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• Durante la intervención el director debe organizar las tareas del grupo, dirigir
según las necesidades de las comunidades, participar de la organización de los
lugares de acogida, y dar soporte psicológico a los brigadistas. Su experiencia en
las situaciones debe permitirle saber cuándo parar el trabajo, cuándo brindar un
espacio de tranquilidad a los brigadistas, en qué momento conversar con ellos.
De esta manera se convierte en un soporte de confianza en la brigada, que
permite que los encargados directos de la atención sientan la solidez grupal y el
cuidado permanente que les permita desarrollar sus actividades. El director de la
brigada así mismo negocia con los directores de los centros de acogida,
determina las horas de comida, aseo y descanso, así como los turnos para las
diferentes actividades.
4. Actividades post- intervención y
descanso
• El director debe determinar un espacio de conversación tras la jornada de
intervención, donde los brigadistas puedan compartir su experiencia,
verbalizar sus emociones, reflexionar sobre la experiencia vivida, entender
la situación social, familiar, emocional de las víctimas de la tragedia, evaluar
su propia práctica y planificar la intervención del día siguiente. Este espacio
puede ser formal o informal dependiendo de las necesidades de la
intervención, pero siempre tiene que realizarse. El director debe evitar a
toda costa que la brigada se vaya a dormir sin haber verbalizado y asimilado
en primera instancia la experiencia vivida, debe evitar el solipsismo,
fortalecer al grupo, permitir la palabra y supervisar la intervención.
5. Esparcimiento
• Finalizada la actividad diaria es importante que la brigada tenga espacios
de descanso y esparcimiento, donde recupere el estado de ánimo,
conozca a sus compañeros de actividades, se relaciones con los
dirigentes de los lugares de acogida, se distraiga de los sentimientos y
emociones acumulados durante el día. Hablando metafóricamente es el
momento en que se recarga el tanque de gasolina anímico para poder
continuar el día siguiente
6. Salida
• Finalmente el director debe evaluar las condiciones de salida del grupo. Las
intervenciones en crisis son actividades de emergencia, las brigadas deben cumplir
su misión y regresar a sus hogares para descansar y asimilar la experiencia vivida, no
tiene sentido desgastar exageradamente a una brigada y que termina “quemada” y
sin poder cumplir sus tareas. El director debe evaluar el estado de ánimo, el
cansancio, la carga afectiva, situaciones de salud, somatizaciones, para determinar el
momento oportuno de abandonar el campo de acción. Antes de salir es importante
despedirse adecuadamente de las personas víctimas de las catástrofes y dirigir
palabras a la brigada donde se felicite y reconozca la actividad realizada, procurando
que el brigadista sienta y comprenda que sus esfuerzos y sacrificios no fueron en
vano, sino que fueron valorados, apreciados y que su contribución fue importante.