Está en la página 1de 12

Elegir y Ser una compañera o

un compañero eterno

SESIÓN 2-3/ 9
BUSCAR APRENDIZAJE POR MEDIO DEL
STUDIO Y DE LA FE
Promesa de hallar conocimiento
“Jesús dijo: ‘... aprended de mí...’
“ ‘porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga’ (Mateo 11:29—30).
“Deseo sugerirles que obedezcan ese mandamiento que dio el Hijo de Dios.
Junto con el conocimiento que obtengan, aprendan de Él; junto con todo
lo que estudien, busquen conocimiento del Maestro. Ese conocimiento
complementará, de forma maravillosa, la capacitación secular que reciban,
brindará plenitud a su vida y moldeará su carácter de una manera única,
imposible de lograr de alguna otra forma” (en Conference Report, octubre de
1964, pág. 118).
Gordon B. Hinckley
“Es muy importante que ustedes, jovencitos y jovencitas,
obtengan toda la instrucción posible. El Señor ha dicho muy
claramente que Su pueblo debe obtener conocimiento de los
países y reinos y de las cosas de la tierra mediante el proceso de
la instrucción, tanto por el estudio como por la fe. La
instrucción académica es la llave que abre la puerta a las
oportunidades y merece la pena sacrificarse en su favor. Merece
la pena esforzarse por ello, y si educan la mente y las manos,
serán capaces de realizar una gran contribución a la sociedad de
la que forman parte, y su ejemplo honrará a la Iglesia de la que
son miembros. Mis jóvenes hermanos y hermanas, hagan todo lo
posible por aprovechar cada oportunidad que se les presente de
recibir instrucción; y ustedes, padres y madres, animen a sus
hijos e hijas a recibir la instrucción académica que beneficiará
la vida de ellos” (véase “Pensamientos inspiradores”, Liahona,
junio de 1999, págs. 4–5).
Gordon B. Hinckley
Un matrimonio lograr florecer cuando esposo
y esposa comparten valores e intereses
similares
Pte. Spencer W. Kimball

“He advertido a la juventud de los peligros que existen en el matrimonio entre


personas de religiones diferentes , y con toda la fuerza de mi ser he amonestado a los
jóvenes de evitar el dolor y la decepción que resultan de casarse fuera de la Iglesia,
así como para evitarles encontrarse en las situaciones infelices que, casi sin
excepción, ocurren cuando un creyente se casa con un cónyuge que no comparte sus
creencias. He indicado que la Iglesia exige a sus miembros que sacrifiquen su tiempo,
sus fuerzas y sus fondos; que la fortaleza de los vínculos espirituales aumenta tras el
casamiento y con la llegada de los hijos; que el surgimiento del antagonismo es
natural cuando las partes del matrimonio son así de disparejas; que estas razones, al
igual que muchas otras, presentan evidencia clara a favor del matrimonio entre
miembros de la Iglesia ya que marido y mujer comparten antecedentes, ideales,
normas, creencias, esperanzas, metas y, ante todo, el que esos matrimonios puedan
ser eternos por medio de asistir rectamente al santo templo “...Recomendamos que las
personas se casen con individuos que tengan más o menos el mismo nivel económico,
social y educativo (no todos esos requisitos son esenciales, sino preferibles), pero
ante todo y sin lugar a duda, que tengan la misma formación religiosa” (véase
“Marriage and Divorce”, 1976 Devotional Speeches of the Year, 1977, págs. 142–144;
véase El matrimonio eterno: Manual para el alumno, págs. 270–271).
¿Cómo van a encontrar a una persona con todas esas
cualidades?
• ¿Hasta qué punto han desarrollado ustedes esas
cualidades en su propia vida?
“Aunque la mayoría de nuestros jóvenes tratan
con toda diligencia y devoción
de encontrar una persona con la cual la vida
pueda ser más compatible
y hermosa, también es cierto que casi todo buen
hombre y toda buena
mujer podrían tener felicidad y éxito en el
matrimonio si ambos estuvieran
dispuestos a pagar el precio” (“Unidad en el
matrimonio”, Liahona, octubre
de 2002, pág. 38).
¿Qué significa “pagar el precio” para ser felices y
tener éxito en el matrimonio?
“Los cimientos de un matrimonio eterno consisten en mucho más que una cara hermosa o una figura
atractiva; es preciso tener en cuenta mucho más que la popularidad o la simpatía. Al buscar un
compañero eterno, considera a alguien que esté cultivando los atributos esenciales que brindan
felicidad: amor profundo por el Señor y por Sus mandamientos, determinación de obedecerlos,
comprensión bondadosa, deseo de perdonar y disposición de dar de sí, el deseo de tener una familia
bendecida con hermosos hijos y la determinación de enseñarles los principios de verdad en el hogar.
“Una prioridad esencial en una futura esposa es el deseo de ser esposa y madre; debe estar en el
proceso de desarrollar las cualidades sagradas que Dios ha dado a Sus hijas para que sobresalgan
como esposas y madres: la paciencia, la bondad, el amor por los niños y el deseo de atender a sus
hijos en lugar de procurar satisfacciones profesionales. Debe estar adquiriendo una buena educación
a fin de prepararse para las exigencias de la maternidad. “Un futuro esposo debe también honrar el
sacerdocio que posee y utilizarlo al servicio de los demás. Busca a un hombre que acepte su función
de ser quien provea lo necesario para vivir, que tenga la capacidad de hacerlo y que esté haciendo
diligentes esfuerzos para prepararse para cumplir esas responsabilidades. “Te sugiero que no pases
por alto muchos candidatos que estén todavía en el proceso de desarrollar esos atributos por buscar a
alguien que ya los haya perfeccionado. Probablemente no encuentres a esa persona perfecta… Es
mejor pulir juntos esos atributos como esposo y esposa” (véase “Recibe las bendiciones del templo”,
Liahona, julio de 1999, pág. 29). Elder Richard G. Scott
El esposo y la eposa tiene la solemne
responsabilidad de amarse y cuidarse el uno
al otro y Tambien a sus hijos.

También podría gustarte