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VEJIGA

NEUROGENICA
DEFINICION
 La vejiga neurogénica es la disfunción de la vejiga (flácida o espástica) causada
por un daño neurológico
 Cualquier patología que afecte la vejiga y las señales aferentes y eferentes del
tracto de salida de la vejiga puede causar este cuadro.
CAUSAS
 Las causas pueden involucrar al sistema nervioso central

a) accidentes cerebrovasculares: lesiones de la médula espinal,


meningomielocele, esclerosis lateral amiotrófica
b) los nervios periféricos: neuropatías diabética, alcohólica o por 
deficiencia de vitamina B12; hernias de disco; daños debidos a cirugías de la
pelvis) o ambos (p. ej., enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, sífilis).
c) A menudo coexiste con una obstrucción de las vías urinarias (p. ej., debido a 
hiperplasia benigna de próstata, cáncer de próstata, impactación fecal o 
estenosis uretral) y puede exacerbar los síntomas
TIPOS DE VEJIGA
NEUROGENICA
 En la vejiga neurogénica flácida (hipotónica), el volumen es grande, la presión es baja y las
contracciones están ausentes. Puede producirse por un daño en los nervios periféricos o en la
médula espinal entre los niveles S2 y S4. Después de una lesión aguda de la médula, la flacidez
inicial puede seguirse por una flacidez o espasticidad a largo plazo, o la función de la vejiga
puede mejorar después de días, semanas o meses.
 En la vejiga espástica, el volumen generalmente es normal o bajo, y se producen
contracciones involuntarias. Suele producirse por un daño cerebral o de la médula espinal por
encima de T12. Los síntomas precisos varían de acuerdo con el sitio y la gravedad de la lesión.
La contracción de la vejiga y la relajación del esfínter urinario externo suelen estar
descoordinados (falta de sinergía entre detrusor y esfínter).
 Los patrones mixtos (vejiga flácida y espástica) pueden estar causados por muchos
trastornos, entre ellos, sífilis, diabetes mellitus, tumores del cerebro o 
tumores de la médula espinal, accidentes cerebrovasculares , 
rotura de los discos intervertebrales  y trastornos de desmielinización o degenerativos (p. ej., 
esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica ).
SINTOMAS Y SIGNOS
 La incontinencia por rebosamiento es el principal síntoma en los pacientes con vejiga flácida. Estos
retienen la orina y tienen constantes pérdidas por rebosamiento. Los varones suelen tener 
disfunción eréctil.
 Los pacientes con vejiga espástica pueden tener polaquiuria, nicturia, y parálisis espástica con
deficiencias sensoriales; la mayoría tiene contracciones vesicales intermitentes que causan pérdida
de orina y, a menos que les falte la sensación, urgencia miccional. En los pacientes con falta de
sinergía entre detrusor y esfínter, los espasmos del esfínter durante la micción pueden impedir el
vaciado completo de la vejiga.
 Las complicaciones más comunes son las infecciones urinarias recurrentes y los cálculos urinarios.
Puede producirse hidronefrosis con reflujo vesicoureteral debido a que el gran volumen de orina
hace presión sobre la unión vesicoureteral, lo que causa disfunción con reflujo y, en casos más
graves, nefropatía. Los pacientes con lesiones de la médula espinal torácicas altas o cervicales tienen
riesgo de disreflexia autonómica (un síndrome que pone en riesgo la vida, con hipertensión maligna,
bradicardia o taquicardia, cefalea, piloerección y sudoración debido a hiperactividad simpática no
regulada). Este trastorno puede desencadenarse por una distensión aguda de la vejiga (debido a 
retención urinaria) o a la distensión del intestino (debido a estreñimiento o impactación fecal).
TRATAMIENTO
• Sondeo o cateterismo
• Aumento de la ingesta de líquidos
• Fármacos
• Cirugía si fracasan los tratamientos conservadores
 El pronóstico es bueno si el trastorno se diagnostica y se trata antes de que provoque un
daño en los riñones.
 El tratamiento específico consiste en cateterismo o medidas para desencadenar la micción.
Se prefiere el cateterismo intermitente a un cateterismo permanente siempre que sea
posible. El tratamiento general incluye el control de la función renal y el de las 
infecciones urinarias, la ingesta de grandes cantidades de líquido para disminuir el riesgo
de infecciones y de cálculos renales (aunque esta medida puede exacerbar la
incontinencia), la deambulación precoz, los cambios frecuentes de posición y la restricción
de la ingesta de calcio en la dieta para evitar la formación de cálculos.
 Sondeo o cateterismo
 Para la vejiga flácida, en especial si está causada por una lesión aguda de la médula espinal, se requiere el
sondeo inmediato continuo o el cateterismo intermitente. El autocateterismo intermitente es preferible al
sondeo permanente de la uretra, que se asocia con un alto riesgo de infecciones recurrentes y, en los
varones, con un alto riesgo de uretritis, periuretritis, abscesos prostáticos y fístulas uretrales. Se puede
realizar un cateterismo suprapúbico si el paciente no puede realizar autocateterismos.
 Farmacoterapia y otros tratamientos
 Para la vejiga espástica, la terapia depende de la capacidad del paciente para retener la orina. Aquellos que
pueden retener un volumen normal pueden usar técnicas para desencadenar la micción (p. ej., la aplicación
de presión suprapúbica, rascarse los muslos); los anticolinérgicos pueden ser eficaces. Los pacientes que no
pueden retener volúmenes normales son tratados de igual forma que aquellos con incontinencia de urgencia,
incluyendo los fármacos (véase tabla Fármacos usados para tratar la incontinencia) y la 
estimulación nerviosa sacra.
 Cirugía
 La cirugía es el último recurso. Generalmente está indicada si el paciente presenta o está en riesgo de sufrir
secuelas agudas o crónicas graves, o si las circunstancias sociales, la espasticidad o la cuadriplejia impiden el
sondeo continuo o intermitente. La esfinterotomía (en los varones) convierte a la vejiga en un conducto de
drenaje abierto. La rizotomía sacra (S3 y S4) convierte una vejiga espástica en una flácida. La derivación
urinaria puede involucrar un conducto ileal o una ureterostomía.
 Un esfínter artificial, controlado mecánicamente y colocado quirúrgicamente, es una opción para los pacientes
que tienen una capacidad vesical adecuada, buen vaciamiento y capacidad motora en los miembros
superiores, y que pueden seguir las instrucciones para el uso del dispositivo; si el paciente no cumple con
estos criterios, pueden presentarse situaciones que ponen en riesgo la vida (p. ej., insuficiencia renal,
urosepsis).

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