Miguel Alemán Valdés (Sayula de Alemán, Veracruz; 29 de
septiembre de 19001 – Ciudad de México; 14 de mayo de 1983) fue un político y abogado mexicano que se desempeñó como presidente de México del 1 de diciembre de 1946 al 30 de noviembre de 1952. Su administración se caracterizó por la creación de la Ciudad Universitaria y la industrialización de México. Fue miembro de las academias de la lengua de México, de España, de Colombia y de Nicaragua, y recibió el grado de doctor honoris causa de varias universidades nacionales y extranjeras. Con él se inició el país de los "Cachorros de la Revolución", como los llamó Vicente Lombardo Toledano. Carrera política[editar] Desde los primeros años de su vida profesional litigó siempre en defensa de los derechos de los trabajadores; se dedicó de lleno a defender a los mineros de Pachuca, a donde iba todos los días por seis años con sus amigos Fernando Casas Alemán y Gabriel Ramos Millán. Como su tesis profesional la hizo sobre los problemas laborales y sus compensaciones, logró en sus luchas contra las compañías mineras que se reconociera a la silicosis como una enfermedad profesional, para hacer valer los derechos de estos trabajadores. Su tesis como abogado, sobre riesgos y enfermedades profesionales, fue tomada como base para la legislación obrera vigente. Alemán ejerció su profesión por un corto tiempo en Tamaulipas, y después en Las Choapas, Veracruz, litigando a favor del sindicato petrolero. Tras la muerte de su padre en 1929, regresó a la ciudad de México y consiguió trabajo en el despacho de su tío paterno, el político Eugenio Méndez. A principios de 1931 contrajo matrimonio con la guanajuatense Beatriz Velasco, tuvieron tres hijos; Miguel, Beatriz y Jorge Francisco. Ese mismo año, la sobresaliente labor de alemán fue reconocida y fue nombrado abogado auxiliar de la Secretaría de Agricultura y Fomento, donde más tarde ocupó la dirección del Departamento Forestal. A la creación de las Juntas Federales de Conciliación y Arbitraje, renuncia a la burocracia y se pone a litigar. Asociado con sus amigos y ex condiscípulos Gabriel Ramos Millán, Manuel Ramírez Vázquez, Rogerio de la Selva, Fernando Casas Alemán y Raúl López; abrió una pequeña firma de abogados en la calle Humboldt. Su especialidad era el derecho laboral; defendió a trabajadores y representaba sindicatos: los mineros de Real del Monte y los petroleros de El Águila. También empleaba sus buenos contactos con políticos veracruzanos para acercarse a sindicatos transportistas. En junio de 1936, en el Café de Tacuba de la ciudad de México, fue asesinado el candidato a gobernador Manlio Fabio Altamirano Flores. Su cercana colaboración con el general Cárdenas así como su propia habilidad política le permitieron a Alemán ser nombrado candidato a la gubernatura de Veracruz. El 1 de diciembre de 1936, Alemán tomó posesión de su nuevo cargo. Integró su gabinete con sus amigos y antiguos compañeros de estudio. Sus objetivos principales estaban enfocados a modernizar la administración pública y consolidar una labor constructiva. Por eso emitió una ley inquilinaria. Con el apoyo del presidente Cárdenas, puso fin a veinte años del conflicto religioso en su estado y concedió de buena gana la reapertura de las iglesias. Otro de sus triunfos fue la unificación campesina. Con la expropiación petrolera, Alemán viajó a la ciudad de México y encabezó un bloque de gobernadores que avalaron la decisión presidencial. Veracruz fue su experimento local de modernización, el mismo que pondría en práctica en la presidencia. El general Manuel Ávila Camacho sacó a Alemán de la gubernatura para hacerlo coordinador de su campaña presidencial. Tras la hazaña de haber sido director de la campaña pro Ávila Camacho, que con buenas y malas mañas Alemán había sacado adelante; a nadie sorprendió que el nuevo presidente lo integrara en su gabinete, confiriéndole el cargo de Secretario de Gobernación, que desempeñó cabalmente del 1 de diciembre de 1940 al 18 de junio de 1945. Durante su estancia en esa secretaría, Alemán impulsó el turismo, la cinematografía y la regeneración penitenciaria. Sin embargo, limitó la libertad de expresión al hacer que se despidiera a un reportero de El Universal por el simple hecho de publicar artículos críticos sobre la política inflacionaria. Siendo secretario de Gobernación, su mayor problema fue enfrentar la enemistad con Maximino Ávila Camacho, causa por la que presentó su renuncia muchas veces, la cual no fue aceptada por el presidente Ávila Camacho. Con la muerte inesperada, en todo caso oportuna, de Maximino, la candidatura de Alemán a la presidencia ya no se topaba con ningún obstáculo. Para las elecciones de 1946 se presentaron cuatro candidatos: Miguel Alemán Valdés por el PRI, Ezequiel Padilla por el Partido Democrático Mexicano y el Partido Acción Nacional, el general Agustín Castro por el Partido Nacional Constitucionalista y el Gral. Enrique Calderón por el Partido Reivindicador Popular Revolucionario. Sin embargo, el opositor más fuerte de Miguel Alemán fue Ezequiel Padilla, ex secretario de Relaciones Exteriores. El Jefe de su campaña política fue Ramón Beteta Quintana.
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales