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Fomente el aprendizaje
diligente, ayudando a que
comprendan las enseñanzas
Es muy importante centrarse
continuamente en el tema
principal de la presentación.
Los niños pueden ser mejores misioneros que los mayores porque no tienen prejuicios
ni vergüenza a la hora de hablar con sus amigos o familiares sobre la Iglesia.
Debemos dar ejemplo a los niños y trabajar activamente con los misioneros. Si ellos
crecen observando nuestra entusiasmo con la obra misional, amarán más el evangelio.
Las actividades de la Primaria son las que, muchas veces, ganan en visitas
de participantes no miembros.
Atender
Entender
Interesarse
“Por medio de la música somos capaces de sentir y aprender mucho más
rápidamente… algunos de los principios espirituales que de otra manera
aprenderíamos mucho más lentamente” (Élder Boyd K.Packer)
Los niños pequeños suelen portarse mal, pero no tienen maldad. Tenga una actitud
positiva, sea paciente y comprensiva. Recuerde que un niño no lleva mucho tiempo en este
mundo.
Estudie las características del comportamiento de todos los niños de su unidad y
busquen formas para saber cómo tratarles. Use la oración y la guía espiritual para resolver
los problemas.
Dialogue sin ánimo de crítica con los padres de los niños y con su obispo. Dedique
esfuerzos y tiempo en llegar a conocer mejor a esos niños y en que ellos confíen en usted.
Si hay problemas de irreverencia, sea un ejemplo de reverencia, invite al Espíritu por
medio de preludios musicales suaves, no levante la voz, sea puntual en las clases,
establezca normas para que los niños puedan ir al baño o pasar a otros salones,
recálqueles la santidad de las casas del Señor, demuestre respeto a los líderes y a las
escrituras, exíjales que usen buenos modales y que empleen palabras de cortesía…
“Y todos tus
hijos serán
instruidos por
el Señor; y
grande será la
paz de tus
hijos” (3 Nefi 22:13)