Aprendo de mis alumnos, Aprendo de mis colegas, Aprendo de mi mismo... Aprendo a transmitir más allá de la teoría, Aprendo a escuchar para ser escuchado, Aprendo a exigir tanto como a tolerar, Aprendo que enseñar, es en realidad compartir... Aprendo que mas que el poder de la autoridad, prevalece el poder del amigo y consejero, Aprendo que soy ejemplo, aun siendo un manojo de defectos,
Aprendo que soy de carne y hueso,
que cometo errores y aciertos y finalmente, crezco gracias a ellos, junto a quienes creen en uno y realmente están conmigo... Aprendo a usar la voz, las manos, la mirada como medio de interacción para dar, pero también para recibir... Aprendo de la cotidianidad, del día a día, de la rutina, aprendo que ésta debe romperse conforme cambian los escenarios... Aprendo a introducir en clase, mi pasado, mi presente y de ser posible mi futuro como fuente de motivación, cuestionamiento o advertencia; dentro de todos y cada uno de los paralelos compartidos de vida, familia, empresa, sociedad; mas allá del simple o quizás profundo conocimiento... Es Curioso, pero cada que doy una nueva clase, aprendo más que enseño... Y por eso doy gracias a mis profesores de todos los días y en todo lugar...