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de ánimo
Pag. 233
Los sentimientos de abatimiento o de depresión son
viejos compañeros de la raza humana y seguramente,
en sus formas menos graves, tienen unas funciones
filogeneticas adaptativas como, por ejemplo, recabar
la atención y el cuidado de los demás (Gilbert, 1992),
constituir un modo de comunicación de situaciones de
pèrdida o separación, o ser un modo de conservar
≪energía≫ para poder hacer frente a ulteriores
procesos de adaptación.
Pero estar triste no siempre es una
emoción adaptativa. En ocasiones,
bien por su duracion, por su
frecuencia, por su intensidad o por su
aparente ≪autonomia≫, estos
sentimientos pueden interferir
extraordinariamente con la capacidad
adaptativa de la persona que los
sufre. Pueden llegar a ser, en
definitiva, patológicos.
La descripción de la tristeza esta ya reflejada en el
Antiguo Testamento. Los intentos mas remotos de
comprender ≪cientìficamente≫ la depresión se deben
a Hipòcrates (siglo IV a. C.). Hipòcrates emplea el
termino genérico de ≪melancolía≫1 para dar cuenta
de estos estados de inhibición y tristeza que, por cierto,
su coetáneo Aristoteles (siglo IV a. C.) va a recoger en
algunos escritos para relacionarlos con personas
especialmente sensibles e inteligentes
Para Hipócrates, la
melancolía se debe a
desequilibrios en la
secreción de bilis negra, o
bien a una mala combustión
de esta sustancia dentro del
organismo que daría lugar a
restos toxicos; de hecho, el
termino proviene del griego
melaina chole (bilis
negra)..
Esta concepción humoral de los trastornos mentales se conservara
prácticamente intacta en la medicina occidental hasta el siglo XIX
(Vázquez, 1990a). Aunque el termino melancolía era la etiqueta
diagnostica mas usada, la palabra ≪depresión≫ se comienza a
utilizar con frecuencia durante el siglo XIX, y ya a principios del
siglo XX se emplea como termino diagnostico con bastante
asiduidad.
El cambio conceptual fundamental lo proporciona el
psiquiatra alemán Kraepelin a finales del siglo XIX. En la
6ta edición de su influyente manual de psiquiatría (1896)
diferenciò la demencia precoz (llamada esquizofrenia poco
después por Bleuler) de la enfermedad
maniacodepresivas. Estas dos enfermedades básicas se
diferenciarían por su historia familiar, su curso y su
gravedad
Los maniacodepresivos tendrían una mayor historia
de antecedentes de enfermedad, menor gravedad y un
curso menos crónico que el de las personas con
esquizofrenia. Sin embargo, el tèrmino
≪maniacodepresivo≫ de Kraepelin incluía cuadros
que hoy denominaríamos depresión mayor, distimia,
trastorno bipolar o ciclotimia. En palabras del propio
autor, se incluían ≪todos los casos de excesos en la
afectividad≫. Era, por lo tanto, un concepto
enormemente amplio.
Para Kraepelin las causas de la
enfermedad maniaco-depresiva
eran innatas e independientes
de causas sociales o
psicológicas Una posición que
muchos otros autores de
aquella época, como el propio
Meyer e incluso Freud no
compartían
6A70 Trastorno depresivo, episodio
único
El trastorno
depresivo con un
episodio único se
caracteriza por la
presencia o
antecedentes de un
episodio depresivo
cuando no hay
antecedentes de
episodios
depresivos
anteriores.
Un episodio depresivo mayor se caracteriza por
un período de estado de ánimo depresivo casi a
diario o disminución del interés en las
actividades durante al menos dos semanas,
acompañado de otros síntomas como dificultad
para concentrarse, sentimientos de inutilidad o
culpa excesiva o inapropiada, desesperanza,
pensamientos recurrentes de muerte o suicidio,
cambios en el apetito o el sueño, agitación o
enlentecimiento psicomotor, y energía reducida
o fatiga. Nunca ha habido ningún episodio
anterior de manía o hipomanía, o episodios
mixtos, que indicarían la presencia de un
trastorno bipolar.
Exclusiones
Trastorno de adaptación (6B43)
Trastornos bipolares u otros trastornos
relacionados (6A60-6A6Z)
Trastorno depresivo recurrente (6A71)
6A71 Trastorno depresivo
recurrente
El trastorno depresivo recurrente se caracteriza
por antecedentes de al menos dos episodios
depresivos separados por un mínimo de varios
meses sin perturbación significativa del estado
de ánimo.
Un episodio depresivo se caracteriza por un
período de estado de ánimo casi a diario
deprimido o disminución del interés en las
actividades durante al menos dos semanas,
acompañado de otros síntomas como dificultad
para concentrarse, sentimientos de inutilidad o
culpa excesiva o inapropiada, desesperanza,
pensamientos recurrentes de muerte o suicidio,
cambios en el apetito o el sueño, agitación o
enlentecimiento psicomotor, y energía reducida
o fatiga. Nunca ha habido ningún episodio
anterior de manía o hipomanía, o un episodio
mixto, que indicarían la presencia de un
trastorno bipolar.
Inclusiones
Exclusiones
Distimia
Exclusiones
personalidad cicloide
personalidad ciclotímica
Trastornos bipolares u otros
trastornos relacionados
Los trastornos bipolares y otros trastornos
relacionados son trastornos episódicos del
estado de ánimo definidos por la presencia de
episodios o síntomas maníacos, mixtos o
hipomaníacos. Estos episodios generalmente
se alternan a lo largo del curso de estos
trastornos con episodios depresivos o períodos
de síntomas depresivos.
6A60 Trastorno bipolar
de tipo I
El trastorno bipolar de tipo I es un trastorno episódico del
estado de ánimo que se define por la ocurrencia de uno o
varios episodios maníacos o mixtos. Un episodio maníaco
es un estado de ánimo extremo de una duración de al
menos una semana (a menos que se reduzca por una
intervención de tratamiento), caracterizado por euforia,
irritabilidad, o expansividad y aumento de la actividad o la
experiencia subjetiva de aumento de energía, acompañado
por otros síntomas característicos como discurso rápido o
sensación de presión interna por hablar más, fuga de
ideas, aumento de autoestima o grandiosidad, necesidad
disminuida de sueño, comportamiento impulsivo o
imprudente, y cambios rápidos de estado de ánimo (es
decir, labilidad emocional).
Un episodio mixto se caracteriza por una mezcla
o una rápida alternancia de síntomas maníacos
y depresivos prominentes durante la mayor
parte de los días por un período de al menos
dos semanas. Aunque el diagnóstico pueda
hacerse con base en la evidencia de un
episodio maníaco o mixto, generalmente los
episodios maníacos o mixtos se alternan con
episodios depresivos durante el curso del
trastorno.
Exclusiones