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SERIE: APOCALIPSIS

CLASE 11:
Nuestro Dios está
sentado en el trono
Apocalipsis 4
¿Qué aprendimos en el capítulo 4?
- Dios es soberano, Él está sentado en su trono, y esto para la iglesia
de Juan era de gran consuelo
¿Qué aprenderemos en el capítulo 5?
- Toda la historia está en manos de Dios. Dios esta en control del
universo y por tanto el controla todos los elementos de la historia
y esa historia conduce para su propia gloria
- Su Hijo Jesús es el gran vencedor, y que al final, no importa la
persecución, venceremos con Cristo
- Si al final la historia no se dirige a un destino especifico marcado
por el soberano del universo sentado en su trono, somos los seres
de más conmiseración de la tierra
- El libro del Apocalipsis lo que hace es mostrarnos como la última
parte del plan de Dios fue inaugurado y que es inevitable que los
juicios de Dios sean desatados sobre la tierra
Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro
escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Apo 5:2 Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es
digno de abrir el libro y desatar sus sellos?
Apo 5:3 Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra,
podía abrir el libro, ni aun mirarlo.
Apo 5:4 Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno
digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.

Debemos tratar de visualizar la escena que nos describe Juan. Tiene un


antecedente en la visión de Ezequiel: «Miré, y vi una mano extendida
hacia mí, y en ella un libro enrollado. Lo extendió delante de mí, y
estaba escrito por delante y por detrás; y había escritos en él cantos
fúnebres, gemidos y ayes» (Eze_2:9).
Dan 12:1 En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que
está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual
nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo
será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.
Dan 12:2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán
despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión
perpetua.
Dan 12:3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del
firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las
estrellas a perpetua eternidad.
Dan 12:4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el
tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se
aumentará.
Estaba sellado con siete sellos. Eso puede indicar una de dos cosas.
(a) Cuando se acababa un rollo, se ataba con guitas y se sellaban los
nudos. El único documento ordinario que se sellaba con siete sellos era
el testamento. Según el derecho romano, los siete testigos del
testamento lo sellaban con sus sellos, y solo se podía abrir cuando los
siete, o sus representantes legales, estaban presentes. El rollo puede
que fuera lo que podríamos llamar el testamento de Dios, Su última
voluntad sobre los asuntos del universo.
(b) Es más probable que los siete sellos representen sencillamente un
profundo secreto. El contenido del rollo era tan secreto que estaba
sellado con siete sellos. La tumba de Jesús también fue sellada para
mantenerla intacta (Mat_27:66 ); el Evangelio de Pedro, apócrifo, dice
que estaba sellada con siete sellos para asegurarse de que no la abriera
ninguna persona que no estuviera autorizada.
Los sellos van a ser el puente hacia el capítulo 6 y al desenlace de los
acontecimientos que ocuparán el resto del libro.
Para Juan ese misterioso libro complica la situación tremendamente. El
rollo plantea el problema básico que estará presente en el resto del
libro: ¿Tiene sentido la historia? ¿Cómo encontrarlo? ¿Cómo mantener
la esperanza bajo las circunstancias aparentemente imposibles de la
vida? El Apocalipsis ofrece una respuesta inconfundible, sin tapujos:
sólo el Cordero está capacitado para desentrañar la lógica última del
proceso histórico. Es más, el Cordero que ha vencido en la cruz y la
resurrección es el único que puede salvar la historia misma, para que
no termine en la tragedia que a corto plazo parecía vislumbrarse.
2Ts 1:6 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que
os atribulan,
2Ts 1:7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros,
cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de
su poder,
2Ts 1:8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no
conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor
Jesucristo;
2Ts 1:9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la
presencia del Señor y de la gloria de su poder,
2Ts 1:10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos
y ser admirado en todos los que creyeron
Desde un principio este rollo está en la mano poderosa del ocupante del trono:
el eterno Creador del universo es el Soberano de todo el proceso histórico.
¡Nuestros tiempos están en buenas manos! Pero nos extraña en seguida ver
que paradójicamente no es Dios mismo quien abre los sellos. En cambio, un
ángel de muy poderosos pulmones procede a clamar a todos los extremos del
universo invitando a quien sea digno de romper los sellos y de abrir el libro.
Pero en ningún rincón de la creación se halla alguien que pueda
abrirlos. Ante el silencio cósmico, Juan se pone a llorar desconsoladamente.
¿Por qué no puede quedar el libro en la diestra del ocupante del trono y Dios
mismo abrir los sellos? Parece ser por su gracia. Si el Dios tres veces santo y
justo nos juzgara sin que mediara el Cordero, el juicio sólo podría ser
condenatorio. Por eso el Padre ha delegado todo juicio al Hijo (Jn 5:22s., 27).
Ahora el que ha de juzgar a la humanidad es el mismo que murió por ellos. El
Cordero es el único que podrá ejecutar los decretos y juicios del ocupante del
trono. Sin el Cordero, tendríamos que llorar; con el Cordero presente en el
escenario, podemos cantar.
Apo 5:5 Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de
la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar
sus siete sellos.
Juan estaba llorando, y sin embargo sus lágrimas eran innecesarias. El
dolor humano muchas veces brota de un conocimiento insuficiente. Si
fuéramos pacientes y confiados, veríamos que Dios tiene Sus propias
soluciones para las situaciones que nos producen lágrimas.
El anciano le dice a Juan que Jesucristo ha obtenido tal victoria que está
capacitado para abrir el libro y desatar sus sellos. Eso quiere decir tres
cosas.
- Quiere decir que por Su victoria sobre la muerte y todos los poderes
del mal, y por Su completa obediencia a la voluntad de Dios está
capacitado para conocer los secretos de Dios;
- está capacitado para revelar los secretos de Dios;
- y tiene el privilegio y la misión de controlar las cosas que han de ser.
Por lo qué Jesús hizo, es el Señor de la Verdad y de la Historia.
Habiendo escuchado tales palabras de esperanza pronunciadas por el
anciano y luego de haber estado viendo el círculo exterior de los
ancianos, Juan vuelve la cara para mirar de nuevo hacia el Trono (5:6).
Lógicamente hubiera esperado ver al mencionado León, pero cuál
habrá sido su sorpresa al encontrar algo totalmente distinto: ¡un
Cordero! Es uno de los momentos más dramáticos y geniales en todo
el libro. La repentina sustitución de un símbolo por otro muy distinto
(un león por un cordero) impacta profundamente al lector quien de
inmediato comienza a intuir una serie de verdades cristianas.
(i) El Cordero tiene todavía las señales de haber sido sacrificado. Ahí
tenemos la imagen del sacrificio de Cristo, todavía visible en los lugares
celestiales, donde Jesucristo es el Que nos amó y Se entregó a Sí
mismo por nosotros.
(ii) Esto tiene otra lado. Este mismo Cordero, todavía con las señales de
haber sido sacrificado, es el Cordero de los siete cuernos y los siete
ojos.
(a) Los siete cuernos representan la omnipotencia.
Aquí tenemos una gran paradoja: el Cordero lleva las heridas
sacrificiales; pero al mismo tiempo está revestido del poder del mismo
Dios para desbaratar a Sus enemigos El Cordero tenía siete cuernos; el
número siete representa la perfección; el poder del Cordero es
perfecto más allá de toda resistencia.
(b) El Cordero tiene siete ojos, que representan a los Espíritus de Dios enviados
por toda la Tierra. El antecedente se encuentra en Zacarías, donde el profeta ve
las siete lámparas que son " los ojos del Señor, que recorren toda la Tierra"
Zec_4:2; Zec_4:10 ). Es una figura misteriosa, pero está claro que representa la
omnipotencia de Dios. De forma casi inquietante dice que no hay lugar de la
Tierra que esté oculto a la mirada de Dios.
Aquí tenemos una presentación impresionante de Cristo como el cumplimiento
de todas las esperanzas y los sueños de Israel, porque es el León de la tribu de
Judá y la Raíz de David; es el único Cuyo sacrificio se aplica a toda la
humanidad, porque sigue llevando sus marcas en los lugares celestiales. Pero la
tragedia se convirtió en victoria, y la vergüenza en gloria; y Él es el único Cuyo
poder todo conquistador es irresistible, y Cuya mirada escrutadora es
inescapable.
Pocos pasajes de la Sagrada Escritura muestran tan bien al mismo tiempo la
majestad y la mansedumbre de Jesucristo, y combinan en el mismo cuadro la
humillación de Su muerte y la gloria de Su Resurrección.
Cuando Juan ha observado bien este descomunal Cordero, pasa otra cosa
insólita: ¡el Cordero se atreve a acercarse al trono sin ser llamado ni esperar
autorización! En la antigüedad, por muchas razones obvias, el acceso al rey
estaba celosamente vigilado. Ester, por ejemplo, sabía el peligro de muerte
que corría al entrar ante su propio esposo (Est 4:1).304 Pero aquí las
sorpresas van acumulándose una sobre otra: el Cordero no sólo se acerca al
trono sino que extiende la mano para tomar el tan importante libro.
Hubiéramos esperado el más solemne castigo o al menos una severa
amonestación al tan atrevido Cordero. Pero va a pasar todo lo contrario: ¡el
Cordero va a ser adorado, en la mismísima presencia del ocupante del
trono! Con un solo paso el Cordero viene a ocupar el centro de todo el
escenario y de hecho del universo. Con este paso todo se hace nuevo para la
humanidad; ¡éste sí fue "un gran paso para la humanidad"! Al tomar el rollo,
el Cordero queda autorizado a ejecutar todos los decretos y juicios en él
inscritos. El Cordero se revela como Señor soberano de la historia y del
futuro.
El Cordero transforma el llanto en canto
La reacción al atrevido acto del Cordero (5:7) trae otra gran sorpresa:
¡los vivientes y los ancianos, que ya venían adorando día y noche al
ocupante del trono, ahora sin demora se arrodillan ante el Cordero!
De repente el Cordero está rodeado de veintiocho seres postrados a
sus pies (5:8s.). Desde ese momento comienza todo un concierto
hímnico que seguirá en crescendo hasta alcanzar dimensión cósmica.

Apo 5:8 Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los
veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían
arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los
santos;
Apo 5:9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el
libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre
nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
Apo 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y
reinaremos sobre la tierra.
Los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos alaban al Cordero
porque murió. En este himno se resumen los resultados de la muerte
de Jesucristo.
(i) Fue una muerte sacrificial; es decir: con un propósito. No fue un
accidente de la Historia; ni tampoco la muerte trágica de un hombre
bueno y heroico por causa de la justicia y de Dios; fue una muerte
sacrificial. La finalidad del sacrificio era restaurar la relación perdida
entre Dios y el hombre; y fue con ese propósito, y con ese resultado,
como murió Jesucristo.
(ii) La muerte de Jesucristo fue universal en sus beneficios. Él murió
por los hombres y las mujeres de todas las razas. Hubo un tiempo en
que los judíos creían que Dios no Se preocupaba nada más que de ellos
y no quería nada más que la destrucción de los otros pueblos. Pero en
Jesucristo conocemos a un Dios Que ama a hombres de todas las razas.
(iii) La muerte de Jesucristo fue efectiva. Él no murió inútilmente. En
este himno se especifican tres aspectos de la Obra de Cristo.
(a) Él nos hizo reyes
(b) Nos hizo sacerdotes.
(c) Nos dio victoria.
Apo 5:11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y
de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de
millones,
Apo 5:12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno
de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la
gloria y la alabanza.

Apo 5:13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y


debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí
decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la
honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
Apo 5:14 Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro
ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los
siglos de los siglos.

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