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Indagación y reflexión acerca de la

construcción de la escritura y su
relación con la constitución subjetiva
PSICOPEDAGOGÍA
Didáctica de la Lengua
Prof. Carolina Bruzzo
Para pensar:
Para pensar la problemática de la
escritura como algo más que un
proceso cognitivo y lingüístico,
tenemos que preguntarnos qué se
juega a la hora de escribir o qué de la
subjetividad, de la constitución
subjetiva va implicada en el acto del
“escritor” , no como profesión sino
como práctica social de todo el que
escribe.
Al parecer, en el escribir entra en juego
el “escribirse” y al escribir, el escritor
abre una zona en el que está solo-
aunque la construcción de la escritura
es social- el dejar marcas propias en
alguna parte de la realidad material,
dejar huellas de sí, implica procesos
profundos en la constitución de sí
mismos.
Albert Anker (1831-1910) Un niño
escribiendo.
Qué significado tiene la escritura en la
subjetividades. Tomemos algunos escritores:
• No empieces a escribir sin saber desde la primera línea adónde
vas. H. Quiroga
• “Alrededor de una persona que escribe libros siempre debe
hacer una separación de los demás. Es una soledad. Es la
soledad del autor, la del escribir. Para empezar, uno se
pregunta qué es ese silencio que lo rodea. Y prácticamente a
cada paso que se da en una casa y a todas horas del día, bajo
todas las luces, ya sean del exterior o de las lámparas
encendidas durante el día, esta soledad real del cuerpo se
convierte en la soledad, inviolable, del escribir.” Margarite
Duras.
• “No existen más que dos reglas para escribir: tener algo qué
decir y decirlo”. Oscar Wilde.
Decir, existir. Frente al
texto, la soledad.
Las frases anteriores nos remiten a
modos de entender la escritura para sí
que han expresado algunos escritores
a quienes reconocemos.
Quiroga y Wilde nos hablan del
problema del saber qué es lo que
quiero decir, tener algo para decir para
después decidir darlo en escritura.
Margarite Duras, nos habla de la
soledad del escritor, ese espacio
íntimo que implica vérselas con uno
mismo cuando el escenario se
acomoda de tal forma que nos obliga a
producir una separación con el resto,
con todo lo demás. Esa toma de
conciencia de separación es la angustia
necesaria que hay que sortear para
luego poder estar – “en la soledad real
del cuerpo”- en la escritura. Albert Anker (1831-1910), Niño tratando de escribir
“Dificultad para escribir: aprender a escribir implica un
proceso mucho más complejo que alfabetizarse”

El deber de la
escritura.
Albert Anker, pintor
suizo.
¿Qué sucede con el niño (el sujeto) que no puede escribir?
¿Cómo interviene el escribir en la constitución del sujeto?

Albert Anker, pintor suizo (1831-1910) Schreibunterricht (Leer


docente)
Escribir-se
• “La acción de escribir implica
el investimiento de un objeto
de conocimiento particular,
objeto que transciende al
autor y se vuelve autónomo,
texto para ser leído [...] es
necesario adherir a una
legalidad arbitraria y ajena, es
necesario soportar el riesgo
de ser leído e interpretado
por otro” Kornblit, C. (2001)

Albert Anker, Exámen de una escuela de la aldea.


Escribir, existir
• Para algunos niños/as la
separación estaría
homologada a la
destrucción del sujeto
(de sí mismo) la
escritura es un peligro,
la escritura refleja “lo
particular, lo distinto de
cada sujeto” (Kornblit,
2001)
Dos niños con un tablero de pizarra, 1882, Albert Anker
Aprender a escribir: “el hijo se convierte en
autor […] escritor de su propia historia”
• “La iniciación en la escritura
marca un momento en la
construcción cognitiva en el
que lo ajeno- legalidad
instituida de un sistema de
alta valoración para el
campo social- y lo propio-
cuerpo, inteligencia, deseo-
encuentran un espacio
privilegiado y necesario de
confrontación” (Kornblit,
2001)
Niño escribiendo, 1908
Aprender a escribir: “el hijo se convierte en
autor […] escritor de su propia historia”
• La escritura: “exige la
identificación con otro
escribiente, permite
diferenciarse de ese
otro, posibilitando la
constitución de un
sujeto que
escribe”(Kornblit, 2001)

Niña escribiendo, Albet Anker.


“No dice nada”, “no puedo decir nada”.
• Cuando un niño queda
atrapado en la
idealización de un saber
ajeno, es decir: “sustituye
la pulsión de saber por el
deseo de albergar lo ya
escrito por
otro”(Hornstein, 1988)
• El niño se convierte en un
“copiador” pero no puede
ser autor.
Aprender a escribir implica un proceso
mucho más profundo que alfabetizarse
• “La acción de escribir y
su producto, lo escrito,
imponen una distancia
entre el sujeto y los
otros, distancia que
permite que alguna
marca se desprenda del
sujeto y se plasme en el
papel” (Kornblit, 2001)
Importancia de la escritura del nombre
• Cognitiva y
lingüísticamente, el
nombre es el primer
texto aprendido a partir
del cuál construir el
sistema de escritura.
• Subjetivamente el
nombre es: la primera
autoría.
EL NOMBRE, LA PRIMER
AUTORÍA
El nombre escrito para
otro es “una referencia
identificatoria que,
identificando al sujeto, le
permite reconocerse como
distinto […] es justamente
esta diferenciación la que
abre el espacio […] de la
duda”
Aparece el deseo de
aprender en tanto aparece
esta diferenciación y el
sujeto se ve confrontado a
la falta.
El papel de la Literatura en relación
con el “derecho a la palabra”
La experiencia de la lectura y la
escritura para dar lugar a la voz
propia
Literatura y derecho a la
palabra

Dar lugar a la voz del


estudiante habilitó la
inscripción de la
producción autoral en un
contexto sociocultural más
amplio.
La literatura permite
pensar y nombrar el
mundo de otra manera,
para dar lugar a
nombrarse de otra forma a
sí mismo.
La experiencia de la
lectura y la escritura
El lector, pide prestadas o roba
palabras de otros para elaborar lo
propio, para poder darle voz a aquello
que es parte de su historia:
“La voz es el sentido que reside en el
individuo y que le permite participar
en una comunidad…La lucha por la voz
empieza cuando una persona intenta
comunicar sentido a alguien. Parte de
ese proceso incluye encontrar las
palabras, hablar por uno mismo, y
sentirse oído por otros..” Larrosa, J.

La literatura, al abrir otros mundos


posibles, permite huir de la
sobredeterminación de aquellas
palabras que encasillan a los sujetos
en lugares a los que aparentemente
están destinados.
Leer como escritura de la
subjetividad
Dos adolescentes enamorados
no pueden ser
no pueden ser.
Vos estás lejos
no puede ser que te vea.
Como dice Pablo
cuando estás como ausente
porque yo estoy ausente.
No sé cuándo te reís
ni sé cuándo te callás.
Yo no estoy allá y vos estás lejos.
No existen
dos adolescentes enamorados.

Gabriel
Escribir como modo de
decir-se
Consejo demonio
No vayan al colegio
tampoco a la iglesia.
No le hagan caso a su
familia
hagan la suya, peléense
todo el día con la gente
buena.
Y roben a viejas y a niños, roben algo grande.
Maten a todos los que
intervengan en su camino.
Maten policías.
Sean exquisitos con las mujeres,
no es conveniente una hincha de River, son
todas ingenuas. Y nunca
te persigas cuando cometes un pecado.

Adrián

El texto firmado por Adrián presenta una evidente influencia de


los estereotipos sociales a través de la retórica de la ironía. La
estrategia del yo poético es exacerbar los discursos
estigmatizantes… asume el mito identitario de que se delinque
al final porque primero se abandona la escuela y la familia.
Como si fuera una consecuencia directa. Sin embargo, por
debajo de la superficie discursiva, vemos que está llevando al
extremo los clichés acerca de los chicos que están en los
institutos. Sobre todo porque sabemos que el encierro de
Adrián obedece a lo que se denomina “situación de riesgo”, y
nunca cometió delito. Acaso el título quiera advertir que
justamente no es Adrián sino el demonio el enunciador del
consejo.
Mirta Rothemberg:
• “Yo debía enseñarles historia, lectura, escritura,
LA LITERATURA OFRECE aritmética. Yo debía civilizarles, hacerlos aceptables a
ECOS DE LO PROPIO los ojos de los Estados Unidos de América. Era un
chiste amargo y cruel. No aprendían nada. Luego, un
día, aprovechando un sosiego en sus arranques de
odio, les hablé de los Indios de América. Les conté
como esos hombres a los que les perteneció el país
habían llegado a ser refugiados en su propio territorio,
del cual los habían desposeído. Encontré un libro de
poemas de Indios que hablaban de la tierra que
amaban, de los animales con los que ellos vivieron, de
su fuerza, de su amor, de su odio y de su orgullo. Y de
su libertad. Los niños reaccionaron. Algo se había
movido en ellos. Los Indios debían experimentar por
América lo que ellos mismos sentían por su país de
origen. Todos nos convertimos en Indios. Quitamos los
muebles de en medio del salón. Instalamos tiendas y
pintamos un río sobre el suelo. Construimos unas
canoas, unos animales de tamaño natural en papel
maché(...). Los niños comenzaron lentamente a
liberarse de sus caparazones.”
“Estábamos contando mitos y leyendas ante un mapa
de Colombia que tenía
ubicados los diferentes grupos indígenas que pueblan
nuestro país. Nunca
imaginamos que un mapa pudiera significar tanto.
Verlo, tenerlo allí presente
mientras escuchaban los cuentos y las leyendas, les fue
configurando sus propias
historias, pero también su propia geografía. A medida
que leíamos y
señalábamos la procedencia del mito o de la leyenda,
ellos iban recordando
lugares, ríos, pueblos, por los que habían pasado.
De pronto, como un “abracadabra”, al hablar de la
Llorona, la Madremonte, El
Mohán, la palabra de esos jóvenes, represada hacía
tantos años por la guerra,
reemplazada por el ruido sordo de los fusiles, empezó a
fluir y comenzaron a
contar4

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