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ORACION: Sábado 21 de Septiembre.

San Mateo, apóstol y evangelista.

.
V/. - Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. - Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.

Himno.
El trabajo, Señor, de cada día
nos sea por tu amor santificado,
convierte su dolor en alegría
de amor, que para dar tú nos has dado
Paciente y larga es nuestra tarea
en la noche oscura del amor que espera;
dulce huésped del alma, al que flaquea
dale tu luz, tu fuerza que aligera.

En el alto gozoso del camino,


demos gracias a Dios, que nos concede
la esperanza sin fin del don divino;
todo lo puede en Él quien nada puede. Amén.
Salmo 118,169-176: XXII (Tau)

Ant: Que tu mano, Señor, me auxilie,


ya que prefiero tus decretos.

Que llegue mi clamor a tu presencia,


Señor, con tus palabras dame inteligencia;
que mi súplica entre en tu presencia,
líbrame según tu promesa;
de mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus leyes.
Mi lengua canta tu fidelidad,
porque todos tus preceptos son justos;
que tu mano me auxilie,
ya que prefiero tus decretos;
ansío tu salvación, Señor;
tu voluntad es mi delicia.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien;
. me extravié como oveja perdida:
busca a tu siervo, que no olvida tus mandatos

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo


como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.


LECTURA (1Jn 3,17-18)
Si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le
cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos
míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.

V/. Dichoso el que se apiada y presta.


R/. Su recuerdo será perpetuo.
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que a la hora de tercia enviaste tu
Espíritu Defensor a los Apóstoles, derrama también sobre
nosotros ese mismo Espíritu de amor, para que, ante los hombres,
demos siempre fiel testimonio de aquel amor que has querido que
fuera el distintivo de los discípulos de tu Hijo. Que vive y reina por
los siglos de los siglos.
Amén

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