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LOS 14

INCAS
Manco Cápac fue hijo del rey Apu Tambo, de Taipicala
(Tiahuanaco). Posiblemente nació a finales del siglo XII
en Maucallaqta (Pacaritambo), al sur del Cusco.
A mediados del siglo XIII dirigió la conquista de
Acamama, donde fundó la ciudad del Cusco. Tuvo
como mujer principal a Mama Ocllo, aunque algunas
fuentes señalan a Mama Huaco.
Durante su reinado en el Cusco la dividió en cuatro
barrios: Quinticancha, Chumbicancha, Sayricancha y
Yarambucancha. También mandó construir el
Inticancha, primer templo del Sol y sede de gobierno.
Además, sometió a las tribus huallas, sahuaseras y
alcahuisas.
Después de designar como sucesor a su hijo Sinchi
Roca, Manco Capac murió y su cadaver fue
momificado. Sus descendientes formaron el ayllu
Chima Panaca.
Hijo legítimo de Manco Capac y Mama Ocllo. Nació en
Tampuquiro, parte del reino de Pallata, uno de los muchos
paraísos donde sus padres se detuvieron cuando buscaban un
lugar fijo para establecerse.
Tuvo que luchar duramente contra los señores que querían
destruirlos o desalojarlos, como el temible Ayarmacas, cuyo
rey se voló los dientes en una batalla. Su matrimonio con
Mama Coca, hija del curaca Sutic Huamán, del señorío de
Sañuc, le permitió un importante apoyo para defenderse de
sus enemigos.
Los cronistas relatan que Sinchi Roca fue el primer Inca en
utilizar la mascaipacha, máximo distintivo de la soberanía
incaica; constituyendo su propia panaca, Raura Ayllu,
separándola de la fundada por su padre; y como figura
totémica o huauque, eligió la de un pez, nombrándola
guanachiri Amaru. Fue él quien ordenó a todos los hombres
de su etnia que se perforaran las orejas en señal de nobleza.
Lloque Yupanqui fue elegido por su padre, Sinchi Roca, como su
sucesor, a pesar de no ser el primogénito, por sus mejores
cualidades como líder y guerrero. Lloque Yupanqui no defraudó
y enfrentó tenazmente a los temibles Ayarmacas, logrando
arrebatar las fértiles tierras de Maras, en el valle del Urubamba.
La habilidad política de Lloque Yupanqui le permitió formar una
cofundación con los vecinos señores de Huaro y Quilliscachi,
quienes le proporcionaron una valiosa ayuda en la guerra
contra los Ayarmacas. Cuando era muy mayor, el Inca se casó
con la joven Mama Cagua, hija de los Curaca de Oma, un
matrimonio con fines claramente políticos, ya que le permitió
ampliar la red de alianzas que consolidaron a los Incas en la
región.
Inca Mayta Cápac fue el cuarto gobernante del Curacazgo del
Cusco, cuando Lloque YupanquiInca Lloque Yupanqui murió,
Mayta Cápac era aún muy pequeño para asumir el poder, por lo
que su tío asumió el mando hasta que este fuese maduro.
Hijo de Lloque Yupanqui y de Mama Cora, tenía cualidades
excepcionales para el gobierno militar. De joven se distinguió
por ser altanero y valiente; y, al participar en las reyertas de su
familia con los Alcabizas, tuvo varios encuentros en los cuales
resultó siempre victorioso, y acabó por someterlos.
El Inca Mayta Cápac se casó con Mama Tancaray, hija de rey de
la etnia Collagua (Caylloma) estableciendo una importante
alianza con miras a una futura expansión hacia la sierra de
Arequipa. Cuando preparaba una expedición militar a esta
región -en el país de los cuntis- contrajo una enfermedad de
consecuencias fatales.
Quinto monarca inca de la primera dinastía según la lista de
reyes elaborada a partir de la tradición oral conservada por los
escritores españoles. No se conoce su cronología exacta, pero
su reinado se ubica entre la fecha de la fundación del Cuzco y la
coronación de Pachacuti en 1438. Su poder abarcaba las tierras
próximas al valle de Cuzco. La ascensión al trono de este
soberano planteó unos problemas que fueron luego habituales
en lo sucesivo. Fue designado sucesor por su padre Mayta
Capac, pero tuvo que luchar con sus hermanos para alcanzar el
trono. Durante su reinado, los incas entraron en relación con
los andahuailas, los cuales se incorporarían a la federación
cuzqueña.
Durante su reinado, el dominio de los incas se extendió más allá
del valle de Cuzco. Logró reafirmar su posición entre las
diferentes tribus confederadas, lo cual comportó una
importante concentración de poder en sus manos, que le
permitió emprender una serie de reformas internas a nivel
tanto político como religioso.
La expansión territorial comportó numerosas dificultades, ya
que el poderío de los incas aún no se había desarrollado hasta
los extremos que alcanzó en los siglos venideros. Así, Inca Roca
se vio obligado a establecer acuerdos con otros pueblos, como
los ayarmaka, a los que tuvo incluso que dejar a su hijo Yahuar
Huacac en custodia, a causa de un conflicto matrimonial. A su
muerte dejó el trono a Yahuar Huacac, quien se convirtió en el
séptimo emperador inca.
Yahuar Huaca, sétimo rey del Cuzco, hijo de Inca Roca. Su nombre
original fue Tito Cusi Huallpa, pero se cuenta que muy pequeño fue
secuestrado por la etnia de los ayarmaca y condenado a muerte, por lo
cual empezó a llorar con gran sentimiento hasta que brotaron lagrimas
de sangre de sus ojos, hecho que asustó a sus captores, quienes
exclamaron yahuar huacac (llora sangre). Devuelto al Cuzco siendo ya un
joven fue designado correinante de su padre y al ser entronizado, ya
adulto, tomó el nombre de Yahuar Huaca. Su reinado fue corto y sus
conquistas escasas. Afrontó desde un comienzo la sublevación de la
etnia pinagua, que buscaba separarse del reino del Cuzco, a la que
finalmente derrotó gracias a una estratagema de su hermano Vicaquirao,
quien se convirtió en su hombre de confianza en asuntos de estado,
aconsejándole acerca de la conveniencia para el poder cuzqueño de no
limitarse únicamente a recoger tributos sino que debía tener una
presencia efectiva en los territorios conquistados. Logró ganarle más
tierras a los cuntis, siempre gracias a las habilidades militares de su
hermano Vicaquirao.
Sus luchas con los ayarmacas fueron superadas en virtud a una alianza
matrimonial con Mama Chiquia, hija del señor de dicha etnia. Con ella
tuvo muchos hijos, de los cuales escogió a Paguac Huallpa como su
sucesor, aunque su elección no agradó a los huallacanes, quienes
preferían y proponían a Marcayuto, un vástago de Inca Roca procreado
en una mujer oriunda de Huallacán. Planificaron entonces una
emboscada, invitando a Paguac Huallpa a visitar su llacta. La celada tuvo
éxito y consiguieron asesinarlo junto a cuarenta guerreros que lo
resguardaban. En represalia Yahuar Huaca mandó arrasar el pueblo de
Paullo, principal asiento de los huallacanes y mató a muchos principales
comprometidos en la muerte de su hijo.
Inca Huiracocha, fue el octavo gobernante del Curacazgo del
Cusco. Tomó el nombre de Viracocha Inca porque aseguró
haber tenido un sueño divino con el dios Viracocha.
Su nombre original era Hatun Tupac y tenía muy corta edad
cuando el reino del Cusco fue invadido por los cuntis y su tío
asesinado. Pasados esos malos días se juntaron los principales
sobrevivientes y luego de un acalorado debate resolvieron
designar a Huiracocha Inca como sucesor del difunto soberano.
Su nombre original era Hatun Túpac. Afirmaba que había
hablado en un sueño con el dios supremo Huiracocha, así que
hizo que sus súbditos lo llamaran Inca Viracocha.
Tras dirigir con éxito la defensa militar del Cuzco ante la
invasión del ejército chanca, su padre lo designó su sucesor
alrededor de 1438.
Considerado el primero de los grandes soberanos incas y un
excepcional líder. Conquistó numerosas etnias y estados, entre
ellas la meseta del Collao, acrecentando su prestigio con la
expansión de las fronteras de su reino, que transformó en el
imperio más grande de Sudamérica.
Fue el principal responsable del engrandecimiento original de
la ciudad de Cusco (Cuzco). Bajo su reinado, reformó el estado,
construyó caminos, ciudades, templos y obras arquitectónicas
de gran importancia como Machu Picchu.
Vencedor de los chancas, entre otros grupos de pueblos,
extendió el dominio inca desde el norte del actual Ecuador
hasta el centro de lo que hoy en día es Chile y, por el este, hasta
la ciudad de Tucumán (Argentina), siendo además, el primero
en organizar una expedición al lago Titicaca (Bolivia).
Amaru Inca Yupanqui fue el décimo inca del Tahuantinsuyo.
Hijo y sucesor de Pachacútec, con el cargo de Corregente, por
lo general no es incluido en la lista de los gobernantes incas,
pues su gobierno fue muy breve, siendo rápidamente
reemplazado por su hermano Túpac Inca Yupanqui.
Hijo de Pachacútec y la coya Mama Anahuarque. Nació en
Pomacocha, cuando el ejército de su padre se hallaba en
camino a Vilcashuaman. De retorno al Cusco, Pachacútec hizo
grandes fiestas para celebrar su nacimiento.
A medida que fue creciendo demostró ser de temperamento
bondadoso y pacífico. Se aficionó más al cultivo de los campos
y a la construcción de edificios y andenes, antes que a las
prácticas de la guerra.
Estando ya su padre Pachacútec viejo y agobiado por las fatigas
de su largo reinado, Amaru fue asociado al gobierno en calidad
de corregente. El correinado era una institución muy antigua y
tenía el fin de entrenar al príncipe heredero en la conducción
del reino y en el arte de la guerra.
Hijo del prestigioso soberano Pachacuti Inca Yupanqui, a los
quince años fue nombrado heredero al trono.
Ya en tiempos de su padre sobresalió como uno de los más
grandes generales de su pueblo, al realizar una serie de
conquistas que llevaron al Imperio de los incas a su punto
culminante: se apoderó de Chachapoyas y de Mayobamba,
llevó sus armas hasta el reino Chimú y llegó a impulsar diversas
expediciones navales.
En cambio, sus expediciones a las regiones selváticas del río
Tono no tuvieron tanto éxito, y fueron abandonadas ante la
revuelta de los Colla y los Lupaca, en la cuenca del Titicaca. Una
vez sofocada la rebelión, Túpac Inca Yupanqui marchó hacia el
sur, llegó hasta Tucumán y, a continuación, consolidó sus
posesiones en la costa.
Hijo del Inca Topa Yupanqui y de la princesa y esposa principal
Mama Ocllo, nada más ser designado Soberano debió reprimir
una rebelión de uno de sus setenta hermanastros que
pretendía hacerse con el poder. Su gobierno se caracterizó por
la expansión hasta los límites máximos del Tahuantinsuyu o
Imperio Incaico. Conquistó la zona oriental de Cajamarca y el
norte de Ecuador hasta el río Paito y por el sur amplió sus
tierras hasta el río Maule en Chile.
Este desmesurado crecimiento obligó a pactar con curacas
locales y a potenciar cuerpos de elites militares al mando de
generales que no pertenecían a la exclusiva nobleza cuzqueña,
secular capital y centro político de los incas. Además, por las
continuas rebeliones de tribus cercanas a Quito, Huayna Capac
trasladó su Corte a la ciudad de Tomabamba, cercana de la
actual Quito, creando así un nuevo centro político y militar que
comenzó a disputarle el poder al hasta entonces poderoso
Cuzco.
Soberano inca. Llamado oficialmente Tupic Cusi Hualpa, fue el
duodécimo Inca del Tahuantinsuyo. Era hijo de Huayna Cápac y
de su esposa legítima Araua Ocllo. Tras la conquista de Quito,
su padre convirtió la ciudad en segunda capital y residencia del
Inca, viviendo en ella con una princesa quiteña y el hijo que
había tenido con ésta, Atahualpa. Huáscar, por su parte, siguió
residiendo en Cuzco junto a su madre.
A la muerte de Huayna Cápac, en 1525, Huáscar fue
proclamado Inca con el apoyo de la nobleza tradicional y en
contra de la última voluntad de su padre. Coronado en
Cajamarca, fue reconocido en todo el imperio, excepto en el
reino de Quito, donde gobernaba su hermanastro Atahualpa,
que fue elegido Inca por el ejército y el pueblo.
Estalló entonces la guerra civil y los dos hermanos se
enfrentaron en Riobamba. Atahualpa, que disponía del ejército
del norte y había establecido su base en Cajamarca, envió sus
fuerzas contra Cuzco.
Emperador inca (1525-1533). Era hijo del emperador Huayna
Cápac y de Túpac Paclla, princesa de Quito. Poco antes de morir
en 1525, el emperador Huayna Cápac decidió favorecer a
Atahualpa dejándole el reino de Quito (la parte septentrional
del Imperio de los incas), en perjuicio de su hermanastro
Huáscar, el heredero legítimo, al que correspondió el reino de
Cuzco.
Aunque inicialmente las relaciones entre ambos reinos fueron
pacíficas, la ambición de Atahualpa por ampliar sus dominios
condujo al Imperio Inca a una larga y sangrienta guerra civil. En
1532, informado de la presencia de los españoles en el norte
del Perú, Atahualpa intentó sin éxito pactar una tregua con su
hermanastro. Huáscar salió al encuentro del ejército quiteño,
pero fue vencido en la batalla de Quipaypán y apresado en las
orillas del río Apurímac cuando se retiraba hacia Cuzco.
Posteriormente, Atahualpa ordenó asesinar a buena parte de
los familiares y demás personas de confianza de su enemigo y
trasladar al prisionero a su residencia, en la ciudad de
Cajamarca.

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