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Modernidad líquida (Z.

Bauman)
La modernidad sólida
• A pesar de los cambios existentes durante la era
moderna, ciertos presupuestos se mantienen estables:
– Trabajo
– Familia
– Comunidad
– Estado
– Ideal de progreso

• Los teóricos críticos se preocupan por la posible


burocratización de la sociedad (Weber, Orwell), pero
sucede lo contrario:
– La defensa acérrima de la libertad del individuo crea
individuos descontextualizados.
– Las tareas y responsabilidades de las instituciones se
“privatizan”: los riesgos siguen produciéndose socialmente,
pero es el individuo quien carga con la responsabilidad de
enfrentarlos.
La modernidad líquida
• En el nuevo contexto (postmodernidad-modernidad
reflexiva-modernidad líquida), las prácticas sociales se
hacen fluidas.
• La fluidez indica la capacidad permanente de cambio, y
es fuente de resistencia debido a las posibilidades de
adaptación.
• Al limitar la estabilidad de las instituciones (no su
permanencia), se generan estados de incertidumbre y
ansiedad en los individuos. La vida se convierte en una
eterna sucesión de elecciones
• Las instituciones que antaño definían las
reglas han sido reemplazadas por el
popularizado deber individual de la autoayuda
y el cuidado de sí mismo, que no son sino
flotadores arrojados sobre una contingencia
permanente.
La modernidad líquida
• Trabajo
– Precariedad
– Reconversión ocupacional
– Formación a lo largo de toda la vida
• Familia
– Nuevas formas de convivencia
– Cambios en los ciclos de reproducción
• Comunidad
– Se sustituye por los grupos de interés, enfocados a un solo
tema y de carácter efímero
• Estado
– Desaparece el vínculo del gobierno con los ciudadanos,
pero también el del ciudadano con la acción social
• Ideal de progreso
– Desaparece la sensación de control sobre el presente
(Bourdieu)
– No hay un agente que canalice el progreso
– Las formas de planificación social ya han fracasado
– Se “privatiza”, convirtiéndose en ideal individual, no social
El espacio y el tiempo en la
modernidad líquida

• Las nuevas TIC desvinculan espacio y tiempo


como formas de medir distancia: aparecen el
espacio de flujos y el tiempo atemporal
(Castells) en el que las relaciones pueden ser
simultáneas sin requerir coexistencia.

→ Poder extraterritorial
→ Economía global
→ Fin del compromiso entre el gobierno y la
ciudadanía (Ej.: guerras rápidas, sin bajas. La
huida como forma de poder)
El espacio y el tiempo en la
modernidad líquida

• Nuevas concepciones espaciales:


– Espacio público no civil: grandes conjuntos
monumentales que pretenden rechazar la
permanencia.
– Espacios de consumo: donde se esperan
aglomeraciones pero se evita la interacción; los otros
simplemente confirman el acto individual de
comprar.
– Espacio vacío: zonas enteras en los mapas que no
existen en las mentes de los individuos, en las que
tiene lugar la vida de los excluidos del sistema.

• En estos espacios desaparece la posibilidad


de construcción de sentido.
El espacio y el tiempo en la
modernidad líquida
• El uso del tiempo determina las relaciones de poder:
– Crozier: dominan las personas que consiguen mantener
libertad de actuación, mientras regulan los actos de otras
personas.
– La dominación requiere el acceso a la instantaneidad, al
escape.
– La empresa más exitosa no es la más grande, sino la que
se fija en el momento presente, destruyendo incluso sus
anteriores productos para vender el que exige el momento
(Microsoft).

• En la época de la instantaneidad, se busca la


gratificación evitando las consecuencias.
– Ideal del eterno movimiento: cuerpos delgados, zapatillas
– Teléfonos móviles y otras pertenencias portátiles y
desechables
El individuo en la modernidad líquida
• El individuo se ha emancipado a costa de eliminar todos
los mecanismos que podrían proporcionar una libertad
positiva:
– Durkheim: la liberación no se consigue más que siguiendo
las normas de la sociedad.
– El individuo de iure se ve reafirmado al ver que los demás
también luchan solos; el individuo de facto no puede existir
porque no hay ciudadanía.

• Se vive en un mundo lleno de oportunidades en el que


todo permanece incompleto: la identidad es un proyecto
que no termina nunca.
– La gratificación se pospone indefinidamente.
– Lo único que no podemos elegir es estar en permanente
elección (Los casos contrarios son marginados).
– El consumismo se asocia al anhelo de autoexpresión.
La identidad líquida
• “La búsqueda de identidad es la lucha
constante por detener el flujo, por
solidificar lo fluido, por dar forma a lo
informe”
• Para Bauman, en la modernidad líquida
las identidades:
– Son semejantes a una costra volcánica, que
se endurece, vuelve a fundirse y cambia
constantemente de forma.
– Parecen estables y sólidas desde fuera, ya
que desde dentro se pierde esta
perspectiva y aparece la fragilidad y
desgarro constante.
La identidad moderna
• La identidad era una categoría de pertenencia
que se daba por supuesta, no era problemática
ni era un objeto de reflexión individual.
• Esta adscripción esta determinada por
categorías como el género, el estamento o la
clase social y no representaban una conquista
individual ni eran mutables con facilidad.
• Este marco externo proveía de sentido al
individuo a través de valores
heterorreferenciados que aunque implicaban
coacción social aportaban el beneficio de la
seguridad.
La identidad flotante
• En la modernidad líquida el único valor
heterorreferenciado es la necesidad de
hacerse con una identidad, una tarea que
constituye la responsabilidad individual del
sujeto.
• La individualización demanda la construcción
de una identidad que se presenta como una
elección pero que en realidad es un destino,
elegido como un horizonte insoslayable.
• En el planteamiento de Bauman la identidad
flotante se articula mediante el juego de ser
una exigencia para sobrevivir y al mismo
tiempo ser una carga de la que hay que
deshacerse para salir a flote.
La identidad, un palimpsesto plural y
abierto
• La identidad es una tablilla de
palimpsesto con trazos de proyectos
anteriores reescritos por encima.
• Además la identidad es plural y abierta,
ya que en la modernidad líquida no hay
un telos ni existen los proyectos
acabados, por lo que el individuo está
abocado a la constante reconstitución.
• En el capitalismo liviano conviven
múltiples autoridades que se cancelan
dejando como una fuente a la persona
que elige.
Flexibilidad de la identidad
• La flexibilidad es la versatilidad necesaria para
que el sujeto se adapte a un mundo en
proceso
• La ligereza se constituye como una táctica de
supervivencia racional en un presente incierto
con vistas a un futuro incontrolable, donde la
norma es la obsolescencia de todo.
• La privatización de aspectos como la familia, el
barrio, la clase social, la religación, el
matrimonio hace que la vida se entienda como
un menú de combinación de servicios
producidos en el mercado para el trabajo y la
articulación del yo, cuya ejecución es el mayor
vinculante cultural, llegando a ser casi un
deber ciudadano.
Identidad como responsabilidad reflexiva

• La identidad es una meta o un objetivo vital y


su búsqueda constituye el último arraigo.
• La empresa de construirse a sí misma es el
último valor heterorreferenciado que se
caracteriza por:
– Una eterna inconclusión o predisposición a la
mutabilidad
– La falta de referentes claros
• El riesgo y la inseguridad se constituyen como
las características principales del malestar
tardomoderno, que consiste en una
interiorización de las contradicciones
sistémicas que son percibidas como fracasos
personales. 
La permanencia de lo efímero
• En este sentido la identidad líquida
consiste en una perpetua tarea de
autorrealización y en una búsqueda de
autonomía para evitar los riesgos de la
dependencia.
• La diferenciación individual se consigue
mediante el consumo de productos
masivos, por lo que la acción de
comprar se vincula con la auto
expresión
• El cuidado personal es el ejemplo
paradigmático, según Bauman.

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