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ALUMINOSIS

Se denomina aluminosis, (también llamada fiebre del


hormigón) a la lesión del hormigón que se manifiesta
especialmente en las viguetas de los forjados de los
edificios, por la cual el hormigón utilizado pierde sus
propiedades haciéndose menos resistente y más poroso,
poniendo así en peligro la estabilidad del edificio.
Esta lesión se debe al
cemento aluminoso (CAC-
R) empleado en la
fabricación de algunas
viguetas, ya que fraguaba
más rápidamente que los
cementos tradicionales,
reduciendo el tiempo de
almacenaje en fábrica.
Este cemento lleva una alta
concentración de alúmina, lo que
le provoca cambios químicos
ante determinados agentes,
alterando sus propiedades. A altas
temperaturas y humedades altas
la estructura de este cemento
pasa de hexagonal a cúbica, esta
última más densa. Esto hace que
las partículas de cemento ocupen
menos y por tanto la estructura
global adquiera una mayor
porosidad, con lo que pierde
resistencia mecánica.
Los agentes que actúan son atmosféricos, encontrando
mayor incidencia de casos en climas marítimos con
ambientes salinos y zonas industriales con ambientes
contaminantes. También es habitual encontrar aluminosis
asociada a filtraciones por la presencia constante de
humedad a través de las fisuras aparecidas en cubiertas, por
lo que es frecuente la aparición de la patología en forjados
de cubierta, más expuestos que los interiores. En cualquier
otra situación la vigueta funciona normalmente.
DIAGNÓSTICO
Identificar si el cemento empleado es
aluminoso, mediante una inspección
visual detallada del color: el hormigón de
cemento aluminoso es ocre o marrón muy
oscuro. También deberán efectuarse
ensayos cualitativos, ensayos químicos y
ensayos de difracción de rayos X,
mediante los cuales se analizará la
presencia o no de distintos elementos o
compuestos propios del cemento
aluminoso.
Identificar si el cemento empleado es aluminoso, mediante una inspección visual
detallada del color: el hormigón de cemento aluminoso es ocre o marrón muy
oscuro. También deberán efectuarse ensayos cualitativos, ensayos químicos y
ensayos de difracción de rayos X, mediante los cuales se analizará la presencia o
no de distintos elementos o compuestos propios del cemento aluminoso.
Comprobar si el hormigón está o no carbonatado (método de la
fenolftaleína), aunque pueden existir estructuras que estén en un
ambiente de humedad permanente y no estén carbonatadas, por lo que
sus armaduras no presentan signos de corrosión.
También puede darse el caso de que el hormigón esté carbonatado
pero en el ambiente en el que se encuentra expuesto no exista una
humedad que provoque la corrosión, no estando en peligro la
estructura al no haberse producido una pérdida de sección de la
armadura.
Medición de la velocidad de corrosión con la que, junto con la pérdida
de sección de la armadura, se podría llegar a calcular la vida residual
del elemento afectado. Ésta dependerá de la resistencia mecánica del
hormigón, la sección de las Armaduras y el grado de fisuración, que
puede haber afectado a la adherencia del acero y el hormigón.
DETECCIÓN DE CEMENTO
ALUMINOSO
Para detectar si en la pasta del hormigón hay cemento aluminoso puede
recurrirse a varios métodos. Al no tratarse de métodos infalibles conviene
combinarlos a fin de tener un resultado óptimo.
 Difracción de rayos X.

Tanto en este como en los posteriores métodos, lo que realmente nos


interesa ensayar es la pasta de hormigón, por ello, sobre una muestra
significativa del hormigón mediante disgregación y molienda debemos
intentar separar el mayor número de áridos y conservar la pasta pulverizada
para su ensayo. Con la difracción de rayos obtendremos información de las
principales fases cristalinas y una valoración semicuantitativa (por las
orientaciones preferentes). La DRX no permite determinar las fases
amorfas, por lo que el gel de alúmina y algunos carboaluminatos no son
detectables al igual que aquellas fases que se encuentren por debajo del 5%.
DIAGRAMA DE RAYOS X EN POLVO
CRISTALINO DE CEMENTO
ALUMINOSO
 Microscopía Electrónica de
Barrido (SEM).
La electrónica de barrido nos
permite ver físicamente la fase
cristalina si bien no podemos
identificarla químicamente con
certeza ni cuantificarla.
 Identificación de sulfatos por el método del cloruro de bario.
Se basa en la presencia de algunos sulfatos específicos en el
cemento portland por adiciones de efecto espesante que no
aparecen en el cemento aluminoso. Dado que los sulfatos
pueden existir en el hormigón, procedentes de contaminación en
la masa o agentes externos, se trata de un método muy indirecto
y poco fiable salvo en combinación con otros ensayos. Las
pastas que presentan precipitación al contacto con el cloruro de
bario contendrán sulfatos.
 Test de la oxina.
Se basa en detectar la presencia de gran cantidad de aluminatos en la pasta
que se formarían por precipitación al añadir oxina, ácido clorhídrico y acetato
de amonio. Si no se tiene experiencia en los resultados de precipitación en
distintos tipos de cemento no es un ensayo válido, pues depende de la
cantidad de precipitado que debe valorar alguien con sobrada experiencia.

 Determinación del contenido en óxido de aluminio.


La norma ASTM C114 – 11b en su sección 14, dispone de los métodos para
la determinación del óxido de aluminio en el cemento. En general, en un
cemento portland el contenido de oxido de aluminio debe ser inferior al 10%
mientras que en uno aluminoso debe contener más del 20%. Sin embargo a
los cementos portland se le pueden incorporar adiciones que incrementen la
cantidad de oxido de aluminio.

Como puede comprobarse, la determinación de cemento aluminoso no es un


ensayo, sino una investigación que debe realizarse por expertos realizando los
ensayos necesarios para llegar a una determinación concluyente.
DETECCIÓN DE ALUMINOSIS
Lo que nos interesa de la aluminosis no es el fenómeno en sí, sino
las patologías que posteriormente desencadena y que veremos a
continuación. Por ello, lo que realmente interesante desde el punto
de vista del investigador es:
• Conocer si se fabricó el hormigón con cemento aluminoso y
determinar el alcance de los daños y su posible futura evolución.
• Si el cemento es aluminoso y no existen daños, prever una
vigilancia en los sitios propicios para la conversión y efectos
secundarios de la aluminosis, como en los forjados de cubierta.
• Si el cemento no es aluminoso y existen daños, deberemos
enfocar el estudios hacia otro tipo de patologías que, por otro
lado, sabemos que pueden causar exactamente los mismos daños
finales.
Sirva de ayuda conocer que una de las características
visuales del cemento aluminoso es su color pardo frente al
grisáceo del cemento portland. Este color vira a un pardo
más oscuro o marrón cuando se produce la aluminosis. No
debe basarse la valoración de la aluminosis en esta simple
inspección y se recomienda combinarla con el estudios
señalado anteriormente.
OJO: es fácil confundir este tono con el provocado por la
corrosión del acero.
Es de gran influencia el grado en el que la aluminosis se ha
producido, lo que a su vez es casi imposible de cuantificar
con exactitud. No obstante, como se ha señalado, lo que
nos interesa son los efectos secundarios y como afectan al
hormigón y al armado.
PATOLOGÍA
Esta conversión con lleva una serie de cambios en el hormigón que
principalmente son:
 Pérdida de Resistencia.

La fase cúbica ocupa menos espacio que la hexagonal por lo que


disminuye el volumen (no podemos apreciarlo en el exterior) y la
resistencia del hormigón.
 Aumento de la Porosidad.

Esta contracción crea poros que en primer lugar, los ocupa el agua liberada
en proceso químico y posteriormente pueden ser ocupado por el CO2.
 Carbonatación o descenso del PH
Los hormigones de cemento aluminoso tiene un pH más bajo (9-
10) que los cementos portland (11-13). Por ingreso del CO2 o
por el uso de áridos calizos y en presencia de calor, se produce
carboaluminato que puede originar a su vez alúmina, hidróxido
de aluminio y carbonato cálcico lo que ocasiona la carbonatación
y hace descender el pH hasta u medio neutro o ácido que
desprotege a las armaduras frente a la corrosión.
 Pérdida de adherencia con el acero.

En el proceso de cambio físico químico se pierde parte de la


adherencia entre la pasta y las armaduras.

Otro fenómeno que se produce en los hormigones aluminosos es la


hidrólisis alcalina en la que las sales de sodio, potasio o magnesio
atacan al hormigón, bien sea procedentes de áridos, agua de
amasado o por agentes externos como en el ambiente marino.
TRATAMIENTO
Si no se encuentran indicios de que exista corrosión y el
hormigón se encuentra transformado, habrá que evitar que
las condiciones de humedad varíen para que no se facilite
el proceso.
Si las armaduras están limpias de óxidos pero el hormigón
no está completamente transformado, habrá que considerar
que la oxidación va a aparecer, por lo que habría que
mantener el ambiente siempre seco (humedades inferiores
al 60%).
Si en cambio se detectan fisuras
en el recubrimiento o manchas de
óxido, se ha de comprobar si la
corrosión es parcial o
generalizada.
Analizado el estado de la
estructura se estudiará la solución
final de reparación, bien
reforzando la misma, sustituyendo
los elementos dañados, o llevando
a cabo su demolición, en cualquier
caso previo apuntalado del
edificio, ya que el colapso podría
ser inmediato.

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