Está en la página 1de 9

Anaxágoras

(500-428 a.c.)
Filósofo griego. Junto con Empédocles y Demócrito, es el
principal representante del eclecticismo pluralista que intentó
conciliar las tesis contrapuestas de las dos grandes figuras de
la filosofía presocrática, Parménides y Heráclito. Anaxágoras
postuló como arjé o principio constitutivo de las cosas una
pluralidad de partículas materiales inmutables, las
homeomerías, que, por acción de un nous o inteligencia
ordenadora, pasaron de un caos original a constituir la
multiplicidad de seres observables en el mundo físico.
Ya sabemos que, Empédocles explicó la constitución de los seres desde
el punto de vista cuantitativo.
Anaxágoras quien tenia un pensamiento muy similar consideraba que
nada nace ni perece, si no que hay unión y alejamiento de todo aquello
que existe en el mundo material. Por ello la realidad esta compuesta por
puro movimiento. A la generación la llamo mezcla y a la extinción la
denomino separación, Entonces contrario a Empédocles, Anaxágoras
explicó la multiplicidad apelando al aspecto cualitativo. Para
Anaxágoras, los seres no resultan de la combinación de cuatro
elementos constitutivos (agua, aire, tierra, fuego), sino que existen
tantos tipos de partículas constitutivas como de seres. Anaxágoras llamó
a estas partículas gérmenes o semillas (spérmata); pero, al comentar su
obra, Aristóteles las llamó homeomerías, designación que ha acabado
siendo más empleada que la original.
La homeomerías son partículas de ínfima magnitud, invisibles, inalterables, increadas y eternas. Como los elementos
de Empédocles, y como posteriormente los átomos de Leucipo y Demócrito, poseen como rasgo la inmutabilidad (es
decir que no pueden ser cambiados o alterados). Para Anaxágoras, curiosamente, las cosas no se componen
únicamente de las homeomerías que le son propias (la sangre no está formada únicamente por homeomerías de
sangre), sino que también contienen, aunque en mucha menor proporción, homeomerías de todos los seres restantes.
Anaxágoras llega a esta conclusión después de
insólitas observaciones. Se pregunta, por ejemplo,
¿Cómo podría surgir una planta de algo, que en
principio no es una planta? O ¿podría surgir una planta
de la nada? y llega a la conclusión de que para que
algo surja ha de estar antes presente en aquello de lo
cual procede, pues nada surge de la nada. Con base en
tal razonamiento, llega a la formulación de su famoso
principio: «Todo está en todo».
Esta idea, finalmente, constituyo la antesala de la
teoría de los átomos,
Para Anaxágoras, las homeomerías son el principio
material de todas las cosas (arjé o arché), como lo
había sido el agua para Tales de Mileto o el aire para
Anaxímenes. Sin embargo, en el origen del universo,
esta multiplicidad infinita de homeomerías de todos
los seres no era más que una masa caótica e inerte. Era
preciso que un impulso o fuerza inicial desencadenase
una serie de torbellinos que agruparan a las
homeomerías de un mismo tipo para dar lugar a los
distintos seres; esta fuerza motriz encargada de
imprimir orden al caos original es el nous (inteligencia
o espíritu).
El gran aporte de Anaxágoras al pensamiento filosófico es
precisamente haber introducido en la explicación del
universo el nous como causa inteligente, como fuerza
motriz y al mismo tiempo inteligencia ordenadora: «Todas
las cosas estaban confusas; después sobrevino el nous y
las separó ordenándolas». La entidad del nous es tal que se
halla por encima de cualquier otra realidad. El nous «es
infinito y autónomo, y con nada se mezcla», y todas las
cosas se ven impregnadas de él. Ello le valió el aplauso de
Aristóteles: «Cuando afirmó que existe una mente, tanto
en los seres vivos como en la naturaleza, apareció un
hombre juicioso entre los desatinados que le precedieron».
Pero Anaxágoras no llevó tal concepto hasta más
alejadas consecuencias: se quedó ahí, en la causalidad
del nous, sin atribuirle, al parecer, una intervención
activa en el devenir del mundo, y menos aún una
finalidad. Y esto fue lo que le reprocharían tanto
Aristóteles como Platón. Por otra parte, el nous, aunque
es de una materia sutilísima y pura, en Anaxágoras no
llega a ser inmaterial. El mérito de Anaxágoras,
comparado con los filósofos anteriores, fue el de llegar a
una concepción dualista de la naturaleza, a la distinción
entre la razón ordenadora (aunque material) y la materia
ordenada, dualidad que más tarde sería desarrollada
orgánicamente en los sistemas de Platón y de Aristóteles.
Por ultimo, otros aportes de Anaxágoras fueron
el gran impulso a la investigación de la
naturaleza fundada en la experiencia, la
memoria y la técnica. También a él se le
atribuyen las explicaciones racionales de los
eclipses y de la respiración de los peces, así
como también investigaciones sobre la
anatomía del cerebro.

También podría gustarte