Pero una tarde, al contarlas todas, Le faltaba una, le faltaba una y triste lloró. Las noventa y nueve dejó en el aprisco Y por las montañas a buscarla fue, La encontró llorando, temblando de frío, Curó sus heridas, La cargó en sus hombros y al redil volvió. Esta misma historia vuelve a repetirse, Todavía hay ovejas que errabundas van, Con el alma rota van por collados, Temblando de frío, vagando en el mundo, Sin Dios y sin luz.. Las noventa y nueve dejó en el aprisco Y por las montañas a buscarla fue, La encontró llorando, temblando de frío, Curó sus heridas, La cargó en sus hombros y al redil volvió. Pero todavía existen pastores Que por las montañas a buscarlas van, Y cuando las hallan las traen al Camino, Al Camino Bueno, la Verdad y la Vida Que es Cristo el Señor. Las noventa y nueve dejó en el aprisco Y por las montañas a buscarla fue, La encontró llorando, temblando de frío, Curó sus heridas, La cargó en sus hombros y al redil volvió.
Consagración a la Virgen Maria. Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía, yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón y te consagro mi cuerpo y mi alma, mis pensamientos y mis acciones. Quiero ser como tu quieres que se