Un funcionario público en proceso judicial por presunta corrupción y

malversación de recursos públicos presentó como pruebas del gasto

del dinero que se debía destinar a proyectos de acueducto a ciertas

poblaciones vulnerables, las facturas y contratos con empresas para

llevarlos a cabo. Sin embargo, optó por no presentar la totalidad de

las facturas, porque de hacerlo no le resultaría beneficioso, además,

falsificó algunas de ellas para esconder la verdadera destinación de

cierto monto.
Posteriormente, el juez a cargo del proceso

impone y presiona a los representantes legales

de las empresas cuyos nombres aparezcan en

las facturas y demás documentos para que

comparezcan a interrogatorio y confirmar la

veracidad de estas.