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CRISTOLOGIA

Tratado sobre Jesucristo


DEFINICIÓN CRISTOLOGÍA
Es Cristo mismo, El punto de partida y de
referencia de la cristología es la historia
personal de Cristo, ella abarca el mensaje,
las acciones y el destino de quien vive en
relación obediente a la voluntad de Dios.

Etimológicamente la palabra “Cristología” es el


resultado de la composición de los términos
Christos, que en griego significa “ungido” y “logia”
que significa discurso o reflexión. El contenido de la
cristología es el ser y el tiempo, el hacer y el
padecer, la vida y la muerte de Cristo.
La cristología expone la La historia de
realidad de Cristo en la Cristo, es por
medida en que en él tanto, la actuación
están implicados Dios, salvífica del Dios
el hombre y el mundo. trinitario, de forma
Conocer a Cristo supone que en la acción de
conocer su origen y su Cristo está
relación con Dios, a la
operando Dios tal
vez que conocer el
como él es
designio de salvación
de los hombres que
siempre, pero
Dios ha religado a su como Padre a la
destino vez que con el
Espíritu.
CRISTOLOGÍA
BIBLICA
En el Antiguo Testamento:
La espera del Salvador
El Salvador esperado por Israel tiene un
nombre: es el Mesías, el que está
consagrado para realizar el plan que Dios
ha proyectado desde siempre para la
salvación de la humanidad. Sus distintivos
le serán revelados progresivamente al
pueblo elegido a través de las vicisitudes
históricas y de las intervenciones
proféticas, mediante un proceso que irá
poco a poco perfilando un mesías que es
rey, profeta y sacerdote, siervo paciente, y
que presentará rasgos cada vez más
marcadamente trascendentes.
El Mesías rey
El mesianismo bíblico tiene un considerable
desarrollo que se remonta incluso a la época
precedente a la institución monárquica, pero
especialmente es con la monarquía davídica
cuando el fenómeno profético adquiere
contornos suficientemente precisos. En este
período el Mesías, el que realizará las
promesas divinas trayendo justicia, paz y
salvación a Israel, es presentado como un
rey extraordinario descendiente de la estirpe
de David
Al principio el título es referido al rey,
visto como el consagrado por el
Señor para realizar la alianza y
transmitir las bendiciones divinas.
Pero luego el rey es simplemente la
figura del futuro Mesías. Así pues,
inicialmente la promesa de un
Mesías enviado por Dios para salvar
a su pueblo se expresa con
categorías reales.
•El primer anuncio en este sentido es el del profeta
Natán (2Sam.7, 11-16), Dios promete a David un reino
duradero a cuyo frente estará un descendiente suyo.
 En los salmos, el eco de la espera de un Mesías
rey se escucha claramente en algunos salmos
(Sal. 88,20-38; Sal 2,7ss.; Sal 110, 1-3)
 Se destacan con Isaías el contenido de la misión
y la figura del rey Mesías. El primer indicio de la
nueva orientación se encuentra en la profecía
del Emmanuel (Is.7,14 s). En ella se anuncia el
repudio de la casa de David, pero prometiendo
a la vez el nacimiento de un niño con el que
estará Dios.
 En Jeremías el tema mesiánico reviste una
función poco importante, no obstante contiene
una sección muy interesante (Jr 21,11-23). Se trata
de un discurso de consolación directamente
dirigido a los exiliados de Babilonia, en el que se
promete una salvación
 Este carácter escatológico se encuentra también
en el rey mesías anunciado por Ezequiel. Se lo
presenta en efecto como un pastor ideal que
cuidara de las ovejas de Israel (Ez 34, 23s.) el
profeta habla de un rey ideal futuro, pero que es
“representante” de Dios que es en realidad el
verdadero soberano.
El mesianismo real alcanza su vértice al
final del período postexílico,
comenzando por los anuncios del
profeta Zacarías (Zac 9,9s.). En este
texto posterior al final de la dinastía
davídica, la espera aparece ahora
enteramente centrada en un mesías
rey escatológico, que será santo,
traerá la salvación y será humilde.
El mesías, profeta, siervo y
paciente.
Profeta es el que habla en nombre de Dios. El Antiguo
Testamento presenta figuras maravillosas, que
ejercieron esta misión por vocación divina, sufriendo y
luchando para proclamar la voluntad del Señor y
encaminar a su pueblo por sendas de salvación. Se
presentan como hombres de Dios, coherentes hasta el
heroísmo en el cumplimiento de su misión.

La figura del mesías que destaca los cantos de Isaías, es


la del profeta que acepta sufrir y morir por su pueblo.
Es la imagen más pura y más clara de todo el Antiguo
Testamento
•El primer canto describe la investidura
del siervo de Yahvé (Is. 42, 1-4);

•El segundo canto es la historia de la


vocación del siervo paciente (Is. 49, 1-6);
•El tercero presenta la inmensa confianza en
Dios ante los malos tratos a que se verá
sometido el siervo paciente (Is. 50, 4-9);

 El cuarto canto presenta la imagen del


mesías paciente (Is. 52, 13-53,12).
El mesías sacerdote
 Rompe los esquemas tradicionales: no
desciende de Aarón, sino que es según el orden
de Melquisedec (Sal 110,4), el rey sacerdote
mencionado por el Génesis antes que el mismo
Aarón (Gn. 14, 18).
 La novedad de este Mesías sacerdote se
desprende también de las características del
culto que se celebrará en Jerusalén, se trata de
un culto que exigirá una gran pureza interior,
tendrá carácter universalista y cósmico y
comprenderá la ofrenda de un nuevo sacrificio.
La cristología en
el Nuevo
Testamento
Estadio palestino y
helenístico
En el ámbito palestino son tres los principales
títulos que la comunidad atribuyo a Jesús para
designar su dignidad mesiánica y divina

se le llamo Maran(a), que significa


Señor, este titulo se encuentra en el
Nuevo Testamento (1Cor 16, 22; Ap 22,
20) en un contexto manifiestamente
litúrgico.
Jesús es calificado también como Bar
Nasha, el Hijo del Hombre, que debe
venir para el juicio final .A veces remite a
la actividad escatológica de Jesús y otras
veces remite a la actividad terrena de
Jesús.

Por último el tercer título, el de Mesias, que


según es sabido en el ámbito palestino
significa ungido (christós) y que designaba
justamente por lo general al rey de Israel
En el ámbito helenístico se advierte
en ella el esfuerzo por traducir la
cristología, nacida en el ámbito
palestino, en categorías accesibles a
la mentalidad griega. En el mundo
helenístico las categorías bíblicas
eran desconocidas, su atención iba
mas dirigida a la dimensión
ontológica de la salvación que a la
funcional.
Los textos en los que se inspiro
fueron sobre todo los
sapienciales en los que se hablaba
de una personificación de la
sabiduría de Dios y que ofrecían
los instrumentos aptos para
presentar a Jesús como la
sabiduría, el logos del Padre
hecho persona.
El Cristo de los Sinópticos.
 En el evangelio de Marcos, Jesús es designado
como:
 el Cristo (Mc. 1,1.14),
 el Mesías esperado por Israel.
 llamado con frecuencia el Hijo del hombre.

Sin embargo en Marcos, el título más importante es


el de Hijo de Dios que aparece en textos claves
como el encabezamiento del evangelio (Mc 1,1); los
relatos del bautismo de Jesús (Mc 1, 11); de la lucha
de los demonios (Mc 3, 11); de la transfiguración
(Mc 7, 9) y el de la crucifixión (Mc 15, 39).
 Característica de Marcos
universalmente conocida es el
llamado "secreto mesiánico", o sea, el
misterio de la identidad mesiánica y
divina de Jesús. Que sólo se pone
plenamente de manifiesto a los
discípulos después de la muerte y la
resurrección, que son el centro final
de atracción de todo el evangelio. Con
lo que Marcos relaciona la cristología
con la soteriología.
En el evangelio de Mateo, la cristología se
presenta más articulada, además fuertemente
marcada por la experiencia de la comunidad
cristiana en la que maduró, ya que es de origen
judío. Presenta aspectos nuevos de la
personalidad de Jesús:
 el verle como nuevo legislador (Mt 5, 17-47)
 sabiduría de Dios (Mt 11, 25-27);
 como el Mesías “que es más grande que el templo” (Mt
12, 6),
 descendiente de Abraham y de David;
 como el que cumple las escrituras.
 Sin embargo, se encuentran también los rasgos
comunes a la tradición apostólica en la que se
inspira Mateo:
 Jesús es el Señor,
 es el Mesías,
 el Cristo,
 es el Hijo de David
 como también el Hijo del hombre.
Pero estos títulos son insuficientes para definir por sí
solos la personalidad de Jesús; por eso añade Mateo
el de Hijo del Dios vivo (Mt. 16,16), o bien Señor (Mt.
15,22; 20,30). Finalmente Jesús es designado como el
Hijo que tiene una relación única con el Padre.
La enseñanza del evangelio de Lucas recoge la
mayoría de los contenidos de Mateo. Siendo sus
rasgos característicos los derivados de la
consideración que hace de la existencia de Jesús en
el marco de la historia de salvación.
 Aparece Cristo como la culminación de la espera
veterotestamentaria,
 pero también como el principio del nuevo periodo
de la historia salvífica, que a través de la
predicación apostólica abarca a todos los pueblos.
En particular, la historia salvífica se explica toda ella
a partir de la resurrección gloriosa de Jesús; sólo el
encuentro con el Resucitado aclara el sentido de
las Escrituras (Lc. 24,45) y da principio a la misión.
 Lucas también emplea los títulos
tradicionales asociándolos entre sí. Cristo
usado a menudo como nombre propio, va
unido a Señor. Además Jesús es llamado
Hijo de Dios desde la concepción (Lc 1, 32),
quedando excluida cualquier forma de
adopcionismo. Pero también son relevantes
los títulos propios de Lucas:
 el de Salvador,
 Bienhechor
 Autor de vida (Hch 3, 15)
 y de la Salvación.
 Lucas subraya especialmente:
 la bondad de Jesús;
 se complace en insistir en su
misericordia con los pecadores,
 le gusta contar escenas de perdón
 y subraya la ternura de Jesús con los
pobres y los humildes.
Jesús es imagen del Padre, de un Padre
infinita e inesperadamente
misericordioso.
La cristología de Pablo.
En la reflexión cristológica de Pablo entran diversos
elementos, los principales son:
 la revelación que Jesús le hizo personalmente (Gal.1, 12),
 la aportación de la tradición eclesial,
 la experiencia de predicador
 fundador de comunidades cristianas
 su experiencia en la cárcel.
En su cristología se da una profundización del
acontecimiento pascual y de la participación del creyente
en la vida misma del Resucitado mediante la
justificación, para llegar finalmente a la reflexión sobre el
misterio de la persona de Jesús.
 En cuanto a las cartas pastorales, siguen
presentando a Jesús en la perspectiva soteriológica
como único salvador del hombre.

 Las cartas de la cautividad ofrecen la síntesis más


completa de la cristología, el punto de partida de esta
profundización es el misterio oculto desde los siglos y
desde las generaciones, pero manifestado ahora Así
Jesucristo es presentado como preexistente junto al
Padre: es de naturaleza divina, igual a Dios: a pesar
de ello, se despojó de esta dignidad y se hizo hombre,
adoptando la condición de siervo y obedeciendo
hasta la muerte, por lo cual Dios lo resucitó y le
proclamó Señor (Flp. 2,6-11).
 En cuanto a los títulos cristológicos, Pablo
se dirige a Jesús llamándole:
 Cristo,
 Señor,
 y le reconoce un "nombre por encima de
todo nombre" (Flp. 2,9-11);
 e Hijo de Dios.

Este Cristo es además imagen del Dios


invisible, engendrado antes que toda
criatura.
Jesucristo en los escritos
de Juan.
constituye la cima del desarrollo doctrinal del Nuevo
Testamento.
El Logos, la Palabra de Dios, designa a Cristo salvador tal
como por Dios Padre fue previsto en el Hijo en el
origen de los tiempos, y que realizó el plan divino. Este
plan se lleva a cabo plenamente en Cristo; él es el
mediador único y definitivo, gracias al cual existe la
creación, se da la vida, y la luz de la verdad brilla en el
mundo. El es el salvador de los gentiles (Jn. 1,1-9), y
también de Israel (Jn. 1,14-18). Y todo ello se debe al
hecho de ser él el Hijo único, presente desde siempre
en el seno del Padre.
Juan aplica a Jesús muchos títulos, que
toma de la tradición histórica:
 títulos que lo califican con referencia a
su condición humana (maestro)
 a la gloria de resucitado (Señor);
 títulos que Jesús acepta con reservas
(mesías, profeta y rey),
 títulos que manifiestan su dignidad
divina (Hijo de Dios, Hijo del hombre,
Hijo unigénito, Salvador, Logos y
Dios).
Otro contexto importante en el que
destaca la identidad de Jesús son los
relatos de los milagros. En Juan los
milagros son signos que, desde la vida
pública a su muerte y resurrección,
revelan progresivamente la presencia
en Jesús de la gloria de Dios y su
misión de salvador del hombre.
Siendo el punto culminante de la
autorrevelación de Jesús el discurso
de la última cena.
PANORAMA
HISTÓRICO
Cristología en la historia y en el
magisterio eclesiástico
La doctrina de fe en Jesucristo se
cristalizo en los dogmas de los
concilios de la Iglesia antigua (Nicea,
Éfeso, Calcedonia, II y III de
Contantinopla). Las discusiones que
originaron las definiciones
cristológicas se desarrollaron en
medio de malentendidos e
incomprensiones, pesando
sobremanera las enemistades
personales y el poder político
Ignacio:
 Su cristología se caracteriza por su paralela
acentuación de la divinidad de Jesús y de la
realidad de su divinidad humana, así como
por la audacia con que afirma lo humano
de Dios “uno es el médico, carnal y
espiritual, génito e ingenito, hecho Dios en
carne, verdadera vida en la muerte, lo
mismo de María que de Dios, pasible
primero e impasible después, Jesucristo
Señor nuestro”.
Justino:
 Jesús es “el otro Dios y Señor,
que está bajo el creador de
todo” su Hijo y Siervo “que
nació mediante la virgen y se
hizo hombre, que se hizo pasible
igual a todos”.
Ireneo:
 Desarrolla una teología de la unidad para refutar el
gnosticismo y Marciónismo, ambos establecen un
dualismo que enfrenta al creador con el Padre del
Evangelio e incluso distingue al hombre Jesús del ser
divino Cristo que durante algún tiempo llena a Jesús de
Nazaret. A estas teorías opone Ireneo “la Palabra que
está en el principio junto a Dios, mediante la cual fueron
creadas todas las cosas y que en todos los tiempos asistió
al género humano, esta Palabra al fin de los tiempos… se
unió con su criatura y se hizo hombre mortal… Mediante
esta encarnación restauro y compendió la larga serie de los
hombres y en este compendio nos ha otorgado la
salvación, así recobramos en Cristo lo que perdimos en
Adán, esto es, el ser imagen y semejanza de Dios”.
Tertuliano:
 Contra el dualismo y el docetismo
gnóstico acentúala autenticidad
de la carne de Jesús. Para el “Jesús
es la palabra, que procede de Dios
como poder creador y que se ha
hecho hombre; el Cristo divino no
es distinto del hombre Jesús”.
Clemente de
Alejandría:
 El salvador es sobre todo
Maestro. “no conocer al
Padre es la muerte, conocerle
es la vida eterna por la
participación de su poder
inmortal”.
Orígenes:
 Para él, “Jesús lo es todo. Por eso
es imposible reducirlo a un solo
concepto. Es Dios e Hijo de Dios,
Palabra, vida, pero también
redentor, medico, primogénito de
los muertos”.
 La época de los Padres de la Iglesia
(S. II-VIII) fue un periodo de
florecimiento de reflexión
cristológica. En este periodo la
Iglesia universal celebro concilios
ecuménicos que tuvieron como tema
central el misterio de Jesucristo y por
consiguiente, en él y por él, el
misterio de Dios y del hombre.
El Concilio de Nicea
(325):
 La definición de este primer concilio
universal, se dirige contra Arrio y
afirma la total divinidad del Hijo, que
no es criatura, sino que procede de la
naturaleza del Padre y que es de la
misma condición divina;
(homoousios: de la misma naturaleza
del Padre, iguales en esencia)
El concilio de
Calcedonia (451):
Definió la verdadera
humanidad de
Jesucristo en la unidad
de la Persona.
El Concilio II de
Constantinopla (553):
 Definió la unidad por
composición de las
naturalezas divina y
humana, integras e
inconfusas, en la hipostasis:
persona del Verbo/Hijo.
El III de
Constantinopla (681):
 Definió la presencia en Jesucristo y la
operación espontanea de la voluntad
y libertad humana al lado y por debajo
de la divina. “El Concilio explica cómo,
aun siendo humana, la voluntad de
Jesús es voluntad de Dios el Logos,
precisamente porque su humanidad
es humanidad de Dios.”
“El dogma cristológico, en su sentido
estricto, declara que, en virtud de
la unión hipostática, la naturaleza
humana y la divina de Jesús están
unidas en Cristo inseparablemente,
pero no son mezcla, ni confusión
entre ellas.”

Con referencia a este dogma cristológico debe


hablarse de Cristo desde una triple perspectiva:
 En virtud del nacimiento y generación eterna del
Padre, el Logos posee una naturaleza divina.

 El Logos ha tomado de María un verdadero cuerpo


humano y el alma así mismo humana, dotada de
inteligencia y voluntad. Posee, por tanto, una
naturaleza humana verdadera, total e integra.

 La unidad de las dos naturalezas no se produce a


causa de una conexión o combinación externa, ni
mediante una unificación de las voluntades. Surge
en virtud de la hipostasis, sustancia y persona de la
Palabra divina.
LAS HEREJÍAS
CRISTOLOGICAS
Docetismo:
Herejía difundida en el siglo I, por Marción,
Valentín y Basílides (estos últimos,
gnósticos) que reduce la carne de Cristo a
una apariencia: "Parece que come, parece
que camina, parece que está cansado...".
Tanto san Juan en sus cartas (1 Jn 4, 2)
como san Ignacio de Antioquía luchan
contra este error. Jesús es verdadero
hombre que come, bebe, se cansa,
camina, llora, se admira.
Ebionismo:
Herejía difundida en el siglo II en ambientes
judeocristianos que niega que Cristo haya sido
engendrado por el Padre y reconoce en Cristo al
hombre investido por el E.S. en el Bautismo. Esta
herejía fue condenada por san Ireneo de Lyon diciendo
que Cristo es verdadero hombre y verdadero Dios.
Verdadero Dios porque sólo Dios puede dar
eficazmente la salvación y restablecer la unión con los
hombres. Verdadero hombre porque corresponde al
hombre reparar su falta. Por ser Dios reparó la ofensa
infinita que el hombre perpetró contra Dios. Por ser
Hombre el hombre quedó redimido y su cuenta
saldada.
Adopcionismo:
 Herejía difundida en el siglo II por
Teodoro el viejo y Pablo de Samosata
que dice que Cristo es un simple
hombre, adoptado por Dios como
portador de una gracia divina
excepcional. Niega, por tanto, la
Trinidad y la divinidad de Cristo y la
encarnación del Verbo.
Gnosis cristiana:
Herejía difundida en el siglo II por Marción, Valentín,
Epifanio y Simón el mago, según la cual Jesús no es
Dios sino un "eón" en medio de los demás que ha
venido para dar el conocimiento al hombre engañado
por sus sentidos. Cristo desciende sobre Jesús en el
momento del bautismo. Es una herejía, pues crea en
Jesús un dualismo de personas y desvirtúa su misión
divina y redentora. Fue combatida esta herejía por
san Hipólito y san Ireneo. En Jesús hay una sola
persona, la divina, con dos naturalezas, la humana y la
divina. Las dos naturalezas son instrumentos que la
Persona divina de Jesús utiliza para realizar su misión
salvadora.
Arrianismo:
Herejía difundida en el siglo III por
Arrio, que niega la divinidad de Cristo.
Cristo, dice, es hijo adoptivo de Dios,
no consusbstancial al Padre. Y el E.S.
es la primera criatura del Hijo, por
tanto, inferior a Él. Esta herejía fue
condenada en el concilio de Nicea
(325): "Cristo es verdadero Dios y
verdadero hombre".
Apolinarismo:
Herejía difundida en el siglo IV por Apolinar, que
niega el alma humana de Cristo, creyendo que esa
alma humana sería como la nuestra, pecaminosa. Así
creía salvar la divinidad de Cristo. La Iglesia en el
sínodo de Alejandría (362) afirmó el alma de Cristo
diciendo: "El Verbo se encarnó para salvar alma y
cuerpo; por ello tuvo que tomar un cuerpo". Y el
sínodo de Roma del 377 condenó la herejía de
Apolinar. El alma humana de Cristo no es
pecaminosa, porque no tuvo pecado original, y, por
los mismos, tampoco las consecuencias de ese
pecado original, con el que nacemos todos los
mortales.
Nestorianismo:
Herejía difundida en el siglo V por
Nestorio, obispo de
Constantinopla, que sostenía dos
personas en Cristo: una divina y
otra humana. El concilio de
Calcedonia del 451 dice que en
Cristo hay dos naturalezas
separadas, unidas en una sola
persona, la del Verbo.
Monofisismo:
Herejía difundida en el siglo V por Eutiques,
archimandrita de Constantinopla, que sostenía
una sola naturaleza en Cristo, la divina. Dio
respuesta el concilio de Calcedonia del 451: en
Cristo hay dos naturalezas: una, divina, y otra,
humana. Si fuera verdadera esta herejía, ¿cómo
se explicarían tantas actitudes de Cristo en el
Evangelio: Jesús se cansaba, comía y bebía,
caminaba, tenía unas manos, lloraba, se llenaba
de santa cólera? Si no hubiera tenido naturaleza
humana, no hubiera podido realizar estas
actividades que son humanas.
Monotelismo:
Herejía difundida en el siglo VII por Sergio,
patriarca de Constantinopla, que sostenía
una sola voluntad en Cristo, la divina. La
Iglesia dio respuesta en el III concilio de
Constantinopla (680-681): "En Cristo hay dos
voluntades sin división, sin cambio, sin
separación ni confusión". Las dos voluntades
no se oponen en Cristo, porque la voluntad
humana sigue sin resistir ni oponerse,
sometiéndose libre y amorosamente a la
voluntad divina omnipotente.
La herejía de este siglo XX:
Hoy día abunda por ahí una herejía muy grave. Por
querer acercar tanto a Cristo a los hombres y por
pedir que solucione nuestros problemas económicos
y materiales, se ha despojado de Cristo toda su
dimensión divina y espiritual. Para esta herejía,
Jesús no vino para salvarnos del pecado, no murió
en la cruz para redimirnos y abrirnos las puertas del
cielo; sino que vino como guerrillero, inconformista
y violento que quiere poner orden y justicia,
echando mano de la violencia y la guerra, y
destruyendo a todos los ricos y capitalistas, para así
dar de comer a los pobres.
LA CUESTIÓN SOBRE
JESUCRISTO, HOY
La problemática de la Cristología
actual
 La profesión “Jesús es el Cristo”
representa el resumen de la fe
cristiana,
este Jesús de Nazaret, único,
insustituible, es simultáneamente el
Cristo enviado por Dios, o sea, el
mesías ungido por el Espíritu, la
salvación del mundo, la plenitud
escatológica de la historia.
 Hay tres grandes esbozos
cristológicos:
 Considerar la fe en Cristo dentro de un horizonte
cosmológico. Cristo es la evolución llegada a la
perfección.

 Quiere encararse con el reto del moderno humanismo


ateo, según el cual Dios tiene que morir para que el
hombre sea verdaderamente libre. En contra de tal
posición hay que mostrar que el hombre es el ser que
se encuentra abierto a toda la realidad. Que es una
pobre referencia a un misterio de plenitud.

 La cuestión sobre el sentido y la salvación del hombre


se convierte ahora en la pregunta por el sentido y la
salvación de la historia como totalidad.
El peligro consiste en que aquí
Jesucristo es introducido en un
esquema precedente y en que de
una fe así reducida cosmológica,
antropológicamente o al punto de
vista de la historia universal, lo
que resulta es una filosofía o una
ideología.
Tareas de la Cristología
hoy
Partiendo de la
profesión “Jesús es el
Cristo” y de la
panorámica de la
discusión cristológica
actual, se deducen para
una cristología de hoy
esencialmente tres
grandes tareas.
Una Cristología orientada históricamente.
A partir de la profesión «Jesús es el
Cristo» la cristología se remite a una
historia totalmente concreta y a un
destino único. Esa cristología no se
puede deducir ni de las necesidades del
hombre ni de las de la sociedad, ni
antropológica ni sociológicamente. Lo
que tiene que hacer es más bien
mantener vivo y actualizar un recuerdo
concreto, único.
Una Cristología de alcance universal.
Por más que la cristología no puede ser
derivada de las necesidades del hombre o
de la sociedad, su pretensión universal
requiere, sin embargo, ser pensada y
justificada a la vista de las cuestiones y
necesidades de los hombres y en analogía
con los problemas de la época. El recuerdo
de Jesús y la tradición cristológica tienen
que ser interpretados como tradición
viviente y ser conservados con fidelidad
creadora.
Una Cristología determinada soteriológicamente.
Se deduce que persona e historia de Jesús son
inseparables de su importancia universal y
viceversa, que el significado de Jesús es
indisoluble de su persona e historia. Cristología
y soteriología, es decir, la doctrina del
significado salvador de Jesucristo, forman
consecuentemente una unidad. En la profesión
«Jesús es el Cristo» ser y significado están
indisolublemente unidos. Por tanto, el
contenido de la fe no puede ser conocido más
que en el acto de fe, pero este se hace absurdo,
si no se encamina hacia un contenido de fe.
HISTORIA Y
DESTINO DE
JESUCRISTO
El mensaje de Jesús
El evangelista Marcos resume el
contenido del evangelio de Jesús de la
siguiente manera: “El tiempo se ha
cumplido, ha llegado el reino de Dios.
Revolucionaos y creed al evangelio”
(Mc 1, 15). Centro y marco de la
predicación y actividad de Jesús fue el
reino de Dios que se había acercado.

Para el judío de entonces el reino de Dios era la


personificación de la esperanza en orden a la realización
del ideal de un soberano justo jamás cumplido sobre la
tierra. La llegada del reino de Dios se aguardaba como
liberación de injusto señorío, imponiéndose la justicia de
Dios en el mundo.
Con respecto al carácter escatológico del
reino de Dios, podemos afirmar que, La única
base de esta esperanza la constituye la
concreta experiencia histórica de Israel. La
esperanza en la llegada del reino de Dios se
enraíza en el antiguo testamento en estas
ideas sobre la realeza de Yahvé sobre Israel y
todo el mundo.

Con respecto al carácter teológico del reino


debemos afirmar que, el ser de Dios consiste en la
soberanía de su amor. Por eso se puede dar
radicalmente sin destruirse. Precisamente en el
vaciamiento de sí muestra su condición de Dios.
Dado su carácter soteriológico resaltamos
que, la proximidad del reino de Dios
significa para Juan Bautista juicio
amenazador, mientras que para Jesús
implica ofrecimiento de salvación. Su
anuncio no es mensaje de amenaza sino de
alegría. Con ello se menciona una
característica esencial de la predicación de
Jesús. Su originalidad consistió no sólo en
haber colocado en el centro el concepto de
reino de Dios, sino en haberlo convertido en
concepto salvífico central.
Los Milagros de Jesús
Jesús obró no sólo mediante la palabra, sino
igualmente mediante la acción. En el N.T.
podemos distinguirlos según el sujeto que los
realiza:
 milagros que hace Dios con Jesús (concepción
virginal, trasfiguración, resurrección)
 milagros que hace Dios por Jesús ( curaciones de
enfermedades; exorcismos; resurrecciones de
muertos);
 milagros que hacen los apóstoles y miembros de
la Iglesia en continuidad y obediencia a Jesús.
el milagro es:
 Obra de Dios el N.T. pone a Dios como autor de los milagros
 Realización de Cristo Él es el mediador de la acción divina;
 Signos para el hombre el objetivo primordial del milagro no
es asombrar o asustar al hombre, sino llamarlo, invitarlo,
introducirlo en un diálogo con Dios, en el cual se da una
comunicación de la conciencia divina al hombre
 Superación del orden normal de la creación en este
sentido, son suscitaciones del asombro del hombre
 Anticipación del destino escatológico de la humanidad
éste consiste en la comunión con Dios y en la plenitud de
vida humana derivada de aquella
 Significado para la cristología los milagros son signos del
reino que viene.
El milagro abarca los siguientes niveles de realidad y de
sentido:
 teológico autotestificación y autocomunicación de Dios al
hombre
 cristológico acreditación de Jesús refiriéndose a Dios y
dándose a los hombres
 antropológico llamada al hombre para iniciar un diálogo de
sanación y salvación con Dios en Cristo
 soteriológico otorgamiento del poder de Dios, mediante la
relación con Cristo como sanación, liberación y santificación
de la persona
 cosmológico vuelta a la realidad, la realidad es sanada y
puesta al servicio del hombre
 escatológico anticipación de la vida divina prometida,
abriendo así este mundo a una realidad más plena que la que
ahora deja sospechar en su curso de experiencia inmediata.
Los milagros incitaron al hombre a
acoger a Cristo, creyéndole.
Milagros y fe se exigen en
reciprocidad: donde hay signos
para creer nace la fe, y donde hay
fe se pueden percibir los signos de
Dios. Esa ley vale para el tiempo
de Jesús en Galilea y para el
tiempo de Jesús en la Iglesia
La pretensión de Jesús
 La actuación de Jesús contiene una cristología
implícita, normalmente cumplió los deberes de un
piadoso judío: reza y va los sábados a la sinagoga.
Pero también quebranta el precepto sabático (Mc
2,23), el ayuno (Mc 2,18-22) y las prescripciones de
pureza de la ley judía (Mc 7,1-23) a demás, come
con pecadores y publicanos. Esta postura en su
sentido total es un mensaje de Jesús sobre la
llegada del Reino; por tanto, la conducta de Jesús
implica una pretensión cristológica. Jesús se
comporta como uno que está en lugar de Dios. En
él y por él se realizan el amor y la misericordia de
Dios.
La muerte de Jesús
 Los cuatro evangelistas
concuerdan en afirmar que fue el
viernes de la semana pascual judía.
La condena como falso profeta y
blasfemo enlaza con la conducta
de Jesús: quebrantamiento del
precepto sabático judío, de las
prescripciones sobre pureza, trato
con pecadores y cultualmente
impuros y, finalmente, su crítica a
la ley.
 La tradición pospascual la muerte de Jesús se
interpretó como salvadora y expiatoria “por
nosotros” y “por muchos”. Pero si la
interpretación de la muerte de Jesús como
ofrecimiento expiatorio a Dios y en favor de
los hombres no tuviera apoyo alguno en la
vida y muerte de Jesús, el centro de la fe
cristiana se acercaría peligrosamente a la
mitología e ideología.
 La muerte obediente de Jesús es, pues,
resumen, concreción y cima definitiva y
superadora de todo, respeto de toda su
actividad.
El Cristo resucitado y
exaltado
 Los primeros testigos de la
resurrección apoyan su
testimonio en apariciones del
resucitado (Lc 24,34; Mc 16,7; Jn
21,15-19). No hay duda de que
Pedro es el testigo primogénito
de la resurrección, tiene un
primado de la fe por el cual es el
centro de unidad de la Iglesia.
 Las apariciones no representan
acontecimientos objetivamente
casuísticos, no se les puede mirar como
observado neutralmente distanciado. Se
trata de ser afectado totalmente por Jesús,
de ser abordado por él, de despertar a la
fe. No fue la fe la que fundó la realidad de
la resurrección, sino que fue la realidad del
Resucitado, la que fundó la fe. El
fundamento de tal fe no la puede
constituir hechos o pruebas aisladas, sino
que lo serán la fidelidad-verdad de Dios
mismo que se impone al hombre.
La resurrección de Jesús es la
confirmación definitiva de su persona
y su causa. La resurrección tiene su
término histórico en Jesús de Nazaret,
el crucificado y sepultado, término
que impide el que se le pueda
considerar como puro acontecimiento
de la fe. La continuidad e identidad
entre el crucificado y resucitado se
basa solo en la fidelidad de Dios a la
creación y la alianza.
EL MISTERIO DE
JESUCRISTO
Jesucristo, Hijo de Dios
La profesión en Jesucristo como el hijo de Dios es un
resumen que expresa lo esencial y específico de la
totalidad de la fe cristiana. Sin la profesión en Jesús
como el hijo de Dios no puede existir la fe cristiana.
La primitiva iglesia no interpretó sólo la persona y
destino de Jesús sirviéndose del título “hijo” o “hijo
de Dios”, sino que también interpretó de una forma
nueva el sentido de estos predicados a la luz de la
vida, muerte y resurrección de Jesús.
El predicado de hijo de Dios recibe también
su explicación decisiva a partir de la cruz y
la resurrección. Por eso, la cristología
“desde abajo” es posible únicamente como
teología de la cruz.
Jesucristo, Hijo del
Hombre
El interés se centra en decir que en él y por él Dios habló y
actuó de una manera escatológico-definitiva y, por lo
mismo, históricamente insuperable, y hasta que Dios
estaba en él para reconciliar el mundo consigo.
Por eso también la salvación escatológica de cada
hombre se decide en este hombre concreto, Jesús de
Nazaret.
Al mismo tiempo, se resalta su carácter de escándalo, en
cuanto que la cruz, signo de la ignominia y la muerte, se
convierte en signo de gloria y vida. Lo que para los
gentiles es locura y para los judíos escándalo se convierte
para el que cree en signo del poder y sabiduría de Dios.

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