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SHHHH.

SÍ ES POSIBLE SER TERAPEUTA DE


LENGUAJE Y APRENDIZAJE Y HABLAR MENOS
DURANTE SESIÓN
 Resulta contradictorio pensar que ser terapeuta de lenguaje
y aprendizaje implica aprender a guardar silencio; y digo
que es contradictorio porque en nuestra formación como
terapeutas de lenguaje, psicólogos, pedagogos, logopedas,
etc. aprendemos el impacto que tiene el lenguaje no verbal
en la comunicación y que el desarrollo de estas primeras
habilidades de interacción, son primordiales para estimular
las bases del lenguaje verbal y la cognición .
Pero en el momento de encontrarnos en sesión con nuestro
paciente parece que olvidamos lo anterior y nos
programamos para bombardear al niño con una gran
variedad de estrategias de lenguaje, preguntas simples y
complejas (de las cuales nos sentimos muy orgullosos (as)
porque al fin las dominamos) con el objetivo de elevar el
nivel lingüístico del niño, aumentar su vocabulario,
desarrollar habilidades de reflexión o análisis,  favorecer
la solución de problemas y con la intención de atender y
escuchar las emociones del menor .
El problema está en que al olvidar el papel que juega el lenguaje
no verbal en cualquier tipo de interacción, abusamos del
lenguaje verbal, obteniendo sesiones donde el niño y el terapeuta
pierden la co-regulación, la autorregulación, los ajustes mutuos y
la vinculación.
La intención de este escrito es la de recordar cuatro,
de las que considero, las principales razones de
utilizar el lenguaje no verbal en cualquier tipo de
interacción, así como reflexionar sobre su uso en
sesión con nuestros pacientes.
Recordemos la importancia
del lenguaje no verbal en la comunicación. El investigador
Albert Mehrabian realizó un estudio y separó en porcentajes el
impacto del mensaje; y según sus investigaciones, solo el 7% de
lo que comunicamos es trasmitido a través de las palabras y el
93% restante es mediante el lenguaje no verbal, el cual el 38%
es transmitido con la entonación y matices de la voz y el 55%
utilizando señas, gestos y movimientos del cuerpo.
 El terapeuta de lenguaje y aprendizaje debe ser capaz de
comunicarse y escuchar al niño, pero escucharlo yendo más allá
de las palabras.
El uso de silencios para leer el lenguaje no
verbal. Un terapeuta que parte del interés del niño y
que se auto cuestiona constantemente las fortalezas y
áreas de oportunidad del perfil individual del
paciente, “debe” aprender a leer lo que el cuerpo, los
gestos y sonidos comunican. Date un tiempo en cada
sesión para leer a tu paciente, aprender a conocerlo y
maravillarte por su mundo.
Una pausa para identificar tu lenguaje no verbal. Una
vez aclarado que el lenguaje no verbal comunica en mayor
porcentaje que el verbal, necesitamos cuestionarnos qué
estamos comunicando con nuestros gestos, tono de voz y
posturas. Aprende a observarte cuando estás disfrutando de
la interacción, cuando te sientes frustrado (a), cuando guías
al niño a recobrar su regulación. Aquí algunas preguntas
que puedes hacerte: ¿Cuáles son las características físicas
que puedo identificar en mi cuerpo? (sudoración, ritmo
cardiaco, postura) ¿mi lenguaje corporal impacta
favorablemente al niño?  ¿qué emoción/sentimiento quiero
trasmitir? ¿mis acciones son congruentes al contexto?
 
La comunicación preverbal constituye la
base sobre la que se forma el nivel verbal y cognitivo. En
el curso de introducción de DIR-Floortime se menciona que
en desarrollo humano la comunicación inicia por aspectos
más simples que el uso de palabras; comienza con el
intercambio de sonidos, gestos y sonrisas.  Y es que para que
el niño responda a las señales sociales,  comprenda nociones
de causalidad y lógica; y sea capaz de atribuir una palabra a
una idea necesita dominar el uso y comprensión del lenguaje
no verbal.
AS
C I
R A
G

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