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los peces
Elaborado por: Adrian Naranjo
• ¿Los peces tienen pulmones?
• ¿Cómo son capaces de respirar los peces bajo las aguas dulces y
saladas de todo el mundo?
La ictiología es la ciencia que se encarga de aclarar estas y todas
aquellas preguntas relacionadas con el sorprendente mundo de los
peces. Tanto la descripción de la anatomía, como el sistema de
respiración de los peces, y su ecología, resultan fascinantes para conocer
más de cerca los diferentes hábitos y características de los distintos
Cómo respiran los peces
Los peces respiran a través de unos complejos órganos llamados branquias, que en la
mayoría de las especies se sitúa a los dos lados de la cabeza, debajo de una membrana
móvil que los protege y que se llama opérculo.
Dado que en el agua el oxígeno se disuelve entre 30 y 40 veces peor que en el aire, los
peces y otros animales acuáticos se han visto obligados a evolucionar de forma que
puedan vivir en el agua y obtener el oxígeno que necesitan.
En la mayoría de los peces este sistema son las branquias, que mediante el llamado
intercambio contracorriente, logran traspasar el oxígeno del agua a su sangre, para ello
tragan agua por la boca, forzándola a salir por las branquias y allí, tienen un denso
entramado de vasos sanguíneos y flujo sanguíneo que circula en dirección opuesta al
agua. De esta manera se puede asegurar que optimizará al máximo este intercambio, de
hecho, los peces se quedan con hasta el 85% del oxígeno que contiene el agua que
filtran.
Por dónde respiran los peces
Existen diferentes tipos estructurales de branquias en los peces, según el grupo al que
estos pertenecen, pudiendo colocarse en la clasificación de los peces como: agnatos
(peces sin mandíbulas: lampreas y mixinas), condrictios (peces cartilaginosos: tiburones
y rayas) o bien osteictios (peces óseos: como los salmones y atunes).
Todos ellos comparten la presencia de aberturas branquiales como órganos respiratorios
externos, constituida generalmente por una única abertura a cada lado de la cabeza ,
frente a la aleta pectoral del pez. Dichas branquias se componen de filamentos
epidérmicos muy finos, adaptando la estructura de numerosos pliegues ricos en vasos
sanguíneos.
La importancia de las branquias dentro del correcto funcionamiento del proceso
respiratorio resulta vital para la supervivencia de todos los peces. En el apartado
dedicado a la explicación del sistema respiratorio de los peces veremos con más detalle
cómo funcionan las branquias.
Métodos de respiración en los peces
• Por pulmones
Hay como mínimo 400 especies de teleósteos que utilizan el aire para respirar, la gran mayoría peces
de aguas dulces, aunque casi todo conservan también las branquias y utilizan cada sistema a su antojo.
La respiración por pulmones la usan cuando el nivel de oxígeno del agua cae, como por ejemplo
cuando sube la temperatura, ya que a más temperatura mayor es la necesidad de oxígeno.
No obstante también hay peces que únicamente respiran por pulmones, un ejemplo de esto es el
Lepidosiren, una especie sudamericana que tiene pulmones con dos lóbulos y branquias sencillísimas,
de modo que necesitan respirar aire si no quieren morir.
• Por la piel
La mayoría de los peces, cuando nacen y aún no tienen desarrollados los órganos respiratorios, cogen
el oxígeno a través de la piel, aunque a medida que el animal va creciendo y va desarrollando las
branquias la respiración por la piel se va haciendo más residual. No obstante, en algunos peces ya
adultos la respiración por la piel puede suponer hasta el 20% de la obtención total de oxígeno.
Cómo respiran los peces - el sistema respiratorio
El proceso básico que se lleva a cabo en el sistema respiratorio de los peces comienza con el
aprovechamiento del oxígeno del agua a través de los filamentos en forma de laminillas de las
branquias. Esta captación de oxígeno se ve favorecida a su vez por la dirección de la corriente
sanguínea del propio organismo y por la circulación del agua del medio en que habita el pez. De
este modo, la contracorriente de la sangre y el agua respirable mantienen un gradiente de
difusión suave en las branquias para que penetre el oxígeno y se desprenda el dióxido de
carbono en el pez.
Al comenzar la inspiración, las cubiertas protectoras de las branquias se cierran fuertemente y el
pez abre la boca, entrando en ella el agua con el oxígeno disuelto en ella. Gracias a la
contracción de diferentes músculos, el agua comienza a fluir por las laminillas branquiales,
funcionando ahora la cavidad bucal como un sistema de bombeo, evitando así que el agua
fluyese fuera de la boca.
Posteriormente, tanto el opérulo como las aletas branquiales se abren y el agua es expulsada del
organismo, evitando además el regreso del agua mediante la acción de una válvula oral.
Gracias