocer el mundo social son, pues,
básicamente los mismos que usan los actores para conocer, describir y
actuar en su propio mundo. La particularidad del conocimiento científico
no reside en sus méto- 52
Capítulo 4: El trabajo de campo
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Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 5: La
observación
CAPITULO 5
La observación
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Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 5: La observación
3. Observar y participar
4. Disociación o mezcla
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Capítulo 5: La observación
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Administración y gestión de proyectos
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Capítulo 5: La observación
3.
“Participación”
Los científicos sociales no se han limitado a hacer preguntas
sobre las costumbres o normas y valores. Algunas veces forzados
por las temáticas de investigación, a veces por decisión propia, optaron
por to- mar parte de esas actividades. Este comportamiento guarda
una lógica compleja que va desde manejarse según las propias pautas
culturales, hasta participar en un rol complementario al de sus
informantes, o imi- tar las pautas y conductas de éstos.
63
Administración y gestión de proyectos
Las dos primeras opciones, sobre todo la primera, son más habi-
tuales al comenzar el trabajo de campo. El investigador hace lo que
sabe, y “lo que sabe” responde a sus propias nociones ocupando ro-
les conocidos (como el de “investigador”). Seguramente incurrirá en
errores de procedimiento y transgresiones a la etiqueta local, pero por
el momento éste es el único mapa con el que cuenta. Lentamente irá
incorporando otras opciones y, con ellas, formas de conceptualización
de acuerdo con el mundo social cultural.
Sin embargo, hablar de “participación” como técnica de campo,
alude a la tercera acepción, comportarse según las pautas de los na-
tivos. “Como suele ocurrir, un traspié me hizo aprender esta regla del
savoir vivre trobriandés. Uno de mis acompañantes en Omarakama,
llamado Moradeda, tenía unas facciones que me habían llamado la
atención y fascinado desde el primer momento por la extraña similitud
que presentaban con el tipo de aborigen australiano (…) Cierto día me
sorprendió la aparición de un hombre que parecía la imagen de Mora-
deda, por lo que pregunté cuál era su nombre y lugar de residencia.
Se me djo que era el hermano mayor de mi amigo, habitante de una
aldea lejana, a lo que exclamé: ¡Ah, con razón! Pregunté quién era
usted porque su rostro es igual… igual al de Moradeda. Se produjo tal
silencio (…) Se produjo tal silencio entre la concurrencia que lo advertí
inmediatamente. El hombre se dio vuelta y nos dejó (…) Entonces mi
informante confidencial me hizo saber que yo había faltado a la cos-
tumbre y cometido lo que se denomina ‘taputaki migila’ (…) profanar
comparando a un pariente su rostro. (…) Este incidente me enseñó a
no hacer alusión a tales parecidos en presencia de las personas afec-
tadas. (…) Descubrí que todos los nativos niegan resueltamente –aun
contra toda evidencia– que pueda existir similitud alguna entre perso-
nas emparentadas por línea materna.”10
Malinowski destaca la íntima relación entre la observación y la par-
ticipación, siendo que el hecho de “estar allí” lo involucraba en activida-
des nativas, en un ritmo de vida significativo para el orden sociocultural
indígena. Malinowski se fue integrando, gradualmente, al ejercicio lo
más pleno posible, para un europeo de comienzos del siglo XX, de la
participación, compartiendo y practicando la reciprocidad de sentidos
del mundo social, según una reflexividad distinta de la propia. Esto no
hubiera sido posible, si el etnógrafo no hubiera valorado cada hecho
cotidiano como un objeto de registro y de análisis, aun antes de ser
capaz de reconocer su sentido en la interacción y para los nativos.
64
Capítulo 5: La observación
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Administración y gestión de proyectos
66
Capítulo 5: La observación
4. La participación en el trabajo de
campo
El acto de participar cubre un amplio espectro que va desde “estar
allí” como un testigo mudo de los hechos, hasta intervenir en una o va-
rias actividades de distinta índole y con dispares grados de involucra-
miento. En sus diversas modalidades la participación implica grados de
desempeño de los roles en el campo. En general suele presentarse un
continuo desde la mera observación hasta la participación plena. Esta
caracterización puede ser útil si tenemos presente que hasta la obser-
vación pura demanda alguna reciprocidad de sentido con los sujetos
observados. Por ejemplo, en una clase se incluye un sujeto nuevo en
el grupo y (suponiendo que es un observador o un nuevo alumno) la
situación cambia.
A veces es imposible estudiar a un grupo sin ser parte de él, ya
sea por su elevada susceptibilidad, porque desempeña actividades ile-
gales o porque controla conocimientos fuera de los habituales. Si el
observador no es aceptado explicitando sus propósitos, quizás deba
optar por “mimetizarse”. Adoptará entonces el rol de participante pleno,
involucrado totalmente, dando prioridad casi absoluta a la información
que proviene de su sumersión. Si bien este rol tiene la ventaja de
lograr material que de otro modo sería inaccesible, ser participante
pleno re-
67
Administración y gestión de proyectos
sulta inadecuado cuando el o los roles válidos para esa cultura o grupo
social son incompatibles, por ejemplo, con ciertos atributos del inves-
tigador como el sexo, la edad, la apariencia física; el mimetismo aquí
no es posible. Otro obstáculo de la participación plena reside en que
desempeñar íntegramente un rol inmerso en el grupo puede significar
el cierre a otros roles opuestos al adoptado. Un observador que pasa
a desempeñarse como gerente, empleado u obrero en una empresa,
sólo puede relacionarse con niveles gerenciales de la empresa como
empleado.
Los roles de participante observador y observador participante son
combinaciones sutiles de observación y participación. El “participante
observador” se desempeña en uno o varios roles locales, explicitando
el objetivo de su investigación. El observador participante hace centro
en su carácter de observador externo, tomando parte de actividades
ocasionales o que sea imposible eludir.
El contexto puede habilitar al investigador a adoptar roles que
lo ubiquen como observador puro, como en el registro de clases en
una escuela. Pero su presencia afecta el comportamiento de la clase
–alumnos y profesor–; por eso, el observador puro es más un tipo
ideal que una conducta practicable.
Estos tipos ideales deben tomarse como posibilidades hipotéticas
que, en los hechos, el investigador asume o se le imponen conjunta o
sucesivamente, a lo largo de su trabajo. Si la observación, como ve-
mos, no “interfiere” menos en el campo que la participación, es claro
que cada una de las modalidades no difiere de las demás por los gra-
dos de distancia entre el investigador y el referente empírico, sino por
una relación particular y cambiante entre el rol del investigador y los
roles culturalmente adecuados y posibles.
El participante pleno es el que oculta su rol de investigador desem-
peñando íntegramente alguno de los roles socio-culturalmente dispo-
nibles pues no podría adoptar un lugar alternativo. Esta opción implica
un riesgo a la medida del involucramiento pues, de ser descubierto,
el investigador debería abandonar el campo. El observador puro, en
cambio, es quien se niega explícitamente a adoptar otro rol que no sea
el propio; este desempeño es llevado al extremo de evitar todo pronun-
ciamiento e incidencia activa en el contexto de observación.
¿De qué depende que el investigador adopte una u otra moda-
lidad? De él y, centralmente, de los pobladores y la temática de in-
vestigación. Reconocer esos límites es parte del proceso de campo.
Adoptar el o los roles adecuados depende de la capacidad teórica del
investigador, de la flexibilidad y del acto de la observación participante.
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Capítulo 5: La observación
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Administración y gestión de proyectos
70
Capítulo 6: La
entrevista
CAPITULO 6
La entrevista
71
Administración y gestión de proyectos
1. Concepciones acerca de la
entrevista
En los manuales clásicos, la entrevista sirve para obtener datos
que dan acceso a hechos del mundo físico y sociocultural. La entrevis-
ta habla del medio externo y, por lo tanto, las respuestas de los infor-
mantes cobran sentido por su correspondencia con la realidad posible.
Desde esta perspectiva las dificultades y limitaciones de esta técnica
surgen cuando esa correspondencia es interferida por mentiras, distor-
siones de la subjetividad e intromisiones del investigador. Su validez
radica en obtener información verificable, cuyo contenido sea indepen-
diente de la situación particular del encuentro entre ese investigador
y ese informante. Las entrevistas no estructuradas son sospechadas
precisamente porque aparecen como un instrumento personalizado.
La estandarización de las entrevistas (formular las mismas preguntas
en el mismo orden) garantizaría que las variaciones sean intrínsecas a
los entrevistados y no pertenezcan al entrevistador.
Desde esta perspectiva la entrevista radica en una serie de inter-
cambios discursivos entre alguien que interroga y alguien que respon-
de, mientras que los temas abordados en estos encuentros suelen de-
finirse como referidos no a la entrevista, sino a hechos externos a ella.
La información que provee el entrevistado tendría significación obvia,
salvo por las “falta a la verdad”, los ocultamientos y olvidos11 ; para ello
se recurre a chequeos, triangulaciones, informantes más confiables o
informados y a un clima de “confianza” entre las partes. Según esta
concepción, la información se obtiene en la entrevista y es transmitida
por el entrevistado.
Desde una perspectiva social constructivista, la entrevista es una re-
lación social de manera que los datos que provee el entrevistado son la
realidad que éste construye con el entrevistado en el encuentro. Como
señala Aaron Cicourel, las normas supuestas para mantener una
entrevis- ta no son otras que las normas de la buena comunicación en
sociedad. A veces, investigador e informantes utilizan el mismo stock de
conocimien- tos, el mismo tipo de evidencia, las mismas tipificaciones y
los mismos recursos para definir la situación. A veces estas
informaciones proceden
11. El temor del investigador de olvidar lo que ve y lo que se le dice, es una réplica de
esta perspectiva transformada en una ansiedad defectuosa, que sólo puede ser sua-
vizada con el registro paralelo y constante de todo cuanto ocurre y se dice en el campo.
Esto, obviamente, es imposible, pero además deja de lado el hecho de que las formas
de registro modelan la relación de campo.
72
Capítulo 6: La entrevista
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Administración y gestión de proyectos
74
Capítulo 6: La entrevista
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Administración y gestión de proyectos
76
Capítulo 6: La entrevista
3. La entrevista en la investigación
social
Dentro del proceso general de investigación social la entrevista
acompaña dos grandes momentos: el de apertura, y el de focalización
y profundización. En el primero, el investigador debe hallar las pregun-
tas relevantes; en el segundo, instrumentar preguntas más incisivas de
ampliación y sistematización de esas relevancias.
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Administración y gestión de proyectos
80
Capítulo 6: La entrevista
81
Administración y gestión de proyectos
tador era una ingenuo o un ignorante, porque todo el mundo sabe qué
significa “promiscuidad”; es cosa de sentido común. Optando por el
uso, le pregunté: “¿Por qué me dice que los villeros viven en la promis-
cuidad? ¿Usted qué vio?”. “Y los ves, vas a la casa y los ves”. “Ahá”.
“Un hijo se llama López, otro Martínez, otro Pérez. Ahí ves clarito la
promiscuidad, ¡todos hijos de distinto padre!”.
Para esta etapa, algunos científicos sugieren preguntas estructu-
rales y contrastivas. En las preguntas estructurales se interroga por
otros elementos de la misma o de otras categorías que puedan a su
vez ser englobadas en categorías mayores; cuando detecté que el “vi-
llero” es uno de los posibles habitantes de las villas, pregunté: “¿Quié-
nes más viven en la villa?” Se me respondió: “gente rescatable”,
“gente decente”, etc.
Con las preguntas contrastivas se intenta establecer la distinción
entre categorías. Siguiendo con el ejemplo, podía preguntar: “¿Qué
diferencia hay entre el “villero” y la “gente rescatable”?” Como la com-
paración entre estos términos proviene del uso categorial de los in-
formantes, de una pregunta contrastiva se extraen datos acerca de la
comparatividad de los elementos. Los “no villeros”, por ejemplo, con-
ciben al “villero” como lo opuesto a la “gente rescatable”, pero no a los
“paraguayos”, porque los paraguayos son un tipo de villero diferente.
El contraste es un tipo posible de relación entre categorías. Otras
relaciones que muestran cómo se articulan los conceptos entre sí son
las de inclusión (el villero es un tipo de pobre), ubicación (la vía es una
parte de la villa), causa (Clara fue a la salita porque no sabía que esta-
ba embarazada), razón (se van de la villa por el mal ambiente), locali-
zación de la acción (la vía es un lugar donde hay mucha joda), función
(un pasillo con más de una entrada de acceso sirve para que se rajen
los chorros y vendedores de drogas), secuencia (para hacer el pasillo
primero se organizaron, después mangaron a los demás, después fue-
ron a la Municipalidad y después trajeron los materiales y se pusieron
a laburar), y atributos (acá la villa es jodido, se inunda...).
Una vez identificadas, se puede explorar cómo usan las catego-
rías y sus relaciones otros informantes. Las encuestas y cuestionarios
son útiles en este punto porque permiten examinar los usos a univer-
sos mayores.
En un segundo momento de la investigación también se puede
avanzar sobre temas que, por considerarse tabú, conflictivos, compro-
metedores o vergonzantes, no se han tratado en los primeros encuen-
tros. Estas cuestiones suelen darse a conocer cuando el informante
sabe “algo más” del investigador y, sobre todo, sobre cómo éste ma-
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Administración y gestión de proyectos
4. Aspectos dinámicos de la
entrevista
La entrevista es un proceso en el que se pone en juego una
relación que las partes conciben de maneras distintas. La dinámica
particular sintetiza las diversas determinaciones y condicionamientos
que operan en la interacción y, en especial, en el encuentro entre
investigador e in- formantes. Sus variantes son infinitas pero algunos
puntos constituyen el encuadre y aparecen en todas las entrevistas,
como los temas, los términos de la conversación: unilateral, bilateral,
informativa, intimista, etc., el lugar y la duración. Seguidamente nos
ocuparemos de ellos bajo dos términos generales: el contexto y el ritmo
de la entrevista.
84
Capítulo 6: La entrevista
12. Los datos del encuentro, así como los del investigador y del informante, deben
consig- narse en las notas de campo. Un punto crucial de la dinámica de la entrevista es
la forma de registro que adopta el investigador. Las notas de campo simultáneas pueden
ser manuscri- tas o grabadas. En el primer caso, el investigador pierde contacto visual con
el entrevistado, restándole al encuentro fluidez y espontaneidad. En el segundo, hay
cuestiones que no se tratan ante un grabador, sobre todo cuando aún se desconoce la
conducta del investigador. También pueden tomarse notas, precedidas por un listado de
expresiones que permitan re- construir el encuentro. Es cierto que predisponen al
investigador a rescatar mayor amplitud de información con el entrenamiento de la memoria.
Pero los informantes pueden descifrar la falta de elementos ostensibles de registro como
una falta de seriedad de sus entrevistados.
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Administración y gestión de proyectos
5. Los momentos de la
entrevista
En términos generales, una entrevista tiene un inicio, un desarro-
llo y un cierre. Puede dar comienzo con cualquiera, en cualquier lu-
gar, con o sin concertación previa, con o sin una duración estipulada.
Instancias como los encuentros casuales y los comentarios “al pasar”
pueden ser lo suficientemente importantes como para iniciar un en-
cuentro más prolongado.
A diferencia de los intercambios verbales ocasionales la dinámica
de las entrevistas de mediana o larga duración implica un mayor núme-
ro de compromiso de parte del informante y del entrevistador. Puede
ser aconsejable no enfocar temáticas demasiado acotadas hasta que
la relación se consolide y el informante conozca más acabadamente,
en sus propios términos, los objetivos de la investigación. Al comenzar
el encuentro puede ser oportuno referirse a “temas superficiales”, su-
perficialidad que se modifica según la clase social, étnica, grupo etario
de que se trate. Cada encuentro, sin embargo, es una caja de sorpre-
sas y puede revelar cuestiones que se suponían confidencialísimas y
que quizás no se repitan.
Una de las premisas clave con respecto a la duración de la en-
trevista es no cansar al informante, no abusar de su tiempo y dispo-
sición; el material obtenido en tales circunstancias puede darse por
compromiso, para “sacarse de encima al investigador”, y éste arries-
ga cerrarse las puertas de encuentros posteriores. Intercalar alguna
experiencia o comentario acerca de alguna vivencia del investigador
puede compensar los términos unilaterales propios de una interacción
entre alguien que pregunta y alguien que responde, contribuyendo a
crear un espacio para que el informante exprese sus dudas y haga sus
preguntas. Estas consideraciones dependen de poder distinguir entre
el tiempo del investigador y el de los informantes; los entrevistados no
son máquinas de informar según los plazos y necesidades del inves-
tigador, pese a que los llamemos “informantes”, como se hace en la
jerga policial y también en la periodística.
El tiempo y los tiempos se negocian y construyen recíprocamen-
te en la reflexividad de la relación de campo. Esperas, emergencias,
pausas y retrasos son también significados que el investigador debe
aprender “en carne propia”. Un etnógrafo de campo “a tiempo comple-
to” puede disponer de sus actividades sin someterse a horarios “urba-
nos” o “de oficina”. Sin embargo, el tiempo es también un ritmo interno
que el investigador lleva consigo a donde quiera que vaya. La ansiedad
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Capítulo 6: La entrevista
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Administración y gestión de proyectos
88
Capítulo 7: Las
encuestas
CAPITULO 7
Las encuestas
89
Administración y gestión de proyectos
Procedimiento general de la
encuestas
Respecto de la presentación formal de la encuesta, se debe expre-
sar el objetivo y función de la misma, así como también el uso que se
le dará a las conclusiones. Se sugiere hacer las preguntas con letras
mayúsculas, las respuestas con letras minúsculas y las instrucciones
14. Las conclusiones que se pueden obtener sirven solamente para ese universo y no
puede colegirse para otra población.
90
Capítulo 7: Las encuestas
92
Capítulo 7: Las encuestas
Selección y tamaño de la
muestra
La selección de una muestra supone introducir el concepto básico
en la investigación con encuestas: la representatividad. Esta propie-
dad, es la que nos permite estudiar una población utilizando solamente
un subconjunto relativamente pequeño de sus elementos. Cuál es el
menor número de elementos que puede tener este subconjunto, es el
objetivo del estudio del tamaño de la muestra.
Representación y sesgo
93
Administración y gestión de proyectos
El tamaño de la muestra
94
Capítulo 7: Las encuestas
interesa observar, los grupos que han de ser comparados, para poder
proceder posteriormente a la redacción de las preguntas.
En un segundo nivel se debe tener en cuenta el medio a través
del cual se va a realizar la encuesta (personal, correo, teléfono) ya que
ello condicionará la extensión, grado de auto-explicación y profundidad
de las preguntas.
En un tercer nivel se desarrolla la redacción de las preguntas. Se-
gún cómo sean las preguntas se habla de cuestionario, entrevista es-
tructurada, entrevista no estructurada.
1. Cuestionario
95
Administración y gestión de proyectos
c) Preguntas de auto-clasificación.
¿Cuántos años tenía cuando las tomó por primera vez?
- Hasta 12 años
- 13 -14 años
- 15- 16 años
- 17- 18 años
- Más de 18 años
OPINIONES TA A D TD NS NC
- Evita la masificación en la universidad
- Ayuda a seleccionar los mejores alumnos
96
Capítulo 7: Las encuestas
2. Entrevistas estructuradas
3. Entrevistas no estructuradas
Organización del
trabajo
Entre los muchos aspectos a considerar, no sólo se debe prestar
atención a la forma de las preguntas sino al medio a través del cual se
pregunta: la presencia del entrevistador, por correo o por teléfono. El
medio en este caso afecta al fin y eso se refleja no sólo en cómo se
pregunta y durante cuánto tiempo, sino que también afecta a las res-
puestas de los sujetos encuestados.
1. Entrevista personal
98
Capítulo 7: Las encuestas
2. Por correo
3. Por teléfono
Validez de los
resultados
Los datos obtenidos por encuestas están limitados a la existencia
de relaciones. No se pueden establecer causas. Se puede hablar de
diferencias, porque para hablar de causas hay que poder controlar las
variables, que con un estudio mediante encuestas es muy difícil.
La facilidad de obtener información de las personas preguntándo-
les, simplemente, tiene su lado negativo. ¿Somos siempre absoluta-
mente sinceros y contestamos a todas las preguntas que nos hacen?
La respuesta a esta pregunta es, normalmente, que no. La falta de sin-
ceridad en las respuestas dadas a las preguntas de una investigación
con encuesta podría tener una pérdida de validez de la misma.
Es difícil comprobar el grado de sinceridad de las respuestas. En
algunos casos se ha utilizado información adicional independiente. Por
ejemplo Warner17comprobó el grado de veracidad de las encuestas so-
bre niveles de consumo de cigarrillos de tabaco. El procedimiento de
contrastación fue cotejar las cifras de venta de cigarrillos sobre el
perío-
17. Warner, K.E. Possible increases in the underreporting of cigarrette. Journal of Statis-
tical Association. 1978. 73, 314-318.
100
Capítulo 7: Las encuestas
do estudiado con las cantidades que los sujetos afirmaban que habían
fumado. El resultado fue un tanto sorprendente: los individuos encues-
tados aseguraron que habían fumado un tercio menos que lo que real-
mente se había vendido. Este fenómeno no es un hecho aislado. Se ha
constatado en otros entornos y se ha descubierto que la modificación
de las respuestas va en cierta dirección: los sujetos tienden a
ajustarse a un cierto patrón de “deber ser”, “buena imagen” o
“bondad”. Este efec- to recibe el nombre de “deseabilidad social”.
Fumar excesivamente no está bien visto. Tampoco está bien visto
mostrar actitudes racistas, por ejemplo, y los sucesos tienden a
demostrar que somos algo más racistas de lo que pensamos, cuando
las circunstancias nos afectan personal- mente. Un ejemplo de este
fenómeno lo brindan Latané y Darley18, que comprobaron
“experimentalmente” si era cierto que en ocasiones nos comportamos
de forma distinta a como opinamos sinceramente. Para comprobarlo
dividieron su investigación en dos partes. En la primera pre- guntaban a
una muestra de personas si pensaban que su disposición a ayudar a
una persona necesitada que se pudieran encontrar en la calle se vería
afectada por el hecho de que otras personas estuvieran presen- tes
observándolos. La respuesta mayoritaria fue que no sería influida. En la
segunda parte, una muestra de sujetos, semejante a la primera, fue
dividida en dos grupos. En el primer grupo fue expuesto, en forma
indivi- dualizada, a una situación en que la persona necesitada les
pedía ayuda en presencia de otros observadores. El segundo grupo
pasó la misma circunstancia, pero sin la presencia de
observadores. Los resultados mostraron que el porcentaje de
personas que ayudaba al necesitado era mayor cuando había testigos.
Estos datos contradicen la sincera opinión de los sujetos del primer
grupo.
Es difícil poder realizar estudios de validación en cada encuesta,
razón por la que los investigadores que utilizan estos procedimientos
optan, conscientes de la amenaza inherente a la validez, por aceptar
que los resultados son válidos mientras no se tengan datos
adicionales que permitan ponerlos en duda. Una forma de tratar de
corregir el efec- to de deseabilidad social es alertar al encuestado
sobre esta tendencia y pedirle la máxima sinceridad en las cuestiones
que puedan ser más susceptibles al fenómeno. Otra manera es
formular preguntas, sobre las cuestiones más sensibles, de modo
indirecto, para corroborar que el sujeto tiene las mismas opiniones
(algunas preguntas “con trampa”).
18. Latané, B.; Darley, J.M. The unresponsive bystander: Why doesn¨t he help. Nueva
York, Appleton-Century-Crofts, 1970.
101
Administración y gestión de proyectos
Diseño transversal
102
Capítulo 7: Las encuestas
Diseños longitudinales
b) Diseños de panel.
Cuando son exactamente los mismos sujetos los que se
entrevistan más de una vez, se habla de diseño de panel. La diferencia
fundamental con el diseño de grupos con sujetos distintos es que en
éste se puede determinar quiénes son los sujetos que han cambiado y
quiénes los que no han cambiado. Recordar que cuando los sujetos
eran distintos sólo se podía hablar de cambio de población, de forma
general. Aquí podemos es- tudiar las características de los grupos de
sujetos que cambian de opinión.
Como lo que importa en este tipo de diseño es primordialmente
el estudio del cambio y secundariamente la representación de la po-
blación, a menudo se utiliza muestras que no tienen ni el tamaño ni el
poder de representación de un estudio típicamente transversal. Piense
lo complicado que es, a nivel del Estado, volver a encontrar y contar
con la colaboración de los sujetos que fueron entrevistados la primera
vez. A este fenómeno se lo denomina mortandad estadística.
En los diseños de panel, un caso típico es el de determinar la
influencia de una determinada intervención. Por ejemplo, podemos
empezar seleccio- nando a un grupo de escuelas de nivel medio, que
representen al colectivo estatal, y preguntarles su actitud hacia el uso de
preservativos y el sida. Después desarrollamos una campaña de
información y formación sobre es- tos temas, con la participación de
padres y de profesores. A su término se vuelve a pasar la misma
encuesta. El estudio de los cambios producidos nos informará sobre la
efectividad de la campaña y nos dará las claves para su modificación
antes de una posible aplicación generalizada.
Este tipo de diseño tiene una dificultad inherente: los sujetos son
alertados por la primera encuesta –reactividad– y se pueden mostrar
más sensibles a los temas sobre los que se les ha preguntado durante
el periodo de tiempo que va de la primera a la segunda encuesta. Si
esto ha ocurrido así, estará enmascarándose este efecto detrás de la
variable de nuestro interés y en consecuencia debemos ser cautos en
la atribución de causas. La forma de solventar este y otros problemas
parecidos es aumentar el grado de control en el diseño.
c) Diseños de cohorte.
Este diseño estudia el cambio producido en grupos grandes de
sujetos que tienen alguna característica común muy notoria. La carac-
104
Capítulo 7: Las encuestas
105
Administración y gestión de proyectos
Dada una matriz vacía, hay que completarla con datos. Pueden
ser datos en bruto, en porcentajes o con hojas de codificación (en el
caso de programas con computadoras). Es fundamental tener en
cuen- ta los niveles de medición: nominal, ordinal o de intervalos
iguales19. De acuerdo con éstos, se pueden aplicar las medidas
estadísticas. A continuación se brinda un cuadro síntesis20:
19.Las variables nominales son las que aceptan sólo una clasificación, como sexo, na-
cionalidad, etc. Las variables ordinales son las que implican un orden jerárquico, como
por ejemplo escolaridad (para hacer el secundario se requiere hacer el primario). Las
variables de intervalos iguales tienen un cero arbitrario y la distancia se mantiene igual
en el continuo, por ejemplo la edad cronológica.
20.Para profundizar sobre el tema, consultar textos de estadística social, como el citado
de Cortada de Kohan, Diseño Estadístico.
106
Capítulo 8: Proyecto
social
CAPITULO 8
Proyecto social
La prevención se puede
proyectar
La prevención de conductas adictivas así como las agresivas que
conllevan a la violencia sexual, la violencia doméstica, el bullying21y
otras conductas asociales, puede proyectarse anticipadamente. La
prevención es posible y se debe trabajar desde diferentes organizacio-
nes e instituciones sociales como los servicios de salud, establecimien-
tos educativos, ONGs y otras organizaciones comunitarias.
Por otra parte, pretender que sólo el Estado a través de Planes
Nacionales se encargue, es casi una utopía, porque los proyectos ela-
borados para cada comunidad tienen un diagnóstico mucho más preci-
so para administrar y gestionar proyectos sociales. Es fundamental un
trabajo en red entre todas y cada una de las organizaciones e institu-
ciones sociales, incluyendo a la familia.
Pero no alcanza con criticar al Estado porque no está, sino que
hay que incluir a los miembros de dicha comunidad. Ante la oferta cada
vez más frecuente para que niños y adolescentes se involucren en
situaciones de riesgo muchos padres reclaman que estén otros ocu-
pando su lugar. Se exponen a potenciales tragedias y se quedan sin
la mejor parte: estar para acompañar la vida de los hijos, estar para
aprender lo que viven, estar para sostener cuando su dolor y sus heri-
das reclamen cercanía, escucha y palabras de aliento.
La experiencia en este campo muestra que las familias, docentes,
niños y jóvenes en escuelas, clubes, comunidades, algunas de ellas
carenciadas, pueden hacer tareas de prevención. Las instituciones tra-
21. El bullying es cada vez más frecuente y desde temprana edad. En una fiesta de
cum- pleaños de una niña de 4 años, una pequeña morocha estaba jugando sola.
Otras –de tez blanca– se divertían en el pelotero. Le pregunto por qué ella jugaba sola
y contestó “el pelotero no es para negritas”. Es conocido que en el nivel inicial se
trabaje sobre el acoso sexual y las maestras de jardín de infantes expresan que si
bien no saben nada del tema, es el momento para enseñarles a decir no, a que
entiendan que nadie los puede obligar a hacer algo que no quieren. Hay que comenzar
desde pequeños a apren- der que lo diferente no le hace mal a nadie.
108
Capítulo 8: Proyecto social
109
Administración y gestión de proyectos
110
Capítulo 8: Proyecto social
I.S.F.T.Y D. N°
MARCO DE REFERENCIA.
Objetivos
Capacitar a los alumnos de tercer año de los profesorados en en-
señanza primaria y de tercer año de Trabajo Social en metodolo-
gías innovadoras para llevar a la práctica.
Mejorar la calidad de la formación docente y técnica con la intro-
ducción de experiencias innovadoras.
112
Capítulo 8: Proyecto social
Contenidos
A. Educación y convivencia. Mejora de los mecanismos de relación,
integración y adaptación social. La solidaridad como valor huma-
no. El mejoramiento de la autoestima y sus consecuencias.
B. Riesgos sociales: violencia, adicciones. Aumento de la violencia
en la sociedad, sus consecuencias en la escuela. La escuela y
la comunidad como educadoras y prevención de la violencia.
La violencia familiar y sexual. Las diferentes adicciones (taba-
co, alcohol, drogas legales y prohibidas, anabólicos, etc.) y sus
consecuencias.
C. Prevención y convivencia. La prevención de adicciones como alter-
nativa que favorece una vida plena y saludable. La escuela como
ámbito de prevención de diferentes riesgos sociales. Aumento de
la resistencia general ante los requerimientos y esfuerzos de la
vida cotidiana. Disminución del estrés psíquico.
D. Psicomotricidad. Prevención de problemas posturales. Mejora de
la función respiratoria. Optimización del sistema cardiovascular.
Aumento del tono muscular y mejora en los parámetros de coordi-
nación y equilibrio.
E. Juegos, juegos pre deportivos, deportivos, recreación y campamen-
tismo. Gimnasia rítmica y deportiva. Fútbol, handbol, voleibol, juegos.
113
Administración y gestión de proyectos
Actividades.
Presentación de los contenidos y discusión desde la perspectiva
teórica.
Diseño de talleres y grupos de discusión sobre la temática desde
la perspectiva inter y transdisciplinaria.
Lectura de bibliografía sobre los temas de la experiencia.
Integración de los contenidos que los alumnos del profesorado y
de Trabajo social tienen como aprendizajes previos.
Reconocimiento de actividades para aplicar con los alumnos de
la escuela primaria o secundaria de acuerdo con los niveles de
formación implicados.
Concreción de las actividades proyectadas en los niveles para los
cuales se forman los docentes y los trabajadores sociales.
Aplicación de los enfoques y las estrategias que se trabajan teórica-
mente en el encuentro de manera inmediata con la coordinación y
supervisión de los profesores tutores con el grupo de alumnos impli-
cados en cada nivel.
Metodología
Planificación estratégica.
Enfoque Cognitivo.
Técnica constructiva.
Procedimiento: resolución de problemas.
Recursos: bibliografía, materiales de trabajo para juegos, recrea-
ción, juegos deportivos y pre deportivos, psicomotricidad, esque-
ma corporal, campamentismo.
Participantes
Alumnos de tercer año del Profesorado para la Enseñanza Prima-
ria y de Tercer Año de Trabajo Social.
Alumnos de las escuelas primarias donde se desarrolla el Campo
de las Prácticas Docentes y Centros de Práctica de los alumnos de
Trabajo Social.
Responsables
Coordinador pedagógico de la experiencia: Armando Barro.
Coordinador técnico de la experiencia: Elsa Lame
Profesores tutores: Andres López, Juana Anso, Mariana Lanfranco.
Profesores auxiliares: Gustavo Martín , Karina Alejandra , Gisela
Disertantes: Area Ecología: Lic. Fernanda Babo.
Sociedad, Violencia: Lic. Jorgelina Luque.
Drogadicción: Dra. Noemí Sosa.
Deportólogo: Dr. Marcelo Camisa.
115
Administración y gestión de proyectos
Cronograma
Planificación del proyecto de la experiencia: 15 de junio al 14 de
julio de 2014.
Presentación de la propuesta: 15 de julio de 2014.
Ejecución del proyecto: agosto a noviembre de 2014.
Realización: aplicación de los contenidos, de las estrategias y de
las actividades: agosto a noviembre.
Evaluación de la experiencia: noviembre.
Presupuesto
El monto de $ ...... se distribuirá de la siguiente manera $ ...... en
honorarios de los profesionales y $ ...... en recursos necesarios para el
desarrollo de la experiencia innovadora.
Evaluación del
proyecto
La evaluación del proyecto implica una valoración de proceso que
será permanente durante la realización del mismo, para efectuar los
ajustes que correspondan y una de producto. Las técnicas para llevar
a cabo la primera, serán la observación y el registro de los aconteci-
mientos significativos. Asimismo se introducirán encuestas iniciales, de
proceso del proyecto.
La evaluación del proyecto incluye una instancia final de
valora-
116
Capítulo 8: Proyecto social
117
Administración y gestión de proyectos
Bibliografía
CAPITULO 9
Proyectos e
interdisciplinariedad
En estos tiempos se desarrolla una nueva y particular etapa de la
evolución de las ciencias. En el siglo XIX el positivismo limitó el campo
de las ciencias a lo observable, lo cual llevó a una división de las cien-
cias, y por lo tanto a una división de las ciencias y del conocimiento
científico.
Frente a este proceso de multiplicación de disciplinas particulares
y del asilamiento de las disciplinas, se verifica en el siglo XX un proce-
so en sentido inverso que tiende a establecer nuevas relaciones entre
las disciplinas, a establecer lazos de cooperación interdisciplinarias.
A mediados del siglo XX se comienza con los trabajos
interdiscipli- narios y hoy son una realidad en el campo de la
investigación científica. El progreso de la interdisciplinariedad, según
Jean Piaget; la evolución interna de la ciencia bajo la doble
influencia de las necesidades de explicación causal y por el
carácter cada vez más estructural ( en el sentido matemático) que
toman tales modelos.
Cabe destacar que existen tres dimensiones de la interdisciplina-
riedad íntimamente vinculadas: la epistemológica, la pedagógica y la
social. La interdisciplinariedad marca la relación íntima de estas tres
dimensiones. En el plano epistemológico se puede apreciar la vincu-
lación entre la teoría y la práctica científica. La segunda dimensión,
vinculada con lo pedagógico, se puede apreciar en el nivel superior o
universitario porque en los otros niveles se puede hacer una coordina-
ción didáctica pero no una auténtica interdisciplinariedad. En la tercera
dimensión, la social, es cuando se lleva la aplicación en nuestros días.
La sociedad requiere que se actúe interdisciplinariamente cuando se
plantean problemas en las empresas, en el Estado, etc. Frente a la
nueva problemática debemos realizar enfoques o proyectos que tien-
dan a resolver en forma interdisciplinaria. Problemas tales como vio-
lencia social, medio ambiente, pobreza, salud mental, etc., no pueden
resolverse sino de una manera interdisciplinaria.
119
Administración y gestión de proyectos
120
Capítulo 9: Proyectos e interdisciplinariedad
PROYECTO INNOVADOR
1. Datos de identificación del proyecto
Título del proyecto
“Abrirse a la comunidad: proyecto de articulación en la formación
docente”.
Institución responsable
Escuela Normal Superior Nº
Localidad
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Jurisdicción
Secretaría de Educación de la Ciudad-Dirección de Educación
Superior
Responsable legal del proyecto (Director del ISFD) Lic.
Armando Esteban Quito
Coordinador y/o responsables del Proyecto
(nombre, apellido,
rol en la institución
Elsa Pallo: profesora
Marco referencial
Síntesis del
proyecto
2.1. Nuestro Instituto está inserto en el Barrio de Belgrano, un
ámbito cargado de historia y tradiciones; rodeado por monumentos,
parques, museos y edificios históricos, que nos ofrece la posibilidad
de acercarnos y apropiarnos de bienes culturales que nos pertenecen
como ciudadanos y como habitantes de esta ciudad. La ENS, queda a
pocos pasos del Museo M, uno de estos ámbitos que, además, institu-
cionalmente está dispuesto a construir un proyecto educativo conjunto,
el cual implica:
El acceso a la apreciación del patrimonio artístico que encierra a
través de su muestra permanente de objetos artísticos, y el acceso
a las exposiciones transitorias.
Contacto con personalidades vinculadas al Museo a través de en-
trevistas, mesas redondas, conferencias y otras actividades com-
partidas.
122
Capítulo 9: Proyectos e interdisciplinariedad
Marco
referencial
Nos preguntamos acerca de cómo propiciar un proyecto de mejora
institucional desde la Formación de Profesores para los niveles Inicial y
Primario. Tratamos de elaborarlo teniendo como actores principales a
nuestros estudiantes, a aquellas infancias con las que se encuentren,
ya nosotros mismos como formadores. Surgió entonces la idea de ge-
nerar un espacio de articulación interinstitucional, en este caso con el
Museo M (vecino de nuestra escuela y perteneciente a la Secretaría de
Cultura de la Nación), que implique también la articulación entre ambos
niveles y entre distintas instancias curriculares.
En esta formación resultan centrales las relaciones con los otros,
las experiencias a compartir, los aprendizajes construidos en las insti-
tuciones escolares y en otros espacios, así como las diversas produc-
ciones materiales y simbólicas que pudieran surgir.
Desde la singularidad de nuestro contexto, intentamos formular un
proyecto que apunte a “fortalecer los procesos de renovación pedagógi-
ca y reflexión sobre la enseñanza”, así como “actualizar los materiales
didácticos para la formación” (Plan Nacional de Formación Docente)
Si bien hemos estudiado y hemos padecido las vicisitudes políti-
cas atravesadas en nuestro país y en nuestra ciudad y se han caído
las certezas conceptuales y los mitos que sostenían nuestra nación
y nuestras instituciones, intentamos propiciar experiencias educativas
que potencien y resignifiquen la formación docente.
Emilio Tenti Fanfani analiza al respecto los efectos producidos por
la lógica de la privatización y de la descentralización que provocaron
una “marcada segmentación de los sistemas educativos y de la es-
tructura de oportunidades educativas. Los sistemas centralizados ca-
racterísticos de la etapa anterior fracasaron en cumplir la promesa de
igualación de puntos de partida con la que habían sido desarrollados”,
y expresa que “los criterios rectores del proceso de reforma pueden
ser objetados tanto desde el punto de vista de la eficiencia como
desde el punto de vista de la equidad” (Tenti Fanfani, 2005).
Es desde este reconocimiento y desde esta obligación hacia los
otros que nuestra función de formadores de formadores implica, que
surgen di-
124
Capítulo 9: Proyectos e interdisciplinariedad
125
Administración y gestión de proyectos
126
Capítulo 9: Proyectos e interdisciplinariedad
Caracterización del
proyecto
La Escuela Normal Superior Nº... y el Museo M son instituciones
históricas de …….. Este barrio fue diseñado por el arquitecto francés
Carlos Thays, contratado por Domingo Faustino Sarmiento para dise-
ñar los parques más bellos del país.
La ENS Nº... queda a pocos pasos del Museo M.
Todos los días estudiantes y profesores pasamos por la puerta
de ese hermoso edificio. La mayoría ignora lo que hay detrás de esos
muros, tampoco saben que ese patrimonio les pertenece.
Somos instituciones vecinas y con algunos intereses comunes: el
Museo necesita ser visitado para dar sentido a su existencia y desper-
tar la curiosidad, revelar sus secretos, ampliar sus horizontes.
Nuestros estudiantes, los futuros docentes, pueden ser sin duda
quienes “abran la puerta para ir a jugar” a los chicos y a las familias
de los chicos de muchas escuelas del nivel inicial y primario.
Nuestros estudiantes por lo general no suelen visitar museos y la
mayoría de ellos tiene un escaso acercamiento a muchas manifestacio-
nes artísticas, por eso, cuando las descubren son entusiastas, ávidos.
En relevamientos realizados desde algunas cátedras muchos estudian-
tes manifiestan que no conocen museos, no conocen artistas plásticos
argentinos, y la mayoría piensa que el arte es sólo para entendidos.
Bourdieu sostiene que las “necesidades culturales (…) a diferencia
de las necesidades primarias, son el producto de la educación”, también
que la Escuela “crea la necesidad cultural al mismo tiempo que da y
de- fine los medios para satisfacerla”22.
Más allá de lo específicamente artístico hay un derecho que las
instituciones educativas debemos garantizar: la igualdad de oportuni-
dades de acceso a las diferentes manifestaciones culturales y la apro-
22. P. Bourdieu. Creencia artística y bienes simbólicos. Aurelia Rivera Grupo Editorial.
Buenos Aires. 2003 (P.43).
128
Capítulo 9: Proyectos e interdisciplinariedad
129
23. F. Hernandez. Educación y cultura visual. Octaedro. Barcelona, 2000 (P. 9).
Administración y gestión de proyectos
¿Era tan rico un escultor que pudo tener esta casa? ¿Por
qué es tan alta la vereda? ¿Quién le pagaba las obras? ¿Cómo
se decide qué es valioso en arte? ¿Por qué estudiaban todos los
artistas en Europa? ¿Por qué las personas están siempre
desnudas? ¿Por qué no representa a la Justicia con los ojos
vendados? ¿Cómo hizo para que esta escultura tan grande
entre por esa puerta?
¿Por qué se le ocurrió hacer de su casa un museo?
¿Ahora se construyen monumentos? ¿Cómo se designa al
director de un mu- seo? ¿Cómo se entra a trabajar en un museo?
Otros comentarios:
131
Administración y gestión de proyectos
Destinatarios
Alumnos del Profesorado de los Niveles Inicial y Primario. Alum-
nos de las escuelas destino donde se realizan prácticas y residencias.
Objetivos
Comunidad en general.
A) Objetivos generales
Generar una “cultura institucional” donde se vivencie la circulación
de los saberes, el interés por la búsqueda de nuevos caminos y la
indagación pedagógica.
Habilitar ámbitos de intercambio y reflexión sobre la tarea institu-
cional, que posibilite los cambios señalados como necesarios.
Propiciar una Formación Docente acorde a los desafíos de
nues- tro tiempo que evite la fragmentación del conocimiento.
Construir y articular proyectos educativos y culturales interinstitu-
cionales.
Extender los espacios pedagógicos de la Formación Docente ha-
cia otros ámbitos culturales.
Incorporar progresivamente los TICs en la cotidianeidad de la vida
institucional.
B) Objetivos específicos
Que los alumnos y docentes logremos:
Ampliar conocimientos respecto al patrimonio de nuestra Ciudad,
apropiándose de los bienes culturales que nos pertenecen como
ciudadanos.
Reflexionar sobre la relación entre las obras artísticas y las formas
132
Capítulo 9: Proyectos e interdisciplinariedad
Propuesta de
trabajo
Responsable: director de la ENS.
Equipo de trabajo: profesores que se vayan sumando a medida
que el proyecto sea conocido por toda la institución.
Destinatarios: docentes, alumnos y escuelas donde los alumnos
realizan sus prácticas.
Inclusión y uso de los recursos financiables: ......
Instituciones involucradas: ENS N°..., Museo M, jardines de infan-
tes y escuelas primarias de la zona
Otros.
9. Etapas y Cronograma
De marzo a diciembre:
Reuniones con el personal de conducción del Museo
Reuniones de trabajo con los profesores involucrados en el pro-
yecto, en el marco de “La Casa de …………”.
Reflexión sobre las prácticas pedagógicas y utilización en el pro-
yecto de las nuevas tecnologías.
Creación de un espacio virtual, a ser utilizado por los profesores,
que comenzando con la presentación del proyecto, se ofrecerá
133
Administración y gestión de proyectos
como uno de los marcos a través del cual dar a conocer, proyec-
tos, avances, diseñar tramos de trabajo en común, reflexionar so-
bre los resultados.
Creación de un “Blog” relacionado con el proyecto, para ser utiliza-
do por toda la comunidad involucrada en el mismo.
Creación de un video del Museo en el Taller de Cine (instancia
curricular de la formación general) realizado por los alumnos del
profesorado.
Jornada institucional para comunicar sobre el proyecto con activi-
dades en el Museo.
Adquisición de Materiales y elaboración de otros, destinados a la
concreción del Proyecto.
Elaboración por parte de los profesores de proyectos para sus cá-
tedras relacionados con el espacio del Museo.
Capacitación de las profesores y los alumnos para instrumentar-
los en la producción y utilización de recursos relacionados con las
nuevas tecnologías.
Febrero de:
Encuentro con profesores para el intercambio de Ideas y articula-
ción de acciones.
Presentación por parte de los responsables de los nuevos insu-
mos adquiridos.
Jornada de Capacitación.
Marzo a Julio:
Trabajo articulado en las diferentes cátedras con los alumnos.
Reflexión sobre la práctica en referencia al proyecto articulador.
Vinculación con los equipos de conducción de las escuelas de
destino presentando el proyecto.
Implementación por parte de los alumnos del trayecto de las prác-
ticas de unidades didácticas y proyectos relacionados con las
oportunidades que brindan los diferentes espacios del Museo.
Recopilación y elaboración de materiales representativos de la
memoria de habitantes del barrio en relación a la historia del “La
casa de …..”; de producciones plásticas, literarias, y en otro tipo
de soporte para la muestra de cierre, como material fotográfico y
fílmico relacionado con el proyecto.
De agosto a octubre:
Organización y sistematización de los materiales recabados.
134
Capítulo 9: Proyectos e interdisciplinariedad
Financiamiento
Empleo de horas institucionales para el pago a los profesores in-
volucrados y ayuda de la Asociación Cooperadora para el pago de in-
sumos y materiales.
Seguimiento y
monitoreo
Periódicamente se realizarán reuniones entre los profesores, y los
coordinadores del proyecto mantendrán informados a los demás do-
centes para invitarlos a sumarse. Se mantendrán reuniones de segui-
miento con el coordinador del proyecto y con equipos especializados
en la articulación museo y escuela.
Se hará un análisis de los informes sobre la marcha del Proyecto
de Innovación.
Se hará un seguimiento de las actividades de capacitación a los
formadores.
Se harán cuestionarios a los estudiantes que participan en el
Proyecto.
Se analizarán los trabajos producidos en la marcha del
Proyecto.
Se observará el impacto que tiene el Proyecto en la comunidad
cercana.
135
Administración y gestión de proyectos
136
Capítulo 9: Proyectos e interdisciplinariedad
137
Administración y gestión de proyectos
Bibliografía
Arfuch. Leonor. Identidades, Sujetos y Subjetividades. Buenos Aires.
Prometeo, 2002.
Birgin, Alejandra Pensar la Formación Docente en nuestro tiempo.
Buenos Aires, Noveduc, 2006.
Bleichmar, Silvia. Dolor País. Buenos Aires. Libros del Zorzal, 2002.
Bourdieu, Pierre. El Sentido Práctico. Madrid, Editorial Taurus, 1991.
Bourdieu, Pierre. Capital cultural, escuela y espacio social. Madrid, Si-
glo XXI editores. 1997.
Bourdieu, P. La distinción. Taurus. Buenos Aires, 1998.
Bourdieu, Pierre. Creencia artística y bienes simbólicos. Aurelia Rivera.
Grupo Editorial. Buenos Aires, 2003.
Camilloni, Alicia. Ideas para un prólogo. En Alderoqui, Silvia S. (compi-
ladora). Buenos Aires. Paidós, 1996.
Dussel Inés. Entrevista realizada por Mónica Carozzi para Flacso,
2001.
Hernández, Fernando. Educación artística y cultura visual. Octaedro.
Barcelona, 2000.
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, Culturas del Trabajo
con tecnologías. Instituto de Formación docente. Cuadernos TIC
Nº 1
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Instituto Nacional de
Formación Docente. Plan Nacional de Formación Docente, 2007.
Palamidessi, Mariano (comp.). La escuela en la sociedad en redes.
Fondo de cultura Económica. Buenos Aires. 2006
Tenti Fanfani, Emilio (2005) Sociología de la Educación. Bernal. Uni-
versidad Nacional de Quilmes.
Terigi, Flavia. Diez miradas sobre la escuela primaria. Buenos Aires,
Siglo XXI.
138
Capítulo 10: Evaluación de
proyectos
CAPITULO
10
Evaluación de
proyectos
Consideraciones preliminares
La evaluación de los proyectos está referida a los diferentes nive-
les del mismo: la evaluación de los elementos humanos, los recursos
financieros y materiales, el contexto institucional, los proyectos y los
servicios o productos que se brindan.
La evaluación de proyectos es una obligación que las empresas,
organizaciones o instituciones tienen que realizar, efectuada por los
propios miembros o por consultores externos. Por una parte interesa
conocer cómo resulta el servicio o producto (calidad del mismo) y, por
la otra, si las inversiones en capital, recursos materiales, recursos hu-
manos, etc., están funcionalmente empleados.
Los aspectos de la calidad fueron ya explicitados. La necesidad, la
im- portancia y la normativa fueron anteriormente desarrolladas. En este
mundo globalizado, competitivo, desafiante no se puede prescindir de la
calidad.
La evaluación de proyectos pretende estudiar en qué medida se
cumplen con los fines y objetivos que pretenden alcanzar y en qué gra-
do juega el contexto de realidad en las que están incluidas.
La evaluación está presente desde el momento en que se realiza el
estudio diagnóstico de los proyectos. En la etapa de planificación como
en la de realización práctica también se debe desarrollar este proceso.
La evaluación puede ser entendida como una etapa, un proceso,
o un producto. La evaluación de objetivos, etc., dependerá del modelo
conceptual o “paradigma” con el que se opere desde la institución u or-
ganización. Cada uno de ellos supone una concepción de enseñanza,
de aprendizaje y de ciencia de la administración con un presupuesto
ideológico que subyace.
La concepción tradicional solamente considerará los resultados o
productividad final de la institución. Responde este enfoque a un crite-
rio autocrático, tradicional, autoritario; la línea de dirección sigue una
139
Administración y gestión de proyectos
Los modelos de
evaluación
Los modelos de evaluación pueden ser tradicional, etnográfico e
integrador.
141
Administración y gestión de proyectos
142
Capítulo 10: Evaluación de proyectos
Características de la
evaluación
En el punto anterior señalamos los modelos de evaluación; de
acuerdo con los mismos se caracteriza la evaluación. Trataremos de
enumerar algunas peculiaridades desde la perspectiva integrada. La
evaluación tiene que tener las siguientes características:
143
Administración y gestión de proyectos
Planificación de la
evaluación
La evaluación debe orientarse en gran medida a una autoevalua-
ción. Cuando la misma es externa también necesita de la participa-
ción de los protagonistas que son consultados por los evaluadores. Y
cuando es interna, los mismos sujetos se preguntan y responden por
la realidad institucional.
En cualquiera de los casos, para que la evaluación sea un pro-
ceso de mejoramiento, tiene que ser asumida como una herramienta
de incidencia en la toma de decisiones. Sin embargo, su realización
práctica no queda aún suficientemente definida y obliga a ejercicios
complementarios de clarificación.
La no planificación de la evaluación resultará estéril, pobre, desor-
ganizada y desvirtuará las finalidades de la misma.
Incentivar y desarrollar actitudes de autoevaluación significa poner
en funcionamiento procesos de evaluación continua y sistemática. Se
necesitará agregar al carácter planificado, la rigurosidad y el carácter
técnico de la evaluación.
La planificación de la evaluación implica definir con claridad qué,
cómo, cuándo y por qué se desea evaluar la institución y/o los proyec-
tos institucionales.
La planificación requiere un ejercicio intenso de reflexión, así como
también sensibilidad para descubrir la realidad de la organización y su
contexto. En ella se establecen las bases del proyecto de acción, se
144
Capítulo 10: Evaluación de proyectos
1. Nombre de la organización.
2. Carácter de la organización: pública o privada.
3. Problema o tema del proyecto.
4. Características de la población (sujetos y contexto familiar y social).
5. Emplazamiento: urbano, rural, suburbano, etc.
6. Caracterización edilicia de la organización o sitio de nucleamiento.
7. Infraestructura y materiales.
8. Organización formal de la institución.
9. Planificación y estudio del proyecto.
10. Análisis de los objetivos del proyecto de la organización.
11. Adecuación del proyecto en los diferentes contextos.
12. Programas y subproyectos. Análisis y adecuación de acuerdo
con las expectativas y objetivos.
13. Adecuación de los recursos a los fines, expectativas y
objetivos.
14. Asignación de responsabilidades.
15. Tamaño y características del equipo de trabajo.
145
Administración y gestión de proyectos
146
Capítulo 10: Evaluación de
proyectos
Instrumentos de
evaluación
Los instrumentos de evaluación se ajustan al ‘paradigma’ o modelo
institucional y por lo tanto al modelo de evaluación que defina a la
institu- ción. Entre los instrumentos que se utilizan, cabe enunciar: las
entrevis- tas, la observación, los tests, las encuestas y las pruebas de
contenido.
1. La entrevista
da esa actitud. Del mismo modo el caso opuesto, alguien que a toda
costa quiere ser entrevistado, porque por algo quiere brindar información.
El entrevistador debe asumir una actitud amigable para que los entre-
vistados se brinden con total soltura (dentro de los límites de lo que la
misma significa), y por lo tanto se obtengan los datos que necesita el
investigador. La entrevista conviene que sea del tipo semiestructurada,
con una lista de preguntas elaboradas previamente con los datos
observados, y debe permitir que los entrevistados agreguen
informaciones de modo subjetivo. De cualquier manera el
entrevistador debe estar abierto a
informaciones que surjan de la misma.
La sensibilidad y el tacto del entrevistador generará un mayor o me-
nor caudal informativo que recogerá de la entrevista. El entrevistador no
debe ser irónico, ni provocador ni desconsiderado con el entrevistado.
El buen rapport (comunicación o lazo afectivo) posibilitará que el
entre- vistador no sea percibido como un amigo íntimo ni un extraño
entrometido. En el análisis de la entrevista el entrevistador debe
preguntarse: ¿el en- trevistado dijo ¿lo que piensa?, ¿dijo lo que quería
decir?, ¿expresó lo que
no quería decir?, ¿ocultó cosas importantes?, ¿por qué dijo lo que
dijo?, etc.
Es conveniente que la entrevista no exceda los treinta o cuarenta
minutos de duración para evitar la aparición de mecanismos incons-
cientes que generen resistencias u ocultamientos mayores.
Las entrevistas colectivas pueden hacerse con sujetos de diferen-
tes o de los mismos departamentos o estamentos. El registro de la mis-
ma tiene que estar contextualizado y adecuadamente registrado. No es
conveniente el uso del grabador ni de la filmación de la misma porque
incentiva los mecanismos paranoicos en los sujetos (me reconocerán
por la voz, ¿quién lo escuchará?, me podrán ver en la filmación, etc.) y
la producción de información se verá empobrecida.
La contrastación de los datos obtenidos en la entrevista con la reali-
dad, tiene que complementarse con el empleo de los otros instrumentos.
2. Observación
3. Tests
4. Encuestas
5. Pruebas de contenido
152
Capítulo 10: Evaluación de proyectos
ENCUESTA INICIAL
CURSO:
Sexo: Edad:
Escolaridad y formación:
Cargo que desempeña:
Qué expectativas tiene respecto al curso?
153
Administración y gestión de proyectos
CURSO:
PROFESOR:
154
Capítulo 10: Evaluación de proyectos
155
Administración y gestión de proyectos
Bibliografía
156
Índice
Indice
Prólogo .............................................................................................. 7
CAPITULO 1
La administración ............................................................................ 9
1. Definiciones de administración....................................................... 9
2. Benevolencia perniciosa................................................................. 11
3. La participación en la gestión......................................................... 12
4. El sujeto como participante ........................................................... 13
5. Teoría de la participación ............................................................... 14
6. Requisitos de la participación .........................................................15
7. La ausencia de participación ......................................................... 16
8. La no participación y las teorías administrativas ............................ 17
9. La participación basada en estímulos ........................................... 18
10. Democratización .......................................................................... 19
Democratización de la educación ................................................. 20
La responsabilidad social educativa ............................................. 22
Democratización en las organizaciones ....................................... 22
CAPITULO 2
Administración y gestión de proyectos ........................................ 25
1. Algunos conceptos ........................................................................ 25
2. Aportes de la planificación ............................................................. 31
CAPITULO 3
Elaboración de proyectos de investigación.................................. 35
1. Investigación científica................................................................... 35
2. Investigación empírica ................................................................... 38
3. Investigación práctica .................................................................... 39
4. Guía para la elaboración de un proyecto de investigación ............ 40
5. Bibliografía .................................................................................... 48
CAPITULO 4
El trabajo de campo ......................................................................... 49
1. Paradigmas en investigación social................................................49
2. La ponderación de los fenómenos sociales................................... .51
3. La ponderación y el trabajo de campo ........................................... 53
157
Administración y gestión de proyectos
CAPITULO 5
La observación ................................................................................ 57
1. Los elementos de la observación participante .............................. 58
2.Una visión integradora de la observación participante ................... 61
3. “Participación” ............................................................................... 63
4. La participación en el trabajo de campo ........................................ 67
CAPITULO 6
La entrevista .................................................................................... 71
1. Concepciones acerca de la entrevista .......................................... 72
2. Límites del enfoque no directivo .................................................... 74
3. La entrevista en la investigación social .......................................... 77
4. Aspectos dinámicos de la entrevista .............................................. 84
5. Los momentos de la entrevista ...................................................... 86
CAPITULO 7
Las encuestas .................................................................................. 89
Procedimiento general de la encuestas ............................................ 90
Selección y tamaño de la muestra ..................................................... 93
Organización del trabajo .................................................................... 98
Validez de los resultados ................................................................. 100
Diseños de investigación con encuestas ......................................... 102
Principales formas de recolección de datos .................................... 105
CAPITULO 8
Proyecto social .............................................................................. 107
La prevención se puede proyectar .................................................. 108
Proyecto de un instituto de formación técnica y docente .................. 111
Objetivos .......................................................................................... 112
Contenidos ...................................................................................... 113
Actividades ...................................................................................... 114
Metodología ..................................................................................... 115
Participantes .................................................................................... 115
Responsables .................................................................................. 115
Cronograma ..................................................................................... 116
Presupuesto .................................................................................... 116
Evaluación del proyecto .................................................................. 116
Bibliografía ....................................................................................... 118
158
Índice
CAPITULO 9
Proyectos e interdisciplinariedad ................................................ 119
Síntesis del proyecto ....................................................................... 122
Marco referencial ............................................................................. 124
Caracterización del proyecto .......................................................... 128
Tema o temas prioritarios en el que se enmarca ............................. 132
Destinatarios ................................................................................... 132
Objetivos ......................................................................................... 132
Propuesta de trabajo ....................................................................... 133
Etapas y Cronograma ...................................................................... 133
Financiamiento .................................................................................135
Seguimiento y monitoreo ................................................................. 135
Articulaciones con programas y proyectos
en actividad a nivel institucional, jurisdiccional y nacional ............... 136
Compromisos / acuerdos con instituciones u organizaciones ...............136
Resultados esperados a nivel interno de la institución ..................... 136
Resultados esperados en relación
con la articulación interinstitucional ................................................. 137
Bibliografía ...................................................................................... 138
CAPITULO 10
Evaluación de proyectos ...............................................................139
Consideraciones preliminares ..........................................................139
Los modelos de evaluación ..............................................................141
Características de la evaluación ...................................................... 143
Planificación de la evaluación .......................................................... 144
Instrumentos de evaluación ............................................................. 147
Bibliografía ...................................................................................... 156
159