Es el tipo de corrosión más común que vemos día a día
y que por otra parte es la que tenemos más a la vista de los diferentes tipos de corrosión. Este tipo de ataque se presenta en casi todos los metales que están expuestos a la acción de los elementos atmosféricos, tales como el oxígeno del aire, productos de combustión y smog presentes en la atmósfera, radiación solar y muy especialmente el agua, proveniente de condensación o lluvia. Si la corrosión se presenta, electroquímica o química, salen de forma pareja y uniforme sobre toda la superficie metálica lo que se denomina corrosión uniforme, que puede ser húmeda o seca Por otro lado, el daño producido por una corrosión uniforme es fácil de medir y cuantificar, por lo que las fallas inesperadas pueden ser evitadas simplemente con una inspección regular de los materiales.