El desarrollo del conocimiento científico y tecnológico modifico la mentalidad de
las personas, que tomaron conciencia del valor de su libertad y de su capacidad racional. Esta “nueva era” fue concebida como superior y se sustento de tres principios que se oponían a la mentalidad medieval: -La ciencia -La razón -El progreso LA CIENCIA
Se produjo un importante cambio en la mentalidad de las personas, que
cambió la visión medieval del mundo. La influencia de la Iglesia comenzó a disminuir y el ser humano se convirtió en el centro del universo. Los científicos empezaron a observar la naturaleza y a usar la razón como método para comprender el mundo que les rodeaba. LA RAZÓN
Mediante la cual se explicaba racionalmente la dinámica de la naturaleza y de
la sociedad Existen cambios importantes en la forma de percibir y explicar el mundo y todo lo que lo rodea EL PROGRESO
La Modernidad es un periodo que principalmente antepone la razón sobre la
religión. Se crean instituciones estatales que buscan que el control social esté limitado por una constitución y la vez se garantizan y protegen las libertades y derechos de todos como ciudadanos. Surgen nuevas clases sociales que permiten la prosperidad de cierto grupo poblacional y de la marginalidad de otro. Se industrializa la producción para aumentar la productividad y su economía; y, finalmente, es una etapa de actualización y cambio permanente. HABITOS ALIMENTICIOS
El periodo comprendido desde el siglo XV hasta el principio del XIX es el momento
en el que se fijan las principales costumbres alimentarías de la mayoría de los países europeos, costumbres que se conocen con el nombre de cocina tradicional. Y es que el 60% de la ración calórica de todos los europeos que pertenecían a las clases bajas era la misma: el pan y las harinas de cereal. El pan se comía acompañado, con muy poca cantidad, de tocino, salazón, cebolla, ajo, aceite o cualquier otro producto que le diera un complemento de sabor o que disimulara su sequedad. El pan que consumía el pueblo era siempre de aspecto negro o moreno, ya que para su elaboración se utilizaban otros cereales diferentes al trigo que le daban esta coloración. Las clases aristocráticas tomaban, a diferencia de las clases populares, el pan blanco de trigo. El plato por excelencia de la mayor parte de las familias europeas de clase popular era la sopa y su acompañamiento: el cocido. Aunque no tenemos información de todas las zonas de Europa, todas las investigaciones apuntan a que esta comida es casi el único plato de la alimentación diaria de las clases populares, y ello desde la Edad Media hasta mediados del siglo XVIII.