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Teoría de la justicia

o axiología jurídica
 Axiología: es la rama de la filosofía que estudia la
naturaleza de los valores y juicios valorativos.

 Axiología jurídica: doctrina del deber ser del


derecho.

 La teoría de la justicia es el tema central de la


filosofía del derecho.
 La teoría de la justicia o axiología jurídica tendrá
como objeto de estudio los valores que fundamentan
o generan el derecho y los fines que éste pretende y
desea alcanzar, así como el análisis crítico-valorativo
del derecho positivo vigente y la discusión racional
sobre los valores éticos que se desea ver reflejados en
el derecho para que éste pueda ser considerado como
justo.
 Todo derecho tiene el sentido de realizar una serie de
valores, por lo que la tendencia a tal realización es un
elemento esencial de aquél; el examen de tales valores, lo
mismo que el de su jerarquía y el de sus posibles
conflictos.

 Tendrá que elaborarse en estrecha relación con la


filosofía moral o ética, la filosofía política y social, con las
teorías sobre los derechos fundamentales, y con los
diversos problemas que a lo largo de la historia del
pensamiento jurídico y del derecho han surgido.
 Deberá reflexionar al mismo tiempo tanto sobre los valores
del derecho existente o vigente en una sociedad, como sobre
los del derecho ideal, teniendo en cuenta que el derecho se
mueve dentro de la dialéctica de lo legal y lo justo.

 De igual manera, habrá que tomarse en cuenta que la teoría


de la justicia como el derecho, no puede dejar de plantearse ni
mantenerse al margen de los problemas prácticos morales y
políticos que la sociedad origina a través de su desarrollo.

 Problemas como el aborto, la eutanasia, la legitimidad de la


guerra, la justificación de la pena capital, el medio ambiente,
la bioética, el genoma humano, etcétera.
 Cada época histórica, y dentro de ella cada sociedad y
cada cultura, ha tenido y tiene una imagen o idea de
justicia; incluso, los contenidos de la justicia han sido y
son objeto de reflexiones e interpretaciones diversas, de
disenso tanto entre los individuos como entre los grupos
y hasta de luchas por el poder.

 La justicia no es objeto de conocimiento científico;


también somos conscientes de que todas las teorías sobre
la justicia y los sistemas sociales que las reflejan nos
aparecen imperfectos y marcados con una buena dosis de
relativismo.
 La filosofía del derecho no puede renunciar a tratar
racionalmente el tema de la justicia, ni la teoría de la
justicia puede abdicar de la racionalidad práctica.

 Lo primero tiene su fundamento en el propio ser y


existir de la filosofía, ya que filosofar es una actividad
y ejercicio propios de la razón; y desde ella se tendrá
que analizar la justicia.
 Se necesita derecho y justicia, en la medida en que
los hombres comparten el mismo ámbito vital y por
ello no pueden evitar influirse recíprocamente, al
menos ocasionalmente.

 El derecho y la justicia afectan a las personas, no a


cada una tomada aisladamente sino en su influencia
recíproca, en su convivencia.
La Justicia

 La justicia, siendo una disposición de la voluntad, no


es una norma sino una cualidad, un hecho. También
se califica de justa o injusta a una ley.

 Podría decirse, incluso, que la justicia es un valor.


Pero en la medida en que la justicia se predica de un
comportamiento humano o del hombre que lo
realiza, constituye una virtud.
La Justicia

 Cuando la justicia se atribuye a una creación humana


constituye un valor social, el valor social por excelencia,
el valor que define y configura como jurídica la vida
social.

 Como virtud, en cambio, representa un valor de la vida


personal, un valor altísimo, que le da la dimensión de
una virtud general.

 En cuanto se ha pensado en la justicia con referencia al


derecho, la concepción de la misma como virtud general,
se ha restringido.
 La primera característica se desprende de lo escrito en el
apartado anterior; y es que, cuando se trata de justicia, lo
primero que viene a la mente del ser humano es la
medida, el límite sobre el objeto o bien de que se trate.

 Ahora bien, que tenga sentido emitir un juicio de justicia


sobre un acto humano, significa que éste es susceptible
de una medida impersonal; pero medida que supone, por
lo menos, el respeto a la persona en lo que vale, evitando
con ello la acepción de personas.
 Esto da lugar a otra nota que caracteriza a la justicia:
la impersonalización, en cuanto valor social.

 La justicia tiene que ser así, impersonal, porque se


atiene a límites, sin atender a lo que la consideración
de la persona por amor le exigiría hacer.
 Por lo mismo, la justicia alcanza una objetivación
distinta de la del amor y responderá tanto más y
mejor a su esencia, cuanto más impersonal sea.

 Pero el que la justicia exija límite y medida, como su


característica ontológica, no significa en quien la viva
ninguna actitud de conformismo frente a las
ordenaciones vigentes, las cuales pueden ser
injustas.
 Otra característica de la justicia es que ese
ajustamiento tiene que ser ad alterum, es decir, en
relación a otro, a un extraño.
 El ser propio de la justicia, es decir, el tenerse que
dar con relación a otro, le confiere una característica
especial, y es que incluso como virtud de la vida
personal, se orienta hacia lo objetivo y social.
 Podría dar la impresión que a la justicia sólo le correspondería
hacer valer ciertos preceptos negativos: no matarás, no
hurtarás, etc. Por lo que con ella no se trataría de edificar, de
construir, sino tan sólo de conservar bienes elementales como
la vida, la familia, la propiedad.

 Pero debemos entender que su esencia no se agota en esos


aspectos negativos, ya que ella contiene algo sumamente
positivo: el aseguramiento de la esfera de libertad de las
personas.

 En este sentido debemos entender lo que significa la


afirmación de que donde hay ley es allí donde se puede
encontrar la libertad.
 La libertad sólo puede ser limitada a favor de la
libertad misma, esto es, sólo para asegurar que la
misma libertad, u otra libertad diferente, sea
debidamente protegida, y para ajustar el sistema de
libertades de la mejor manera
 La misma justicia hace posible la creación del
ambiente adecuado y propicio para que en la
sociedad el hombre pueda vivir los valores más
excelsos y sublimes: sin justicia no es posible la paz,
la tranquilidad, la seguridad, el orden, etc.
 Lo que quiere decir, que, la justicia marca y en ella
misma se encuentra el límite entre la esfera personal
y la social del hombre; al mismo tiempo que hay que
entenderla como una categoría ética que por
naturaleza pide su institucionalización y
socialización.
La justicia y la equidad

 La justicia entraña una tensión incancelable: su esencia


es la igualdad; reviste, por tanto, la forma de lo general y
aspira siempre, sin embargo, a tener en cuenta el caso
concreto y al individuo concreto, en su individualidad.

 Esta justicia proyectada sobre el caso concreto y el


hombre concreto, recibe el nombre de equidad.

 Sin embargo, el postulado de la equidad no puede llegar


a realizarse nunca por entero; una justicia
individualizada es una contradicción consigo misma,
pues la justicia requiere siempre normas generales.
 Justicia y equidad no son distintos valores, sino distintos
caminos para llegar al valor uno del derecho.

 La justicia ve el caso singular desde el punto de vista de la


norma general, la equidad busca en el caso singular su propia
ley, que al mismo tiempo y finalmente debe tolerar su
conversión en ley general, ya que en fin de cuentas, la equidad
como la justicia es de naturaleza generalizadora.

 La equidad es la justicia del caso concreto y por eso su


consideración no le obliga a variar su fórmula jurídica: el
derecho es la realidad, cuyo sentido estriba en servir a la
justicia.
 Para Kant la equidad no es en absoluto un motivo de
apelación a la obligación ética de otros, a su
benevolencia o bondad, sino que aquél que exige algo
basado en la equidad se apoya en su derecho, y lo
único que ocurre es que le faltan las condiciones
necesarias, de acuerdo con las cuales el juez podría
determinar en qué medida o de qué manera deberían
serle satisfechas sus pretensiones.
 El juez es una pieza esencial e indispensable del
orden jurídico positivo.
 Claro que el juez debe obediencia a las leyes; éstas no
pueden operar por sí solas, sino únicamente a través
de la interpretación que se les dé.
 El intérprete más indicado es el juez, quien debe
realizar esta función de tal manera que lleve a la
individualización más justa de la norma general y
que conduzca también a la solución más justa entre
todas las posibles. Es decir, la interpretación por
equidad.

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