La cantidad de agua que posea el suelo es una de sus características
más específicas y está determinada, fundamentalmente, por su textura, su contenido de materia orgánica, la composición de sus fracciones mineral y orgánica y el arreglo que presente el medio físico edáfico, por el aporte que se le haga natural (lluvia) o artificialmente (riego) de ella, así como por el consumo causado por la evapotranspiración. RETENCIÓN DE LA HUMEDAD DEL SUELO
El agua del suelo se presenta adherida a las partículas sólidas de éste en forma de películas y no está libre en él, a no ser que se encuentre saturado; lo anterior implica que sobre el agua del suelo actúan una serie de fuerzas, de magnitud y dirección variadas, que definen el estado energético del agua del suelo en un determinado punto de él.