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TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS

Psicosomática en el niño

1. Ampliar excesivamente el término psicosomático y englobar en él los


trastornos más diversos desde el momento en que surge un factor
psicológico, causal o reactivo.
2. Existe el riesgo de efectuar generalizaciones prematuras partiendo de los
estudios psicosomáticos del adulto y olvidar el carácter específico de las
manifestaciones somáticas en el niño.
De acuerdo con Kreisler et al., se debe excluir de dicho campo:
- Reacciones psicológicas secundarias a enfermedades somáticas.
- Agravaciones de enfermedades somáticas por problemas psicológicos.
- Manifestaciones somáticas asociadas a un mecanismo mental de
conversión.
- Múltiples alegaciones somáticas de los niños que se expresan mediante
una queja somática.
La existencia de trastornos psicosomáticos graves en la pequeña infancia más
bien constituiría la base para organizaciones ulteriores distintas, tales como la
psicosis o la psicopatía.

El factor evolución nos conduce a otra característica propia de los síntomas


psicosomáticos infantiles: su estrecha relación con los estadios madurativos
por los que atraviesa el niño.

Muchas tienden a surgir en edades específicas y muestran hasta qué punto


los trastornos deben relacionarse estrechamente con la maduración del
funcionamiento de los distintos órganos y con las características del
desarrollo psicológico.
Manifestaciones psicosomáticas en función de la edad:
- Cólico idiopático entre 3 y 6 meses.
- Vómitos en el primer semestre.
- Anorexia en el segundo semestre.
- Eccema infantil entre los 8 y los 24 meses.
- Dolores abdominales hacia los 3-4 años.
- Asma del niño de 5 años.
- Cefalea del niño de 6-7 años.
A partir de una evaluación caracterológica global de la madre se ha deducido
un modelo de interacción característico de una patología precisa. Spitz
ordena los trastornos psicosomáticos de acuerdo con dos grandes tipos de
actitud maternal:

- Los trastornos psicotóxicos fruto de las relaciones madre-hijo


inadecuadas.

- Los trastornos por déficit debido a unas relaciones madre-hijo


cuantitativamente insuficientes.
En la práctica clínica si un niño presenta una sintomatología fuertemente
evocadora de un problema psicosomático, la investigación debe efectuarse en
dos niveles:
- Intentar descubrir el vínculo psicosomático.
- Descubrir el significado del síntoma psicosomático dentro de la espiral de
interacción madre-hijo y el papel económico que ello ocupa.
ENFERMEDADES DE LA ESFERA DIGESTIVA

Cólicos en el lactante
- Aparición repentina después de un intervalo libre de 8-10 dias, de gritos, y
chillidos que acontecen después de la comida o el momento en que el
niño se adormece.
- Los gritos desaparece cuando la madre le da el biberón nuevamente, pero
reaparecen inmediatamente después.
- La prevalencia se estima entre el 10% y el 40%.
- Las madres son especialmente ansiosas; son demasiado solícitas ante el
bebé u tienen una gran impaciencia para que se calme; experimentan el
llanto como una prueba de su propia incompetencia o como un rechazo
del bebé.
- Es habitual que los cólicos se atenúen o desaparezcan cuando el bebé se
confía una tercera persona.
- El factor desencadenante lo constituye la coincidencia entre dicha solicitud
primaria excesiva y ansiosa de la madre y la hipertonía del niño.
- El chupete o el mecer al bebé representan dos medios físicos apaciguadores
de las tensiones al permitir que fluya la excitación difusa, desencadenada al
tomar biberón y que debido a la ansiedad materna no ha podido utilizarse
un sistema más mentalizado como es la realización alucinatoria del deseo.
- El cólico cesa tanto por aprendizaje como por la progresiva adaptación de la
madre a su hijo.
- También porque el niño descubre que existen algunas otras alternativas que
sirven como medio de descarga de las tensiones.
Vómitos
Vómitos del recién nacido y del bebé
- Es un síntoma muy frecuente sobre todo en el recién nacido.
- Teóricamente el vómito afecta a la leche ya digerida.
- Al margen de cualquier anomalía fisiológica o de algún episodio patológico
algunos bebés vomitan con una facilidad desconcertante.
- A menudo se trata de bebes anoréxicos en los que la interacción
alimenticia entre madre e hijo es precozmente conflictiva. Los vómitos
alternan con episodios anoréxicos.
- Pueden asociarse a conductas alimenticias específicas: rechazo del
bocado, gusto electivo o actitud bulímica.
- A veces sobrevienen sin ningún esfuerzo aparente o de forma secundaria
a los esfuerzos de contracción de los músculos abdominales.
- Menos frecuentes son los comportamientos casi perversos en los que el
bebe se provoca el vómito por medio de la introducción de los dedos en la
boca.
- No es fácil distinguir entre estos bebés vomitadores y los que padecen un
simple trastorno funcional.
Vómitos del niño mayor
- En algunos niños persiste la facilidad del vómito y éste puede sobrevenir
en diversos y variados contextos, especialmente si surge alguna
contrariedad o algún sentimiento de ansiedad o de angustia.
- Los antecedentes de estos niños muestran vómitos precoces (vía
privilegiada mediante la que se descargaran las tensiones).
- Algunos niños desarrollan más tarde una fobia escolar.
Mericismo (Rumiación)
• Se da durante el segundo trimestre.
• Se caracteriza por la regurgitación provocada ya sea por esfuerzos
manifiestos o por una exagerada facilidad para retornar el alimento a la boca
(El vómito provocado tiene como fin la rumiación).
• A veces rechaza la mayor parte de la comida y solo conserva una cucharada
(donde se puede sobrevenir la desnutrición o la deshidratación).
• Solo se produce cuando el niño se encuentra solo.
• Mientras rumia, toda su actividad parece en suspenso: inmóvil, átono, con la
mirada vacía y al margen del mundo externo.
• En ocasiones hay balanceo de cabeza, succión de los dedos o tricotilomanía.
• Las conductas cesan cuando el niño observa la presencia de un adulto.
• El apetito se conserva e incluso puede ser exagerado.
• Los autores admiten que este tipo de actividad es secundaria a un síndrome
de carencia maternal (las madres son distantes, frías, poco cariñosas).
• Algunos autores interpretan que sus frecuentes temores acerca de una
posible enfermedad o muerte del niño son el reflejo de la agresividad
inconsciente dirigida contra él.
• Si se establece una relación calurosa, cesa el comportamiento de
rumiación.
• Sobreviene entre los 6 y los 10 meses.
• El mericismo tiene un cariz tan elaborado que debemos plantearnos el
problema que supone esta precocidad y madurez excesivas al servicio de
una conducta casi autista.
• A corto plazo la evolución es favorable; la desaparición del síntoma se
explica por la catexis a nuevas zonas de descarga.
• A largo plazo el pronóstico es impreciso.
Rectocolitis ulcerohemorrágica
- Su concepción depende en gran parte del origen geográfico en que los
autores lo estudian.
- Ha sido del dominio estricto de los pediatras somaticistas a pesar de
que a menudo se subrayan los frecuentes determinantes psicológicos.
- La rectocolitis ha sido objeto de numerosos estudios por parte de
psiquiatras o psicoanalistas estadounidenses.
- Aparece habitualmente en niños de edad escolar, hacia los 7-8 años o
al principio de la pubertad.
- Hay una frecuente existencia de antecedentes de anorexia y la
concomitancia de diversos signos neuróticos: fobia y rituales
obsesivos, entre otros.
- Los episodios de diarrea sangrante sobrevienen a veces después de una
separación real o imaginaria de la madre.
- Estos niños se definen como apagados, sumisos y obedientes.
- La madre presenta rasgos depresivos, pero en realidad se muestra
autoritaria, agresiva, dominante y sobreprotectora.
- La relación madre-hijo pasa de una tonalidad agresiva y de rechazo en el
período normal, a una relación manipuladora, con agobiantes cuidados, lo
que otorga al niño el beneficio de una postura regresiva.
- Por un lado se menciona que el tratamiento mediante psicoterapia es
eficaz, y por otro, en Francia, las tesis de la medicina somática han perdido
predicamento y se ha cuestionado la preeminencia del tratamiento
quirúrgico.
Asma infantil
•El componente psíquico del asma infantil fue reconocido ya hace mucho tiempo.
•Los trabajos modernos han demostrado la importancia de las afecciones alérgicas e
infecciosas como origen del mecanismo de contracción de la musculatura
bronquiolar.
•El proceso desencadenante de la crisis asmática no puede considerarse de manera
unívoca, pues pueden intervenir muchos factores.
•Al igual que en todas las afecciones psicosomáticas, rápidamente, una vez
establecida la reacción mórbida, resulta imposible determinar qué es lo constitutivo
o qué es lo reactivo en la interacción familiar.
•Las crisis asmáticas aparecen a menudo después de un trauma afectivo, y
posteriormente el niño presenta sus crisis ante determinadas condiciones.
•En el aspecto clínico el asma infantil aparece habitualmente en el curso del tercer
año y persiste durante toda la infancia. La pubertad constituye un hito importante,
pues desaparecen entonces muchas de las afecciones asmáticas. Otras persisten
hasta la vida adulta.
Personalidad del niño asmático e
interacciones familiares
- A menudo se describe al niño asmático como un niño bueno, tranquilo, en
exceso dependiente, sumiso y fácilmente ansioso.
- Otros niños se muestran fácilmente agresivos, exigentes o provocadores.
- Las relaciones familiares son muy específicas, sobre todo en lo que se
refiere a la madre. Esta adopta una actitud de excesivo rechazo o al menos
se muestra fría, conformista e hipernormal.
- Los únicos intercambios afectivos giran alrededor de la enfermedad.
- La ambivalencia afectiva tanto del niño como de la madre, halla su válvula
de escape en la relación de cuidado establecida alrededor de las crisis
asmáticas.
- La interpretación psicopatológica se basa con frecuencia en que el
arcaísmo de la función respiratoria no ha podido superarse.
- El medio familiar otorga valor de comunicación a las crisis asmáticas.
- *En cuanto a la psicopatología del propio niño, parece que bajo su
frecuente aspecto de hiperadaptado, la organización fantasmática de su
vida está muy infiltrada de rasgos pregenitales. El pensamiento operatorio,
no suele aparecer en los niños, salvo en aquellos que por razón de su
enfermedad han sufrido numerosos cambios y separaciones.*
Actitud terapéutica
- No hay paralelismo alguno entre gravedad y la frecuencia de las crisis
asmáticas y la gravedad de las perturbaciones psicológicas.
- Los inicios de la terapia deberán consistir en evaluar qué lugar ocupan los
procesos mentales entre los factores desencadenantes.
- Cuando el determinismo psíquico parece predominante es de suma
importancia tomarlo en cuenta.
- La separación de la familia da buenos resultados, aunque pueden
desaparecer con el retorno a casa si no se ha llevado a cabo una
modificación profunda de la dinámica familiar.
- La psicoterapia madre-hijo puede aliviar la angustia del ahogo y crear las
condiciones para una mejoría sintomática secundaria.
Asma del lactante
- Aparecen en el segundo trimestre de vida y a menudo desaparece hacia
los 2 o 3 años.
- Un factor que debe señalarse es la ausencia de angustia manifiesta en el
niño disneico.
- El asma podría atribuirse a unas condiciones de maternaje defectuosas en
las que el sustituto materno cambia demasiado a menudo o a un
ambiente sobreprotector y dominante.
- La aparición del asma expresaría el fracaso de la elaboración mental del
mecanismo de angustia ante el extraño.
- La salida habitual de este fracaso mediante el autoerotismo se enfrenta
aquí con la barrera de la conducta hipernormativa de la madre (el
despliegue del segundo organizador de Spitz estaría interferido).
- Estas hipótesis patogénicas no han sido confirmadas por otros autores.
- Gautier et al. – Estos autores consideran que las descripciones de las
relaciones patógenas madre-hijo (válidas para el niño asmático mayor), no
se observan todavía en este estadio precoz.

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