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[…] El primero de ellos es no admitir una cosa por verdadera a menos que yo no
sepa con evidencia que lo es; es decir, evitar con sumo cuidado la precipitación y la
prevención, y no admitir nunca juicios más que lo que se presentara clara y
distintamente a mi espíritu que no tuviera la menor razón para ponerla en duda.
El segundo es dividir cada una de las dificultades que se me presentan en tantas
parcelas como fuera posible y en cuantas se necesitasen para su mejor resolución.
El tercero consiste en organizar ordenadamente la marcha de mis pensamientos,
empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para remontarme
poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los más complejos […].
Y, por último, sería en hacer en toda ocasión un inventario tan exhaustivo y unas
revisiones tan generales que estuviera seguro de no haber omitido nada.
[René Descartes: Discurso del método].
Descartes (1596-1650)
El Renacimiento formula una crítica a la Edad Media.
Lo característico de la concepción medieval del mundo se
muestra en su constante referencia al más allá.
Se muestra en su interés dominante por la salvación del hombre.
Con esto se veía un cierto desprecio del mundo terrenal.
Se trata de una concepción religiosa del mundo y de la vida,
centrada o dirigida hacia la divinidad (teocentrismo).
Todo gira en torno a Dios.
El Renacimiento vuelve su mirada hacia este mundo, hacia la
naturaleza (naturalismo).
El Renacimiento es la época de Copérnico. La ciencia realiza
notables avances.
Descartes (1596-1650)
En el siglo XVII aparecen nuevas tendencias filosóficas
tremendamente importantes. Empieza la Edad
Moderna. Es el siglo de Descartes y Bacon, de Spinoza
y Hobbes, de Galileo, Kepler y Leibniz.
“ha sido cultivada por los más excelentes ingenios que han
vivido desde hace siglos, y, sin embargo, no hay nada en ella
que no sea objeto de disputa y, por consiguiente, dudoso.”
[Discurso del método, I parte, 8].
Descartes (1596-1650)
La duda metódica
La filosofía anterior nos ha enseñada que debemos evitar una
cosa estrictamente: caerse en el error.
Debemos ser críticos, críticos respecto de nosotros mismos y del
pasado.
El radicalismo de Descartes se manifiesta como preocupación
por evitar el error.
Lo que se necesita ahora es la duda metódica. La duda debe
convertirse en algo metódico.
Para evitar los errores, para evitar las incertidumbres, el
radicalismo quiere alcanzar un saber absolutamente cierto, cuya
verdad sea tan firme que esté más allá de toda posible duda.
Se busca un conocimiento absolutamente cierto.
Descartes (1596-1650)
Las Meditaciones metafísicas se inician con estas
palabras:
“Hace ya mucho tiempo que me ha dado cuenta de que, desde
mi niñez, he admitido como verdaderas una porción de
opiniones falsas, y que todo lo que después he ido edificando
sobre tan endebles principios no puede ser sino muy dudoso e
incierto; desde entonces he juzgado que era preciso
seriamente acometer, una vez en mi vida, la empresa de
deshacerme de todas las opiniones a que había dado crédito, y
empezar de nuevo, desde los fundamentos, si quería
establecer algo firme y constante en las ciencias.”
[Meditaciones metafísicas, I meditación, AT IX, 13; GM
p.95].
Descartes (1596-1650)
El método cartesiano consiste en emplear la duda para
ver si hay algo capaz de resistirla y que sea
absolutamente cierto.
Resultado:
Resultado:
“¿Qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, entiende,
concibe, afirma, niega, quiere, no quiere y, también, imagina y siente.”
[Medit. II, AT IX, 22, GM p. 104].
Resultado:
La substancia extensa
Primera certeza
Cogito ergo sum SOLIPSISMO
Las dos sustancias Si dudo es porque pienso, y si pienso, existo Yo existo, pero ¿existe
Pensante algo más que mi
Extensa pensamiento?
Duda metódica
Cuestionamiento de todo lo que no brinde
una certeza