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TRES PREGUNTAS -- Mat.

21:23-32
Las preguntas sirven propósitos diferentes. No
todas ellas buscan información.
Algunas son capciosas, tratando de entrampar por
medio de argumentación.
No todo el mundo busca la verdad.
Mucha gente se da a preguntas de curiosidad.
PREGUNTA # 1
23, Cuando vino al templo, los principales sacer-
dotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él
mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad
haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad?
Jesús, siendo Dios, conoce nuestros corazones.
No búsqueda de verdad aquí, por eso no respuesta
Según ellos Jesús invadía su papel de
maestros
y veían en peligro su control de la gente.
Jesús contestó su pregunta con otra pregunta.
Tenemos que aprender esta táctica importante, la
de poner al oponente en defensa.
24, Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os
haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo
os diré con qué autoridad hago estas cosas.
El interrogador también tiene la obligación de con-
testar. La gente honesta tienen y dan respuestas.
PREGUNTA # 2
25, El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del
cielo, o de los hombres?
Una pregunta directa, demandando un sí, o un no.
Ellos entonces discutían entre sí, = fueron evasi-
vos y deshonestos. No preguntaron por informa-
ción.
Nosotros no somos así, ¿verdad?
diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué,
pues, no le creísteis? 26 Y si decimos, de los hom-
bres, tememos al pueblo; porque todos tienen a
Juan por profeta.
Primero consideran las consecuencias de su
respuesta antes de contestar.
Muchos hoy en día hacen lo mismo: “Si lo que us-
ted dice es cierto, entonces mis abuelos están en el
infierno.”
Suponiendo que lo están, ¿quiere usted
también llegar al infierno? ¡Claro qué no!
Si lo que es usted es según la verdad, ¿están los
demás en el infierno, o irán al infierno?
¿Cree usted en el universalismo (la salvación de
todo el mundo sin excepción alguna)? Si lo cree,
¿por qué trata de convertir gente a su religión?
Si no lo cree, ¿están los demás perdidos?
Donde estén sus abuelos no tiene nada que ver
con lo que Dios ha mandado que usted haga.
Los muertos están en las manos de Dios. La cues-
tión es ésta: “¿Qué debo yo hacer para ser salvo?”
Ahora, confronte usted la cuestión con honesti-
dad.
Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué,
pues, no le creísteis? 26 Y si decimos, de los
hombres, te-memos al pueblo; porque todos tienen a
Juan por profeta.
Nótese: pudieron haberse expresado así: “¿por
qué no se bautizaron de Juan?” (Sobre esto se les
preguntó).
Estos líderes religiosos reconocieron lo que mu-
chos hoy en día deben reconocer; a saber, si uno
cree va a ser bautizado; si no se bautiza, es porque
no cree.
La fe bíblica y salvadora es fe obediente, no “fe
sola.”
Rom. 6:17, Pero gracias a Dios, que aunque erais
esclavos del pecado, habéis obedecido de ….
corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis
entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a
ser siervos de la justicia.
Hech. 19:3-5, Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuis-
teis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de
Juan. 4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de
arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en
aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús
el Cristo. 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados
en el nombre del Señor Jesús.
¿Cuándo fueron bautizados? Cuando creyeron.
Los evangélicos hoy en día afirman que creen, pe-
ro no son bautizados con urgencia, porque creen
que ya están salvos.
¿Es esto según el modelo o patrón bíblico?
27 Y respondiendo a Jesús, dijeron: No
sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo
con qué autoridad hago estas cosas.
Su respuesta:
Fue mentira (de los líderes religiosos del día)
Fue táctica evasiva, manifestando deshonesti-
dad
En realidad ellos rehusaron contestar la pregun-
ta de Jesús, porque Jesús dijo: Tampoco yo os digo.
Amigo, ¿conoce usted a personas que actúan
exactamente como estos líderes religiosos del tiem-
po de Cristo?
28 Pero ¿qué os parece?
Jesús los mantiene en defensa.
Jesús era el controversista más grande de todo el
tiempo. Muchos ignoran este cuadro de Jesús.
Un número de sus parábolas fueron dirigidas a di-
chos líderes religiosos. 22:1, Respondiendo Jesús,
les volvió a hablar en parábolas, diciendo.
Mat. 21:23--24:1, una serie de debates con estos
líderes religiosos, en la presencia de la multitud y de
los discípulos que también estaban presentes, 23:1.
28-30, Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos
hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy
a trabajar en mi viña. 29 Respondiendo él, dijo: No
quiero; pero después, arrepentido, fue. 30 Y acer-
cándose al otro, le dijo de la misma manera; y res-
pondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.
PREGUNTA # 3
31, ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?
1. Este parábola, y la pregunta siguiente, tuvieron
por propósito exponer la hipocresía de esos líderes.
2. Es la única pregunta que de veras importa: “Estás
haciendo la voluntad de Dios?” Todo lo demás es
totalmente sin importancia en vista de la eternidad.
3. Ellos contestan correctamente (v. 31), como lo ha-
ría toda persona hoy en día. Pero, no se conforma-
ban con su respuestas correcta.
El hablar y el hacer no siempre se concuerdan.
En realidad, ¿de quién es la voluntad la que se
está haciendo?
“Zona confort,” “me hace sentir bien,” “me
gusta,” “¿qué hay de mal en ello?” etcétera.
Mat. 7:21-23, No todo el que me dice: Señor,
Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que
hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
22 Mu-chos me dirán en aquel día: Señor, Señor,
¿no profe-tizamos en tu nombre, y en tu nombre
echamos fue-ra demonios, y en tu nombre hicimos
muchos mila-gros? 23 Y entonces les declararé:
Nunca os cono-cí; apartaos de mí, hacedores de
maldad (= sin auto-ridad, sin ley).
Nótese que Jesus está hablando acerca de gente
religiosa.
El Mandamiento
28, Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña.
Este mandamiento es dado por un padre, no un
dueño de esclavos.
Dios no es tirano.
Dios estipula el lugar de trabajo: su viña = su
iglesia/
1 Cor. 3:9, Porque nosotros somos colaboradores
de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio
de Dios.
Es privilegio, no carga, trabajar en la viña de Dios
porque esto significa vida eterna.
El tiempo para hacer esto es hoy (“ve hoy a traba-
jar”).
2 Cor. 6:2, He aquí ahora el tiempo aceptable; he
aquí ahora el día de salvación.
El plan reconoce la libertad de la persona. Dios no
obliga a nadie a trabajar por él.
Algunas religiones convierten a punto de espada y
amenazan con muerte a los que desertan.
(Por ejemplo, la Inquisición católica, el
islamismo).
Dios no es servido sino solamente de corazón.
Luc. 10:27, Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y
a tu prójimo como a ti mismo.
Cristo tiene solamente seguidores voluntarios.
Mat. 16:24, Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
La Respuesta
1. El segundo hijo es cortés; dice la cosa correcta:
“Sí, señor, voy. Y no fue.”
2. La mayoría de la gente es así hoy en día. Este
segundo hijo representó a los líderes religiosos a
quienes dirigía Jesús sus parábolas.
El error principal del segundo hijo: no hizo la
voluntad de su padre.
Este ha sido siempre el caso de la mayoría de la
gente. ¿Qué de usted? ¿Qué de mí?
2. Este otro hijo nos conmueve, nos choca. Su res-
puesta fue descarada y brutal.
Esta respuesta es dada, si no en palabra, cierta-
mente en hecho por líderes religiosos de aquel
tiempo como de ahora.
¿Por qué admiramos al primer hijo?
¿Porque le faltaba respeto a su padre? No
¿Porque demoraba en obedecer? No; demorar
es peligroso.
¿Porque su conducta fue fea y rebeló? No
¿Porque se arrepintió? ¡Sí!
Dios no tiene que permitir que nos
arrepintamos; el arrepentimiento es algo que Dios
concede, o da.
Hech. 11:18, ¡De manera que también a los
gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!
La misma respuesta de los principales sacerdotes
y de los ancianos del pueblo (“El primero”) les
condenó.
Jesús les confronta con la conclusión inevitable to
rehusar hacer la voluntad de Dios:
31,32, Jesús les dijo: De cierto os digo, que los
publicanos y las rameras van delante de vosotros al
reino de Dios. 32 Porque vino a vosotros Juan en
camino de justicia, y no le creísteis; pero los publi-
canos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo
esto, no os arrepentisteis después para creerle.
No creyeron a Juan y por eso no se
arrepintieron para luego ser bautizados por él. El
arrepentimiento sigue a la creencia, y no vice versa
(según doctrina bautista).
La gente religiosa tiende a verse como demasiada
justa para arrepentirse, para que hagan la voluntad
de Dios en lugar de la suya.
Los que se consideran “malos” son quienes, si
admiten su culpa y buscan el perdón de Dios, se ar-
repienten.
El ejemplo de arrepentimiento en otros debe moti-
var al arrepentimiento a los que la sociedad consi-
dera muy religiosa pero que en realidad no están
haciendo la voluntad del Padre.
El arrepentimiento es el mandamiento duro.
Es fácil creer en Cristo en vista de la abundancia
de evidencia de su deidad.
Es fácil con la boca confesar fe en Cristo porque
uno está bien convencido de la deidad de Cristo.
Es súper fácil ser bautizado en Cristo.
Pero el arrepentimiento demanda humildad, ad-
misión de culpa. El orgullo de la persona le impide.
CONCLUSION:
Dios manda que vayamos hoy a trabajar en su viña.
¿Qué será su respuesta?
¿Que no?
¿Sí, pero no hace nada?
¿Sí, más acción justa ( = obediencia)?
¿Hoy? (El sol de mañana puede ser que no
salga; ¡para muchos no saldrá!)
Para muchos el sol de hoy salió por última vez
¿QUÉ SERÁ SU RESPUESTA?

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