LOS CAMBIOS EN LA IGLESIA

• 1. Cualquier cambio
en el formato de los
cultos debe hacerse
con mucho cuidado.
• 2. Un cambio en las
tradiciones de la iglesia debe
ser introducido con
instrucciones previas,
explicando el propósito y la
prudencia de tal cambio.
•3. Un cambio
debe tener
continuidad.
•4. El cambio va a
ser productivo y
permanente tiene
que ser gradual.
• 5. Es aconsejable
ganar el apoyo de los
líderes antes de
presentar un cambio.
• 6. Los cambios son más
satisfactorios cuando
los afectados están
involucrados en el
proyecto.
• 7. Es un líder ineficaz
el que procura iniciar
cambios denigrando
la tradición y el
pasado.
• 8. El liderazgo hábil
produce la unidad en
medio de los cambios
propuestos. La unidad es
precisa para lograr éxito
duradero.
•El pastor sabio hace
todo lo posible para
conservar la unidad
en la iglesia.
• Cualquier cambio tiene
que ser acompañado de
mucha oración, pidiendo
la obra unificadora del
Espíritu Santo.
• Si ahora no es el
tiempo apropiado,
quizás el cambio será
aceptable más
adelante.
• Un cambio nunca
debe depender de los
gustos personales o
las opiniones del
pastor o líder.
 • Cuando estamos
considerando cambiar
un paradigma, hay
ciertas preguntas para
contestar:
• 1. ¿Es consistente con la Palabra de
Dios?
• 2. ¿Resultará en dar gloria a Dios?
• 3. ¿Está de acuerdo con el carácter y
propósito (misión) de nuestra
iglesia?
• 4. ¿Es pertinente a la cultura y
apropiado para nuestra
congregación?
• 5. ¿Qué serán los resultados?
 La Biblia y los nuevos paradigmas.
• Abraham dejó su hogar, sus amigos, y su tierra
para tomar posesión de una tierra nueva.
• Moisés cambió drásticamente los paradigmas
de una nación entera.
• Pedro actuó en violación de su crianza religiosa
y así abrió la puerta del evangelio a los gentiles.
• Pablo fundaba, en tierras lejanas, nuevas iglesias
completamente distintas a las sinagogas de su
propia cultura.
 Por que nos resistimos a los cambios
• Resistimos nuevas ideas porque crean
inseguridad .
• Desorganizan lo acostumbrado; es importante
tener nuestros oídos afinados a la dirección
del Espíritu Santo para experimentar la vida
abundante que Él desea para nosotros.
• Se piensa que se perderá el control de las
cosas.