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DISTANASIA

La distanasia, encarnizamiento, obstinación o ensañamiento
terapéutico es el empleo de todos los medios posibles, sean
proporcionados o no, para prolongar artificialmente.
La Distanasia no se trata de crueldad médica, pero si está
muy claro que este proceso retrasa el descanso del
paciente en paz, existen casos en lo que el enfermo ha
querido dejar de pasar por todo lo que está pasando con
la muerte y se le impide.
La eutanasia acorta la vida y la distanasia alarga la
muerte.
Es distanasia cuando:

– La persona se encuentra ya en una fase terminal o en agonía.

– Los tratamientos alargan el proceso de morir.

– Los tratamientos se invierten en curar, en un caso incurable.

– Sabiendo que no hay curación, se aplican tratamientos para el bien del avance de la
ciencia, no de la persona aun sabiendo que producirá dolor o malestar.

– Se aplican tratamientos que a corto plazo calman el dolor o el malestar, pero alargan el
proceso de muerte.

– No hay un compromiso con el bienestar de la persona en su fase terminal.


Algunos ejemplos de distanasia:

– La persona, en fase terminal, sufre una parada cardiorespiratoria y se


le aplican técnicas de reanimación.

– La persona, en fase terminal, necesita un respirador artificial para


seguir viviendo y se le instala. Sí es necesario ayudarle a no sufrir la
angustia de respirar con dificultad.

– A la persona con un cáncer no curable se le insiste en tratamientos en


fase de investigación sabiendo que serán agresivos y le producirán
dolor y no se plantea la posibilidad con honestidad. Es decir, se apela a
su deseo desesperado de vivir, no a su posible deseo de ayudar hacer
avanzar a la ciencia.

– La persona, en fase terminal, se le realiza una intervención quirúrgica


que sólo alargará un tiempo corto su vida.

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