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____ 1. Dios creó y gobierna los cielos y la tierra por medio del sacerdocio.
____ 2. Las bendiciones del sacerdocio están al alcance de todos los hijos de Dios,
tanto varones como mujeres, por medio de las ordenanzas y los convenios del
Evangelio.
____ 3. Las llaves del sacerdocio constituyen el derecho de presidir, es decir, el poder
que Dios da al hombre para gobernar y dirigir el Reino de Dios sobre la tierra.
____ 4. Cada uno de los Apóstoles está autorizado a ejercer todas las llaves que
pertenecen al Reino de Dios sobre la tierra.
____ 5. Todo poseedor del sacerdocio posee llaves del sacerdocio para presidir y
dirigir la obra del Señor.
MATEO
____ 1. Dios creó y gobierna los cielos y la tierra por medio del sacerdocio.
____ 2. Las bendiciones del sacerdocio están al alcance de todos los hijos de Dios,
tanto varones como mujeres, por medio de las ordenanzas y los convenios del
Evangelio.
____ 3. Las llaves del sacerdocio constituyen el derecho de presidir, es decir, el poder
que Dios da al hombre para gobernar y dirigir el Reino de Dios sobre la tierra.
____ 4. Cada uno de los Apóstoles está autorizado a ejercer todas las llaves que
pertenecen al Reino de Dios sobre la tierra.
____ 5. Todo poseedor del sacerdocio posee llaves del sacerdocio para presidir y
dirigir la obra del Señor.
Doctrina y Convenios 121
36 Que los derechos del sacerdocio están inseparablemente unidos a
los poderes del cielo, y que estos no pueden ser gobernados ni manejados
sino conforme a los principios de la rectitud.
41 Ningún poder o influencia se puede ni se debe mantener en virtud del
sacerdocio, sino por persuasión, por longanimidad, benignidad,
mansedumbre y por amor sincero;
42 por bondad y por conocimiento puro, lo cual engrandecerá en gran
manera el alma sin hipocresía y sin malicia;
Sacerdocio Aarónico
Sacerdocio de Melquisedec
Doctrina y Convenios 13
Doctrina y Convenios 42
1 De cierto, así dice el Señor: Acontecerá que toda alma que deseche sus
pecados y venga a mí, invoque mi nombre, obedezca mi voz y guarde mis
mandamientos, verá mi faz y sabrá que yo soy;
2 y que yo soy la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene al mundo;
3 y que soy en el Padre, y el Padre en mí, y el Padre y yo somos uno,
4 el Padre, porque me dio de su plenitud, y el Hijo, porque estuve en el mundo,
e hice de la carne mi tabernáculo y habité entre los hijos de los hombres.
5 Estuve en el mundo y recibí de mi Padre, y sus obras plenamente se
manifestaron.
6 Y Juan vio la plenitud de mi gloria y dio testimonio de ella; y la plenitud
del testimonio de Juan más adelante ha de ser revelada.
7 Y él dio testimonio, diciendo: Vi su gloria, que él era en el principio, antes que
el mundo fuese;
8 así que, en el principio era el Verbo, porque él era el Verbo, sí, el mensajero de
salvación,
9 la luz y el Redentor del mundo; el Espíritu de verdad que vino al mundo,
porque el mundo fue hecho por él, y en él estaban la vida y la luz de los
hombres.
10 Los mundos por él fueron hechos, y por él los hombres fueron hechos; todas
las cosas fueron hechas por él, mediante él y de él.
11 Y yo, Juan, doy testimonio de que vi su gloria, como la gloria del Unigénito
del Padre, lleno de gracia y de verdad, sí, el Espíritu de verdad que vino y moró
en la carne, y habitó entre nosotros.
19 Os digo estas palabras para que comprendáis y sepáis cómo adorar, y
sepáis qué adoráis, para que vengáis al Padre en mi nombre, y en el
debido tiempo recibáis de su plenitud.
20 Porque si guardáis mis mandamientos, recibiréis de su plenitud y
seréis glorificados en mí como yo lo soy en el Padre; por lo tanto, os digo,
recibiréis gracia sobre gracia.
Doctrina y Convenios 93
24 y la verdad es el conocimiento de las cosas como son, como eran y como
han de ser;
25 y lo que sea más o menos que esto es el espíritu de aquel inicuo que
fue mentiroso desde el principio.
26 El Espíritu de verdad es de Dios. Yo soy el Espíritu de verdad, y Juan dio
testimonio de mí, diciendo: Él recibió la plenitud de la verdad, sí, aun de toda
la verdad;
Doctrina y Convenios 93
49 Lo que digo a uno lo digo a todos; orad en todo tiempo, no sea que
aquel inicuo logre poder en vosotros y os quite de vuestro lugar.
50 Mi siervo Newel K. Whitney, obispo de mi iglesia, también tiene
necesidad de ser reprendido, y de poner en orden a su familia, y procurar
que sean más diligentes y atentos en el hogar, y que oren siempre, o
serán quitados de su lugar.
Doctrina y Convenios 82
64 por tanto, así como dije a mis apóstoles, de nuevo os digo que
toda alma que crea en vuestras palabras y se bautice en el agua para
la remisión de los pecados, recibirá el Espíritu Santo.
Doctrina y Convenios 83
65 Y estas señales seguirán a los que creen:
66 En mi nombre harán muchas obras maravillosas;
67 en mi nombre echarán fuera demonios;
68 en mi nombre sanarán a los enfermos;
69 en mi nombre abrirán los ojos de los ciegos y destaparán los oídos de los
sordos;
70 y la lengua del mudo hablará;
71 y si alguien les administra veneno, no los dañará;
72 y la ponzoña de la serpiente no tendrá poder para hacerles daño.
73 Pero un mandamiento les doy, que no se jacten de estas cosas ni hablen
de ellas ante el mundo; porque os son dadas para vuestro provecho y para
salvación
Doctrina y Convenios 83
74 En verdad, en verdad os digo, que aquellos que no crean en vuestras
palabras, ni se bauticen en el agua en mi nombre para la remisión de sus
pecados, a fin de recibir el Espíritu Santo, serán condenados y no
entrarán en el reino de mi Padre, donde mi Padre y yo estamos.
75 Y esta revelación y mandamiento dado a vosotros está en vigor desde
esta misma hora en todo el mundo; y el evangelio es para todos los que
no lo han recibido.
76 Pero de cierto os digo a todos aquellos a quienes se ha dado el reino:
Es preciso que de vosotros les sea predicado a ellos, para que se
arrepientan de sus obras inicuas anteriores; porque merecen ser
reprochados por motivo de sus corazones malos de incredulidad, así
como vuestros hermanos en Sion por su rebelión contra vosotros en el
tiempo en que os envié.
Doctrina y Convenios 83
80 Y ningún hombre que salga y predique este evangelio del reino, sin dejar
de continuar fiel en todas las cosas, sentirá fatigada o entenebrecida su
mente, ni su cuerpo, miembros ni coyunturas; y ni un cabello de su cabeza
caerá a tierra inadvertido. Y no padecerá hambre ni sed.
85 Ni os preocupéis tampoco de antemano por lo que habéis de decir;
mas atesorad constantemente en vuestras mentes las palabras de vida, y os
será dado en la hora precisa la porción que le será medida a cada hombre.
87 He aquí, os envío para reprobar al mundo por todos sus hechos inicuos, y
para enseñarle acerca de un juicio que ha de venir.
88 Y quienes os reciban, allí estaré yo también, porque iré delante de
vuestra faz. Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará
en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros.
Doctrina y Convenios 83