molinero el cual quería vender un asno, va acompañado de su hijo hacia la feria en donde vendería a este. Iban a pie, pues no querían que el animal llegara fatigado. En el transcurso de su camino se taparon con algunas personas las cuales hablaron de la forma en la que estos viajaban, pues a estas personas les pareció extraño verlos ir a pie cuando tenían el asno con ellos, así que decidieron exclamar de una forma no muy formal la manera que estos viajaban. Así que dijeron: “¡Que hombres tan tontos! Andan a pie, en Lugar de ir montados en el burro”. El molinero al escuchar estas palabras piensa que estas personas tienen razón, así que decide decirle a su hijo que se monte en asno. Poco después se encuentran con un campesinos que iban por el mismo camino y uno de exclamo: “¡Hasta donde hemos llegado! Ese muchacho tan joven y fuerte montado en el burro, mientras su anciano padre va caminando.”. El molinero escucho lo que los campesinos dijeron y decidió bajar a su hijo y enseguida montarse en el burro, mas adelante escucho una queja de alguien que grito: “¡Viejo holgazán! ¿tienes que ir cómodamente montando en tu burro, mientras tu hijo se fatiga para seguirte a pie?. -Tienen razón- Pensó el molinero, hizo que el muchacho se montara en el asno y así siguieron su camino. El viejo pensó que ya había encontrado la manera de mantener a todos conformes, cuando un hombre pasaba grito: “¿Quién de los tres es el burro?” el viejo se sintió mal luego de esa pregunta burlona y el otro explico que era una crueldad hacer cargar al burro de esa manera y que mejor seria llevarlo cargado para que este no sufriera. El molinero pensó que este tenia razón, así que decidió bajar junto a su hijo y cargar al asno hasta la feria. La gente viendo esta situación empezó a burlarse de ellos y en medio de tanto alboroto el burro asustado se soltó de ellos y cayo del puente por el cual iban pasando, cayo al agua y se ahogo. El pobre molinero regreso a su casa avergonzado y pensando que por querer complacer a todo mundo, había hecho el ridículo y para colmo había perdido su burrito.