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Pensamiento y creencias religiosas

Roma
Pensamiento
→ Los pensadores latinos más importantes fueron Cicerón y Séneca.
→ Aunque los romanos vencieron a los griegos por la fuerza de las armas, sintieron una gran
admiración por su pensamiento y su cultura y trataron de aprender de ellos cuanto pudieron. No
tuvieron nunca un pensamiento autónomo.
→ Terminaron desdivinizando el mundo religioso griego y fomentaron el culto a la diosa Roma y
al emperador.
Religión
→ La religión romana era supersticiosa, puramente ritualista y
se limitaba a ofrecer sacrificios para aplacar a unos dioses
vengativos a los que no temían, pero tampoco amaban.
→ Sus dioses paganos podían ser sobornados mediante ritos y
ofrendas para que concedieran favores a sus devotos, pero
nunca planteaban exigencias morales.
→ Mientras se mantuvo la religiosidad, el imperio fue fuerte.
Cuando el helenismo introdujo en las capas superiores el
escepticismo religioso, dando por sentado que el bien es el
placer y el mal el dolor, las costumbres se relajaron, se
extendió el desinterés por tener hijos y en la sociedad
romanas se extendieron ritos orgiásticos importados de
Oriente.
Visión del ser humano: el héroe
literario

→ La vida humana tenía poco valor en Roma, y ello se ve


plasmado en su literatura. Un caballo en aquella época valía
más que muchos seres humanos. El precio de un buen caballo
equivalía al de varios esclavos.
→ Y entre los gobernantes eran práctica común los asesinatos para
conseguir determinados fines. De todos conocidos fueron los
envenenamientos cuando alguien estorbaba u otro tipo de
prácticas que ponen de manifiesto el desprecio hacia la vida
humana.
→ La figura del héroe se distinguía por una sabiduría ecuánime, la
cual afirmaba gozosamente por encima de todo lo demás.
Considera que todo lo que no entra en el orden y valor de la
naturaleza y de lo natural, es decir, lo irracional, era nocivo y
malo, aun cuando procediera de la divinidad.
El amor en Roma

→ Para los romanos el matrimonio era una tapadera social,


al margen de la cual marido y mujer tenían su vida
sexual y amorosa. Por lo tanto, la vida familiar era
prácticamente inexistente.
→ La prostitución, tanto masculina como femenina, estaba
perfectamente organizada y proliferaba por doquier.
→ La ausencia de compromiso provocó un preocupante
descenso de matrimonios. La falta de hijos, el aborto,
práctica corriente en aquella sociedad, así como el
abandono o el asesinato de niñas (se ha estimado una
ratio de 140 varones por cada 100 mujeres en el siglo I),
contribuyeron, en gran medida, primero al
debilitamiento, y, finalmente, a la caída del imperio.
Un nuevo concepto de
amor en Roma

De forma paralela, llama la atención cómo las


muestras de amor dadas por un grupo marginal
proveniente del judaismo, los cristianos, pudo
convertirlos en tres siglos en el fundamento más
importante de Occidente.

Esas muestras de amor se veían en los mártires,


cuya entereza impresionaba a los paganos; en el
comportamiento solidario en las epidemias,
consiguiendo una tasa de supervivencia hasta tres
veces mayor; el respeto a la vida humana y a su
transmisión en el seno de una familia; su ética
sexual-familiar y en el respeto a la mujer.

Los cristianos consideraban sagrado el vínculo


conyugal y no se divorciaban, a diferencia de los
romanos y el resto de los paganos. Abominaban el
aborto y valoraban la transmisión de la vida.

Con el cristianismo se inauguró en el imperio una


sociedad que no marginaba ni excluía a nadie y
hacía la vida de todos más humana.

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