La boca y la cola son sus mecanismos de defensa y las armas
que usan para defenderse. Las usarán si se sienten acorraladas o atacadas. Ciclo de vida de las iguanas las iguanas viven de media entre 10 y 20 años, pero se han conocido casos de iguanas que han llegado a vivir más de 20 años. Se puede determinar el género de una iguana viendo la zona central de las patas traseras, si es macho desarrollan unos poros femorales que segregan unas esencias muy peculiares. Reproducción La reproducción de la iguana consiste en la puesta de huevos entre 50 o 100 días después de la copulación. Antes de poner los huevos la hembra deja de comer, pero no de beber, ya que la ingesta de agua aumenta. Los árboles son el lugar preferido de las iguanas para vivir, pero estos no son el lugar idóneo para la puesta de huevos. Aunque las iguanas pueden estar en las alturas, en tierra o mar, necesitan un lugar tranquilo en el que poner huevos, y que estos puedan estar a salvo tanto del ser humano como de otros depredadores. Incubación La iguana no hace incubación de los huevos, pues al enterrarlos estos ya dependen del ambiente y la humedad, así como del calor que absorbe la tierra por el sol. Así, los huevos se van desarrollando solos sin la ayuda de la madre. Un dato curioso es que la madre se va una vez ha puesto los huevos y rompe toda conexión o lazos de sangre con sus crías. Las pequeñas iguanas salen del huevo por sí mismas, aunque el proceso puede alargarse un día, ya que por sí solas van sacando y metiendo la cabeza para adaptarse al nuevo mundo. El periodo de incubación duró 78.2 ± 10 días. Del total de huevos puestos, eclosionó 53.2%; sin embargo, el porcentaje de eclosión de los huevos incubados que dieron origen a crías fue de 64.8, con peso al nacimiento de 12.5 ± 2.3 g y longitud hocico–cloaca de 7.0 cm Comportamiento de las iguanas Una vez que hemos visto el comportamiento de las iguanas en lo que a reproducción e incubación se refiere, es interesar conocer cómo es su comportamiento común. Las iguanas tienen fama de tener un carácter agresivo. Este se intensifica aún más cuando llega la época de celo, en la que los machos se pelean por ganar el amor de las hembras, emiten silbidos, se les hincha el cuerpo o inflan su papada.