Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En esa instancia estarían 3 representantes del Gobierno y 3 de las Farc, y funcionaría hasta
por 10 años. Su labor, “resolver cualquier diferencia o situación imprevista que pueda
surgir en la interpretación de los acuerdos”, estar atenta al trámite en el Congreso de las
leyes y reformas constitucionales con las que se le dará vida a lo pactado, e informar cómo
va el proceso, entre otras. (Lea el texto completo del acuerdo final de paz)
Para poner en marcha los acuerdos se contaría con entidades estatales, autoridades
territoriales, agentes, organizaciones y movimientos sociales, partidos políticos
(incluyendo el que formen las Farc), excombatientes y ciudadanos en general. En todo
caso, el Gobierno es “responsable de la correcta implementación” de los acuerdos.
Temas prioritarios
Esta comisión debe definir algunos temas de manera preferente. Uno de los primeros es
establecer las “zonas priorizadas” en las que se desarrollarían los 16 programas con los que se
busca una transformación estructural del campo, explicados en el acuerdo sobre desarrollo
agrario integral. En la medida en que estos planes se cumplan y “sujeto a la disponibilidad de
recursos”, estos podrían ampliarse, al igual que las “zonas priorizadas”.
De igual forma y de manera coordinada con las autoridades locales, el acuerdo sobre
implementación prevé poner en marcha “diferentes medidas que incluyen acciones
humanitarias”, al igual que la “identificación y ejecución de proyectos que mejoren las
condiciones de vida de las poblaciones rurales” y “que se encuentran en condiciones de alta
vulnerabilidad”. Esta sería una medida inmediata.
Igualmente, la comisión debe delimitar las 16 “circunscripciones especiales de paz” que tendría
la Cámara de Representantes, las cuales estarían en las zonas más golpeadas por el conflicto.
Estas circunscripciones comenzarían a regir en el 2018 y por dos periodos, es decir hasta el 2026.
Temas prioritarios
Para comenzar a aplicar los acuerdos se aprobaría un documento Conpes, que define
cuánto dinero es necesario para financiar el Plan Marco. Este último precisa qué se debe
hacer y qué entidad lo haría.
El documento Conpes determina también de dónde saldrían los recursos para poner en
marcha lo pactado en La Habana. La ejecución de esos acuerdos se financiaría con
recursos de diferentes fuentes. Saldrían del Presupuesto, de regalías, de recursos de
cooperación internacional, de organismos multilaterales y del sector privado, entre otras.
Dentro de los 15 días siguientes a la firma del Acuerdo Final, el Gobierno debe presentar
un listado con las primeras medidas para poner en marcha lo pactado, las cuales se
aplicarían hasta el momento en que termine el desarme de la guerrilla.
Once temas prioritarios, al Congreso
Una vez se realice el plebiscito refrendatario y en el caso de triunfar el ‘Sí’, se activarán las reglas especiales
para tramitar proyectos de ley y reformas constitucionales en el Congreso, las cuales reducen los tiempos para
su aprobación. Las leyes tendrán tres debates (regularmente tienen cuatro) y las reformas constitucionales
deberán superar cuatro (hoy en día se requieren ocho, en dos vueltas). Este camino se ha denominado ‘fast
track’ (vía rápida). El Gobierno llevará primero 11 temas con carácter “urgente” y “prioritario”. El inicial será
un proyecto de ley de amnistía para los guerrilleros que no estén señalados de cometer delitos atroces.
Al mismo tiempo se tramitará otra iniciativa para definir la manera como serán juzgados los participantes en el
conflicto armado, y la norma mediante la cual el Acuerdo Final tendrá el carácter de “acuerdo especial”. En
esta misma iniciativa se tramitará que este documento forme parte del conjunto de normas que rigen la Nación.
Luego llegarán a los Legislativos temas como la búsqueda de personas desaparecidas, las garantías para la
creación del nuevo partido de las Farc y el desmantelamiento del paramilitarismo.
Posteriormente irán al Congreso al menos 14 temas más, entre los que estarán la Reforma Rural Integral, el
desarrollo de las nuevas normas de participación en política y la financiación de los partidos políticos, una
modificación a la Ley de Víctimas, y las normas para la reincorporación económica y social, entre otras
materias.
Una misión política de la ONU verificaría la
seguridad de los excombatientes
En este acuerdo de implementación, también se estipuló que el Gobierno y las Farc
solicitan a Naciones Unidas una “misión política” para verificar las “medidas de
protección y seguridad personal y colectiva” de los excombatientes una vez dejen las
armas, reingresen a la vida civil y se vinculen formalmente al partido o movimiento
político en el que se transformará la subversión.
Esta instancia de la ONU es diferente a la que actualmente verifica el cese del fuego y de
hostilidades bilateral y definitivo, y el desarme. Comenzaría actividades una vez concluya
la primera y su vigencia sería de tres años que podrían ser renovables.
Igualmente monitorearía la “reincorporación” de los integrantes de la guerrilla.