Tanto si has logrado la venta como si no, después de
una visita o llamada de ventas es imprescindible despedirte del cliente de manera adecuada. Esto le producirá una sensación positiva sobre ti y dejará abierta la puerta para futuras ventas. 1. En primer lugar, una vez te hayas asegurado de que el cliente no tiene dudas, toma la iniciativa de la despedida como forma de seguir ejerciendo el control de la conversación.
2. Tanto si la entrevista ha ido bien como si no, mantén a
raya tus emociones. No exteriorices tu satisfacción o tu enfado, porque puede estropear la buena impresión que causaste al cliente. 3. Agradece al cliente que te haya recibido o atendido por teléfono y el tiempo que te ha dedicado. El hecho de que tú termines la entrevista demuestra que no quieres entretenerle.
4. Entrega o haz llegar al cliente una tarjeta de visita, un
folleto, oferta, muestra de producto, etc. Cualquier elemento que le permita recordar en el futuro la conversación que habéis tenido. 5. Así mismo, reafirma al cliente en el sentido de que su decisión ha sido correcta, por haber comprado el producto, contratado el servicio o simplemente por atender tus explicaciones.
6. Despídete emplazando al cliente a un próximo contacto,
ya sea para conocer su decisión final, concretar los detalles de la venta, informarle sobre las novedades de tu empresa, etc. 7. Termina la conversación con decisión y sin prolongar en exceso la despedida. Escoge una fórmula para despedirte en función del contexto y del perfil de la persona con la que tratas.
Finalmente, si te has comprometido a tramitar el pedido,
enviar un material al cliente, volver a contactarle para aclarar una duda o facilitarle un dato pendiente, hazlo cuanto antes. No dejes que la excelente sensación que le ha causado tu visita se "enfríe" por esperar demasiado.