Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para su Instrucción. Dios quiere salvar al hombre adecuándose a la manera humana de conocer, cuyo
punto de partida es el conocimiento sensible (nada hay en el intelecto que no haya pasado antes por los
sentidos). Para manifestar sus obras de salvación, Dios se sirve de los sacramentos, adaptándose a nuestra
naturaleza, y de este modo nos hace saber que participamos en el misterio de Cristo. Por los sacramentos,
el misterio pascual toca al hombre en su interior.
Para su humildad. Al darnos los sacramentos, Dios tiene en cuenta la condición del hombre después del
pecado original. Dios aplica la medicina donde se encuentra el mal y esto sirve a la humildad del hombre
que debe reconocer la herida de su naturaleza. Por medio de los sacramentos Dios hace conocer al hombre
que los bienes espirituales le vienen de fuera, de Dios mismo.
Para que se ejercite en obras adecuadas a su obrar corporal. Las acciones humanas, siendo acciones
intelectuales y corporales, tienen mucho de corporal y se entretejen con el entorno material. De ahí la
conveniencia de que el hombre quede implicado enteramente, cuerpo y alma, en la obra de salvación: su
inserción en el misterio de Cristo.
Inmutabilidad y cambios en el signo sacramental
Ya que los sacramentos son instituidos por Cristo y dados a la Iglesia,
ningún rito sacramental puede ser modificado o manipulado a voluntad
del ministro o de la comunidad. Ni la suprema autoridad de la Iglesia
pude cambiar a su arbitrio la liturgia, sino solo en servicio de la fe y en
el respeto religioso al misterio de la liturgia (CEC 1125).
Pero también nos dan a conocer el acontecimiento de salvación del que procede la
santificación y también los bienes futuros que ellos anticipan.
Gal 5, 22 – 26
Materia
Lo que es usado para el
Sacramento.
Elemento sensible, que incluye
el elemento material y el gesto
o acción humana.
FORMA
las palabras que acompañan a la
aplicación, uso de la materia y
que declaran el sentido especial
de aquella acción o gesto
material.
En el bautismo la materia es la acción de lavar con agua.
En la confirmación, la unción con el crisma y en la imposición de manos.
En la Eucaristía, Pan y vino
En la penitencia, los actos con que el penitente muestra su arrepentimiento.
En la unción de los enfermos, con el óleo de los enfermos.
En el orden sagrado, la imposición de las manos del Obispo que ordena.
En el matrimonio, la mutua entrega manifestada por las palabras de los contrayentes.
Para que se dé el signo sacramental, materia y forma deben estar unidas, según cada uno
de los sacramentos.
Así, en el bautismo, las palabras de la forma hay que pronunciarlas mientras se lava con
agua;
La falta de un requisito por parte del ministro que haría inválido el sacramento
sería administrar la Penitencia en broma (no se tiene intención de hacer lo que
hace la Iglesia); la falta de un requisito por parte del sujeto sería el llevar a cabo
el Bautismo de un muerto (el sujeto no es ser humano).
La intensión requerida debe ser por lo menos habitual (una disposición interna que no
llega a ser una decisión personal ni un verdadero acto de voluntad) para la mayoría de los
sacramentos.
Para el Orden y el matrimonio se requiere por lo menos una intensión virtual (una
intensión puesta anteriormente y que no haya sido revocada).
El sacramento que se recibe sin intención o contra la propia voluntad es, por tanto,
inválido.