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LA BIBLIA: FUENTE AUTORITATIVA DE NUESTRA TEOLOGÍA

Lección 4 para el 25 de abril de 2020


Incluso si queremos vivir solo de acuerdo con la Biblia, nuestra comprensión de
la Escritura está significativamente moldeada e influenciada por una serie de
factores: las tradiciones a las que estamos acostumbrados y con las que
crecimos, la forma en que se nos educó para pensar y usar la razón para
explicar las cosas, nuestra experiencia con ciertas personas e ideas, y la cultura
formativa que nos rodea.
La prioridad dada a cualquier fuente o combinación de fuentes tiene una
influencia significativa en nuestra teología; finalmente determinará la dirección
de toda la tarea teológica.

La tradición.
La experiencia.
La cultura.
La razón.
La Biblia.
LA TRADICIÓN
“Tened cuidado y no os dejéis llevar por quienes os quieren
engañar con teorías y falsos argumentos, pues ellos no se
basan en Cristo, sino en las tradiciones de los hombres y en
los poderes que dominan este mundo” (Colosenses 2:8 DHHe)
¿Qué hay de bueno en la tradición?
La tradición nos ayuda a recordar nuestra historia
y nos transmite las lecciones y experiencias de
nuestros antepasados.
En la Biblia encontramos tradiciones, como la
fiesta de Purim, que recuerdan la liberación del
pueblo de Dios.
En Estados Unidos, por ejemplo, se sigue
recordando la llegada de los padres peregrinos a la
tierra de libertad.

¿Qué hay de malo en la tradición?


Las tradiciones pueden llegar a suplantar la
verdad (Marcos 7:1-13) al agregar elementos
erróneos y supersticiones contrarias a la fe.
LA EXPERIENCIA
“¿Dónde, pues, está aquel sentimiento de felicidad
que experimentabais? Porque os doy testimonio de
que, de ser posible, os hubierais sacado vuestros
propios ojos para dármelos” (Gálatas 4:15)
¿Qué hay de bueno en la experiencia?
Nuestra comprensión de Dios se basa en
nuestras experiencias vividas con Él.
Recordar la forma en que Dios nos ayudó o
estuvo a nuestro lado en muchos momentos
de nuestro pasado nos ayuda a seguir
adelante hacia la meta.
¿Qué hay de malo en la experiencia?
No todas las experiencias son buenas. En
ocasiones, lo que experimentamos o sentimos
no proviene de Dios.
Por eso, es peligroso basar nuestra fe o nuestra
doctrina en lo que sentimos o experimentamos
en ciertos momentos, cuando esto contradice lo
que la Biblia nos enseña.
LA CULTURA
“Porque todo lo que hay en el mundo, los
deseos de la carne, los deseos de los ojos,
y la vanagloria de la vida, no proviene del
Padre, sino del mundo”
(1ª de Juan 2:16)
¿Qué hay de bueno en la cultura?
En muchos países, la cultura tiene una gran
influencia bíblica.
Aún en los que no es así, encontramos
elementos culturales que son perfectamente
compatibles con las enseñanzas bíblicas.
¿Qué hay de malo en la cultura?
La cultura puede tener rasgos que nos hagan
parecer bueno lo malo, o viceversa (Isaías
5:20).
Por eso, todo rasgo cultural ha de evaluarse
con la Biblia, y ésta debe prevalecer. Si algo
hay que cambiar, deben ser nuestros rasgos
culturales erróneos.
LA RAZÓN
“Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra
el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento
para que se someta a Cristo” (2ª de Corintios 10:5 NVI)
¿Qué hay de bueno en la razón?
La capacidad de razonar proviene de Dios. Con
ella, podemos llegar a conclusiones correctas y
ser convencidos por la verdad (2P. 1:12; Jn. 16:8).
La razón nos hace sabios, siempre que esté
sometida a la voluntad de Dios (Pr. 9:10).
Incluso nuestra adoración debe ser racional
(Rom. 12:1), y no solo sentimental.
¿Qué hay de malo en la razón?
Es muy peligroso creer que nuestra razón es capaz de
abarcarlo todo.
Al no aceptar aquello que no podemos racionalizar,
rechazamos lo que no entendemos, lo sobrenatural.
Alejamos de nosotros a Dios, el único que puede darnos
salvación y vida eterna.
“Porque si creyeseis a Moisés,
LA BIBLIA me creeríais a mí, porque de
mí escribió él” (Juan 5:46)
¿Qué hay de bueno en la Biblia?
Es el libro que Jesús mismo nos invita a estudiar (Juan
5:39) y a creer (v. 46).

Es la Palabra inspirada de Dios, útil para nuestra


enseñanza (2ª de Timoteo 3:16).
En cuestión de fe y doctrina está por encima de la
tradición, la experiencia, la cultura y la razón. Todas
ellas han de ser evaluadas y analizadas por la Biblia.

¿Qué hay de malo en la Biblia?


Nada. Siempre y cuando nos
dejemos guiar en su estudio por
su propio autor: el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo nunca nos
guiará a una verdad o
comprensión que contradiga lo
que Él reveló en la propia Biblia.
“No debiéramos permitir que ningún
argumento humano nos desvíe de una
investigación cabal de la verdad bíblica.
Las opiniones y costumbres de los
hombres no han de ser recibidas como si
tuviesen autoridad divina. Dios ha
revelado en su Palabra en qué consiste
todo el deber del hombre, y nosotros no
hemos de dejarnos apartar de la gran
norma de justicia. Él envió a su Hijo
Unigénito para que fuese nuestro
ejemplo, y nos invita a oírle y seguirle”

E.G.W. (La educación cristiana, pg. 227)

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