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Muros de contención

Ing. Carlos Bravo Aguilar


Tipos de muros de contención
Funcionamiento de muros de
contención
• El carácter fundamental de los muros es el de servir de elemento de contención de un terreno, que en
unas ocasiones es un terreno natural y en otras un relleno artificial. (Fig. l-la).
• En la situación anterior, el cuerpo del muro trabaja esencialmente a flexión y la comprensión vertical
debida a su peso propio es generalmente despreciable.
• Sin embargo, en ocasiones el muro desempeña una segunda misión que es la de transmitir cargas
verticales al terreno, en una función de cimiento. La carga vertical puede venir de una cubierta situada
sensiblemente a nivel del terreno (Fig. 1-lb), o puede ser producida también por uno o varios forjados
apoyados sobre el muro y por pilares que apoyen en su coronación transmitiéndole las cargas de las
plantas superiores. (Fig. 1 - 1 c).
• Las formas de funcionamiento del muro de contención (Fig. 1 - 1 a), y del de sótano (Fig. 1-lb y c), son
considerablemente diferentes. En el primer caso el muro se comporta como en voladizo empotrado
en el cimiento, mientras que en el segundo el muro se apoya o ancla en él o los forjados, mientras que
a nivel de cimentación el rozamiento entre cimiento y suelo hace innecesaria casi siempre la
disposición de ningún otro apoyo. El cuerpo del muro funciona en este segundo caso como una losa
de uno o varios vanos.
TIPOS GENERALES DE MUROS
DE CONTENCION

• MUROS DE GRAVEDAD
• Son muros de concreto en masa (Fig. l-3) en los que la resistencia se
consigue por su propio peso. Normalmente carecen de cimiento
diferenciado (Fig. l-3a), aunque pueden tenerlo. (Fig. l-3b).
MUROS MENSULA

• Son los de empleo más corriente (Fig. l-4) y aunque su campo de


aplicación depende, lógicamente, de los costes relativos de
excavación, concreto, acero, encofrados y relleno, puede en primera
aproximación pensarse que constituyen la solución económica hasta
alturas de 10 ó 12 m.
MUROS DE CONTRAFUERTES

• Constituyen una solución evolucionada de la anterior, en la que al crecer la altura y por lo tanto los
espesores de concreto, compensa el aligerar las piezas. Esto conduce a refuerzo y encofrados más
complicados y a un hormigonado más difícil y por lo tanto más costos, al manejarse espesores más
reducidos. Sin embargo, a partir de los 10 ó 12 m. de altura es una solución que debe tantearse
para juzgar su interés.
• Pueden tener los contrafuertes en trasdós (Fig. l-5a) o en intradós (Fig. l-Sb), aunque la primera
solución es técnica y económicamente mejor, por disponer el alzado en la zona comprimida de la
sección en T que se forma. La segunda solución, al dejar los contrafuertes vistos produce además,
generalmente, una mala sensación estética.
MUROS DE BANDEJAS

• Su concepto es muy diferente del que origina el muro de contrafuertes. Aquí no se


trata de resistir el mismo momento flector, aumentando el canto y aligerando la
sección, sino de reducir los momentos flectores debidos al relleno mediante los
producidos por la carga del propio relleno sobre las bandejas. (Fig. l-6).
• Su inconveniente fundamental radica en la complejidad de su construcción. Puede
resultar una alternativa al muro de contrafuertes para grandes alturas.
MUROS CRIBAS Y OTROS MUROS
PREFABRICADOS
FORMAS DE FALLA

• En general el muro puede alcanzar los siguientes estados límites, de servicio


o últimos.
• a) Giro excesivo del muro considerado como un cuerpo rígido (Fig. 2-l).
• b) Deslizamiento del muro. (Fig. 2-2).
Deslizamiento profundo de muro
• Es debido a la formación de una superficie de deslizamiento profunda, de forma
aproximadamente circular.
• Este tipo de fallo puede presentarse si existe una capa de suelo blando en una
profundidad igual a aproximadamente a vez y media la altura del muro, contada
desde el plano de cimentación de la zapata (2.1). En ese caso debe investigarse
la seguridad frente a este estado límite, por los procedimientos clásicos.
Deformación excesiva del alzado
• Es una situación rara salvo en muros muy esbeltos, lo cual
es un caso poco frecuente.
Fisuración excesiva
• Puede presentarse en todas las zonas de tracción, y se trata de una
fisuración especialmente grave si su ancho es excesivo, ya que en
general el terreno está en estado húmedo y la fisuración no es
observable.
Rotura por flexión

• Puede producirse en el alzado, la puntera o el talón. Como las


cuantías en muros suelen ser bajas, los síntomas de pre rotura sólo
son observables en la cara de tracción, que en todos los casos esta
oculta, con lo cual no existe ningún síntoma de aviso.
Rotura por esfuerzo cortante

• Puede presentarse en alzado, puntera, talón o tacón


Rotura por esfuerzo rasante

• La sección peligrosa suele ser la de arranque del alzado,


AB (Fig. 2-8), que es una junta de hormigonado obligada,
en zona de máximo momento flector y máximo esfuerzo
cortante.
Rotura por fallo de traslape

• La sección peligrosa suele ser la de arranque de la armadura de


tracción del alzado, donde la longitud f, de traslape (Fig. 2-9) debe
ser cuidadosamente estudiada, ya que por razones constructivas el
traslape se hace para la totalidad de la armadura en la zona de
máximos esfuerzos de flexión y corte.
EMPUJES DEL TERRENO SOBRE LOS MUROS,
CARGAS Y SOBRECARGAS ACTUANTES SOBRE
EL TERRENO
• La presión del terreno sobre un muro está fuertemente condicionada por

la deformabilidad del muro, entendiendo por tal no sólo la deformación

que el muro experimenta como pieza de concreto, sino también la que en

el muro produce la deformación del terreno de cimentación.

• Si el muro y el terreno sobre el que se cimenta son tales que las

deformaciones son prácticamente nulas, se está en el caso de empuje al

reposo. Algunos muros de gravedad y de sótano pueden encontrarse en

ese caso.
EMPUJES DEL TERRENO SOBRE LOS MUROS,
CARGAS Y SOBRECARGAS ACTUANTES SOBRE
EL TERRENO

• Si el muro se desplaza, permitiendo la expansión lateral del suelo se produce un

fallo por corte del suelo y la cuña de rotura avanza hacia el muro y desciende (fig.

3-la). El empuje se reduce desde el valor del empuje al reposo hasta el denominado

valor de empuje activo (Ea), que es el mínimo valor posible del empuje.

• Por el contrario, si se aplican fuerzas al muro de forma que éste empuje al relleno,

el fallo se produce mediante una cuña mucho más amplia, que experimenta un

ascenso. Este valor recibe el nombre de empuje pasivo y es el mayor valor que

puede alcanzar el empuje. El empuje al reposo es por tanto de valor intermedio

entre el empuje activo y el empuje pasivo.


EMPUJES DEL TERRENO SOBRE LOS MUROS,
CARGAS Y SOBRECARGAS ACTUANTES SOBRE
EL TERRENO

• Como se ha indicado anteriormente, al producirse el fallo del terreno se produce un

corrimiento vertical relativo entre terreno y muro, que moviliza la fuerza de

rozamiento entre ambos.

• Si no hay información procedente de ensayos directos, para terrenos granulares

puede aceptarse que el ángulo ɗ de rozamiento con muros de concreto es δ = ø/2.


Este valor no se ve afectado por el grado de humedad del suelo. (3.2).
EMPUJES DEL TERRENO SOBRE LOS MUROS,
CARGAS Y SOBRECARGAS ACTUANTES SOBRE
EL TERRENO
• Para terrenos cohesivos puede suponerse que la resistencia a corte a lo largo del

trasdós del muro, viene dada por la expresión

τ=c+σtgδ
donde:

c : valor de la cohesión (no deben considerarse valores superiores a 5 t/m2).

σ : presión normal del terreno sobre el muro en el punto considerado

δ: ángulo de rozamiento entre terreno y muro, que de nuevo a falta de ensayos

directos se tomará como ø/2 para el caso de muros de concreto.


TEORIA DE COULOMB PARA
SUELOS GRANULARES

• Este caso, el más frecuente en muros, especialmente si se


quiere drenar el suelo del trasdós por razones económicas
y/o estéticas, fue resuelto por COULOMB en 1773.
TEORIA DE COULOMB PARA
SUELOS GRANULARES
La teoría se basa en suponer que al moverse el muro bajo la acción del empuje, se produce
el deslizamiento de una cuña de terreno MNC, limitada por el trasdós del muro MN,
por un plano que pase por el pie del muro y por la superficie del terreno. Por tanto, se
establece una primera hipótesis, que es suponer una superficie de deslizamiento plana,
lo cual no es del todo cierto, aunque el error introducido sea pequeño.
El resto de los supuestos de partida se pueden sintetizar en los siguientes puntos:
• Considera la existencia de fricción entre el terreno y el muro.
• Supone que el terreno es un material granular, homogéneo e isotrópico y que el
drenaje es lo suficientemente bueno como para no considerar presiones intersticiales
en el terreno.
• De todos los posibles planos de deslizamiento, el que realmente se produce es el que
conlleva un valor de empuje máximo.
• La falla es un problema bidimensional. Considera una longitud unitaria de un cuerpo
infinitamente largo.
TEORIA DE COULOMB PARA
SUELOS GRANULARES
TEORIA DE COULOMB PARA
SUELOS GRANULARES
λh = coeficiente de empuje activo horizontal depende de las siguientes
variables:
φ = ángulo de rozamiento interno del terreno
δ = ángulo de rozamiento entre terreno y muro
α = ángulo de inclinación del muro respecto a la horizontal
β = ángulo del talud natural del terreno
λv = coeficiente de empuje activo vertical.
H = altura del paramento del muro más el canto de la zapata.
γ = densidad de las tierras.
TEORIA DE COULOMB PARA
SUELOS GRANULARES
TEORIA DE COULOMB PARA
SUELOS GRANULARES
Teoría de RANKINE

• Otra teoría muy importante para el cálculo de empujes, es la llamada Teoría de


RANKINE, la cual no se va a detallar para no hacer demasiado extenso este apartado.
Sólo se expondrán las conclusiones a las que llega dicha teoría:
• Como conclusión, la Teoría de Rankine, deduce que el estado tensional horizontal
depende del parámetro C. La presencia de cohesión en un suelo horizontal
homogéneo no altera la orientación de los planos de rotura respecto del caso no
cohesivo; lo único que varía es la magnitud de las tensiones horizontales de rotura,
menores en el caso activo y mayores en el caso pasivo.
• Por tanto, en breve se procederá a ir hacia el lado de la seguridad considerando C=0,
es decir, Se considerará que no hay cohesión incluso en los terrenos coherentes.
• Sólo exponer que cuando α=90°, β=δ=0°, la Teoría de RANKINE conduce al mismo
valor que la de COULOMB.
INFILTRACION DE AGUA EN EL
RELLENO

• En todo lo anterior hemos supuesto el terreno seco y


manejado en las fórmulas su densidad seca y. Esta es una
situación poco frecuente en la práctica.
• La presencia de agua en el relleno, bien por la acción de la
lluvia, bien por infíltraciones subterráneas, afecta de
manera importante a todo lo anterior.
INFILTRACION DE AGUA EN EL
RELLENO
• a) Si el material del relleno es muy permeable como es el
caso de las gravas y de las arenas gruesas e incluso
medias, la aportación de agua será evacuada por el
sistema de drenaje mediante el establecimiento de una
red de filtración de dirección predominantemente
vertical. Mientras el sistema de drenaje sea capaz de
evacuar el agua filtrante, el nivel de agua no rebasará la
cota inferior del sistema de drenaje y las fórmulas vistas
hasta ahora para calcular las presiones y empujes siguen
siendo válidas sin más que reemplazar en ellas la
densidad seca y por la densidad aparente yh. Esta última
densidad varía naturalmente con el grado de humedad
del suelo y la falta de ensayos directos puede ser
estimada a partir de los datos de la tabla T-3.5.
INFILTRACION DE AGUA EN EL
RELLENO
INFILTRACION DE AGUA EN EL
RELLENO
• b) Si el material del relleno es de baja permeabilidad, como ocurre en
arenas finas y arenas limosas, y la aportación de agua es importante,
aunque se establezca la red filtrante hacia el drenaje y éste sea capaz de
desaguar el caudal correspondiente, se produce un aumento de las
presiones y empujes respecto al caso anterior.
• Las presiones en este caso pueden ser estimadas sustituyendo en las
fórmulas la densidad seca y por la densidad sumergida y’ y añadiendo una
presión que a profundidad z viene estimada por

• donde yu es la densidad del agua y p’ actúa perpendicularmente al trasdós.


El empuje correspondiente es de cálculo inmediato.
INFILTRACION DE AGUA EN EL
RELLENO

• c) Si la aportación de agua excede a la capacidad de


desagüe de la red de drenaje, el nivel del agua puede
alcanzar la cota de la coronación del muro, en el caso
limite y en ese caso la presión p’ se duplica alcanzando el
valor de la presión hidrostática.
EMPUJE PRODUCIDO POR LA
ACCION SISMICA

• Método de Monobe Okabe

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