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Edward Said
(1978)
El ámbito del orientalismo
Conocer lo oriental.
• Conocer así un objeto es dominarlo, tener
autoridad sobre él, y autoridad aquí significa,
para «nosotros», negarle autonomía -al país
oriental-, porque nosotros lo conocemos, y, en
cierto sentido, existe tal y como nosotros lo
conocemos. Para Balfour, el conocimiento que Gran
Bretaña tiene de Egipto es Egipto, y la carga que este
conocimiento supone hace que preguntas acerca de la
inferioridad o superioridad parezcan mezquinas.
«¿Es beneficioso para estas grandes
naciones (admito su grandiosidad) que ese
gobierno absoluto lo ejerzamos nosotros?
Creo que sí. Creo que la experiencia
demuestra que con este gobierno ellos han
conseguido el mejor gobierno de todos los
que han tenido a lo largo de la historia del
mundo, lo cual no es solo un beneficio para
ellos, sino que, indudablemente, 10es para
todo el Occidente civilizado. Estamos en
Egipto no simplemente por el bien de los
egipcios, aunque estemos allí por su bien;
estamos allí también por el bien de toda
Europa.»
Balfour.
La lógica de Balfour es interesante, sobre todo
porque es totalmente coherente con las premisas de
su discurso. Inglaterra conoce Egipto, Egipto es lo
que Inglaterra conoce; Inglaterra sabe que Egipto
no es capaz de tener un autogobierno, Inglaterra
confirma que, al ocupar Egipto, Egipto es para los
egipcios lo que Inglaterra ha ocupado y ahora
gobierna; la ocupación extranjera se convierte, pues,
en «el fundamento principal» de la civilización
egipcia contemporánea; Egipto necesita -de hecho,
exige-s- la ocupación británica.
Pero si la particular intimidad que existe entre
gobernador y gobernado en Egipto se ve turbada
por las dudas del Parlamento, entonces (da
autoridad de lo que [... ] es la raza dominante-y
que, según pienso, debe seguir siendo la raza
dominante- ha sido minada». Y no solo sufre el
prestigio inglés: «En vano puede un puñado de
funcionarios británicos (por muy buenas
cualidades de carácter y talento que ustedes
piensen que tienen) llevar a cabo en Egipto la gran
misión que no solo nosotros, sino el mundo
civilizado, les ha encomendado».
• Entre 1882, año en que Inglaterra ocupó
Egipto y puso fin a la rebelión
nacionalista del coronel al-Urabí, y
1907, el representante inglés en Egipto,
el dueño de Egipto, fue Eveling Baring,
lord Cromer (también conocido por
«Over-baring»)