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Lección 4 para el 24 de julio de 2010

“Pero sabemos que todo lo que la


ley dice, lo dice a los que están
bajo la ley, para que toda boca se
cierre y todo el mundo quede
bajo el juicio de Dios; ya que por
las obras de la ley ningún ser
humano será justificado delante
de él; porque por medio de la ley
es el conocimiento del pecado”

Romanos, 3: 19-20
¿QUÉ ES LA LEY?

La ley es la Toráh (especialmente, el Pentateuco y, por


extensión, todo el Antiguo Testamento)

¿PARA QUÉ SIRVE LA


LEY?
Revela al hombre el pecado y su
culpa ante Dios
No puede, de ninguna forma,
eliminar la culpa ni hacernos
justos a la vista de Dios
Señala el camino para obtener el
perdón (por ejemplo: el sistema
de ritos del santuario)
“Pero ahora, aparte de la ley, se ha
manifestado la justicia de Dios,
testificada por la ley y por los
profetas; la justicia de Dios por
medio de la fe en Jesucristo, para
todos los que creen en él. Porque no
hay diferencia, por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la
gloria de Dios”

Romanos, 3: 21-23
La ley nos enseña que todos somos pecadores
y estamos destituidos de la gloria de Dios.
Además, en el Antiguo Testamento
Dios ya había manifestado la forma
en que Él nos iba a salvar.
No obstante, hasta que no vino Jesús
no pudimos comprender plenamente
esta salvación.
Aunque todos somos pecadores,
todos podemos ser salvos por medio
de la fe en Jesús.
Solo los justos, los que obedecen Ninguno de nosotros
perfectamente la ley, pueden ser somos justos, ni
aceptados por la justicia de Dios podemos llegar a serlo

RECHAZADO: El pecador no cumple la justicia


exigida por Dios (obediencia a la ley)

El pecador se presenta ante Dios con su


propia “justicia”
Jesús se presenta ante El pecador acepta PECADOR
DIOS Dios con su justicia por fe a Jesús

JESÚS

ACEPTADO: La justicia de Jesús es aceptada en


lugar de la del pecador

Jesús vivió una vida justa. Cuando el pecador acepta por fe el sacrificio de
Esta vida justa es aceptada Jesús, Dios acepta la vida justa de Jesús en lugar
por Dios. de la del pecador, y éste es declarado justo.
“Siendo justificados gratuitamente
por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús”
Romanos, 3: 24

Somos justificados cuando somos


declarados justos por Dios.
El medio que Dios ha dispuesto para
declararnos justos es la redención a través
de la muerte de Jesús.
Esta declaración de justicia no tiene nada
que ver con algo que nosotros podamos
hacer; no la merecemos. Nos es dada sólo
por gracia, como un favor por parte de
“A quien Dios puso como propiciación
por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de
haber pasado por alto, en su paciencia,
los pecados pasados, con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia,
a fin de que él sea el justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús.
¿Dónde, pues, está la jactancia?
Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la
de las obras? No, sino por la ley de
fe”
la Romanos, 3: 25-27
PROPICIACIÓN

El propiciatorio (la tapa del arca) se


interponía entre la manifestación de
Dios entre los querubines y la ley.
Así, Jesús se interpone entre el
pecador y Dios para que se cumpla
la justicia divina y el pecador sea
aceptado por su fe en Jesús.
Dios es justo y ésta es la única
solución para cumplir la justicia
divina que demanda la ley y,
además, aceptar al pecador.
“Concluimos, pues, que el hombre es
justificado por fe sin las obras de
la ley” Romanos, 3: 28

Las obras no tienen nada que ver con la


justificación, porque nada podemos hacer
para ser justificados.
La justificación se recibe sólo por la fe en
el sacrificio expiatorio de Cristo.
¿La justificación por la fe nos exime de
guardar la ley? De ninguna manera, porque
el que ha sido perdonado ¿cómo seguirá
pecando (porque el pecado es transgresión
de la ley)?
EJEMPLO PRÁCTICO
La ley de tráfico dice que, cuando un De esta forma, la Ley de Dios nos
semáforo está en rojo, los vehículos deben indica lo que debemos y no
parar. debemos hacer para nuestro
Te has saltado un semáforo en rojo y golpeas propio beneficio y el de los
a otro coche. Además de pagar los demás.
desperfectos, recibirás una multa por Cuando la transgredimos,
transgredir la ley de tráfico. sufrimos las consecuencias.
Escribes una carta al Director de Tráfico Cuando nos aferramos a Jesús
aceptando tu error y pidiendo que se te por fe y le pedimos perdón,
perdone la multa. nuestros pecados son eliminados
Pasado el tiempo, no recibes la multa. Te por su gracia, de tal forma que
enteras de que alguien ha destruido tu multa, ante Dios estamos como si nunca
como si nunca hubieras transgredido la ley. hubiésemos pecado.
Este perdón no nos exime para
saltarnos los semáforos en rojo
de aquí en adelante, sino que
tenemos que seguir respetando
la ley, tanto la de tráfico como la
divina.
“La justicia es la obediencia a la ley. La ley
demanda justicia y, ante la ley, el pecador debe
ser justo. Pero es incapaz de serlo. La única
en que puede obtener la justicia es mediante la fe.
forma
Por fe puede presentar a Dios los méritos de
Cristo, y el Señor coloca la obediencia de su
Hijo en la cuenta del pecador. La justicia de
Cristo es aceptada en lugar del fracaso del
hombre, y Dios recibe, perdona y justifica al
alma creyente y arrepentida, la trata como si
fuera justa, y la ama como ama a su Hijo”

E.G.W. (Mensajes selectos, tomo 1, p. 430)

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