En marzo de 1997, en Curitiba, Brasil, comenzó a quedar
en claro que la proliferación de grandes represas sobre los ríos del planeta es un mal sólo comparable a la multiplicación de centrales nucleares desde la segunda posguerra hasta Chernobyl En el cierre del "1er. Encuentro Internacional de Afectados por Represas", los participantes de unos veinte países, firmaban la Declaración de Curitiba y declaraban al 14 de Marzo: "Día Mundial de Acción contra las Represas, a favor de los Ríos, el Agua y la Vida". Habitantes desplazados y arruinados por represas construidas en lugares tan distantes como el río Narmada en la India, el Tocantins, afluente del Amazonas, el Malibamatso, en Lesotho, y el Paraná en Yacyretá, habían testimoniado el desarraigo, la desocupación, la enfermedad y la pobreza que traen las grandes represas a las poblaciones locales Las represas constituyen una de las principales causas de pérdida de bosques. En la actualidad, más de 45.000 grandes represas, con muros de embalse que superan los 15 metros, están obstruyendo los ríos del mundo y sus depósitos cubren más de 400.000 kilómetros cuadrados de suelo. Estos embalses han inundado millones de hectáreas de bosque, en especial en la zona tropical. El movimiento de oposición a las represas ha adquirido un gran impulso a partir de la publicación de un informe muy crítico publicado por la Comisión Mundial sobre Represas, así como por el intenso trabajo que han llevado a cabo organizaciones de América Latina, Asia y África. Además, los esfuerzos en Asia, Europa y Norteamérica por eliminar las represas existentes están siendo importantes