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Limites
NO PODER DECIR QUE NO, O DAR TODO LO QUE EL NIÑO PIDE; LUEGO NO
PODER ACOMPAÑAR LA ESCOLARIDAD DEL NIÑO EN CUANTO A SU
CONDUCTA (6 AÑOS). “SI ME PIDE LA MAMADERA, ¿POR QUE NO SE LA VOY
A DAR?, CON TODO LO QUE LE PASÓ”.
PASAR DE LA INDIFERENCIA AFECTIVA AL CASTIGO EXCESIVO ANTE LOS
DESAFÍOS DE UN ADOLESCENTE (15 AÑOS). “COMO SE RATEÓ DE LA
ESCUELA, NO LO DEJO SALIR A NINGÚN LADO POR UN MES”.
NO GUARDAR COHERENCIA ENTRE LO QUE SE LE PIDE Y LO QUE SE HACE.
(10 AÑOS). “MIS PAPÁS ME DICEN QUE DEJE DE JUGAR CON LA COMPU Y
HAGA LA TAREA, PERO ELLOS ESTÁN TODO EL TIEMPO CON EL CELULAR”.
¿Qué es un Límite?
Acciones que los padres realizan para regular la conducta de sus
hijos, determinando que es aceptable y que no, de acuerdo al
contexto cultural y social.
Rechazo y/o
Transgresión- abuso de las
falta de respeto a personas a
los otros. su
Falta de alrededor.
límites
Sentimien-
tos de enojo
y
frustración.
¿Cómo se estructuran?
Es un proceso que se va generando, desde los primeros días de vida, a partir de la convivencia con los otros
significativos (Padres, familiares, maestros, etc.) ya que se aprenden cuáles y cómo son los límites de
acuerdo a lo que el niño ve como ejemplo de los demás. En este sentido, el otro es un espejo para el niño.
Por ejemplo: pedir permiso, saludar y despedirse, mantener orden en sus cosas, respetar tiempos de juego
y tareas, colaborar en actividades domésticas. Son conductas deseables en nuestra cultura y normas que se
espera que los niños cumplan.
Es importante, considerar el lugar que se le da a ese niño desde el discurso familiar, incluso antes de que
nazca. Como se decodifican sus primeras manifestaciones, que se dice sobre ese bebé. Muchas veces se les
da un lugar desde lo inconsciente que no favorece al niño. O se le adjudican características de otros
familiares, lo cual en si mismo es no respetarlo como sujeto individual, al hacer eso, sin darse cuenta se
está orientando su manera de conducirse hacia una posible transgresión, en especial cuando destacamos
rasgos negativos.
Por ejemplo: “Va a ser caprichoso como el hermano”; “¡mirá como se enoja!, que carácter!”. “Este nene no
puede esperar, es ansioso como el padre!”
Hay que tener en cuenta que el niño cuando nace necesita del otro para sobrevivir, no solo desde las
necesidades biológicas, sino que apoyada sobre éstas se va armando la demanda hacia el otro. Es
fundamental que la demanda del niño sea acompañada por los adultos, poniendo palabras allí,
posibilitando la espera, la tolerancia a la frustración. Y es con los otros como va formándose su estructura
de personalidad.
¿Cómo se logran?
Sabemos que los límites están establecidos
(Introyectados) cuando:
Negligente: “No le pasa nada, todo esta bien” (desinterés total por su
hijo)
No hay límites, el niño puede incluso estar en riesgo físico, emocional y
social.
No hay control ni comunicación.
Estilos de crianza o tipos de educación
Sobreprotector: “Tu no puedes solo, te ayudo…no quiero que te pase
nada malo nunca.”
El niño se convierte en el centro de la dinámica familiar.
“El hermano favorito”
No se le permite aprender por si mismo, ni experimentar nuevas
situaciones por temores de los padres.
Un castigo es algo valorado como negativo, como algo malo que me sucede y fomenta la CULPA.
Una sanción esta relacionada con la RESPONSABILIDAD que tiene la persona sobre un hecho que realizó
u omitió. RESPONSABILIDAD NO ES CULPA. La responsabilidad remite al poder hacerse cargo cuando
uno se equivocó y buscar alguna forma de reparación.
Las sanciones deben estar establecidas con anticipación y el niño o adolescente debe conocerlas y si es
posible, aceptarlas.
Se deben aplicar en el momento y estar relacionas con el hecho u omisión (limite transgredido). Deben
ser realistas, es preferible poner una sanción pequeña pero que sea posible de cumplir, de lo contrario se
transforma en una amenaza irrealizable que hace que el adulto desacredite sus propias palabras.
Respetar la sanción acordada, si reincide, incrementar la sanción, con el fin de que se cumpla el acuerdo,
si no funciona será necesario rever la sanción y cambiarla.
Ante el: “no me importa” mantener la postura firme, no ceder. Siempre esta postura debe estar
acompañada del diálogo, que el hijo pueda también expresar lo que le pasa con eso. Dar el espacio para
que puedan poner en palabras sus emociones es un aspecto importante, que muchas veces puede ayudar
a destrabar el conflicto.
Recomendaciones
Tener objetivos claros de lo que pretendemos cuando educamos¿Para que quiero que
haga tal cosa?, ¿En que le beneficia?
Tener límites flexibles Ajustarlos según sea necesario pero siempre teniendo límites.
No dar sermones explicar de manera clara el porqué de las cosas, sino se pierde la
esencia de lo que se quiere transmitir.
Reconocer los errores propios pedir disculpas si es necesario y explicar porqué nos
equivocamos.
No decir “lo que diga tu mamá (o papá)” ni tampoco “ya verás cuando
venga tu padre” ya que de esa manera, se enseña que uno es el malo,
que no hay un trabajo en equipo y que uno manda más que el otro por
lo que se puede perder el respeto por la opinión del papá o mamá.