El yogur, para que se pueda etiquetar como tal a nivel
comercial, ha de estar producido con leche fermentada por
un cultivo simbiótico de dos bacterias: Lactobacillus delbrueckii ssp. bulgaricus (antes conocido como Lactobacillus bulgaricus1 o con el nombre común lactobacilo búlgaro) y Streptococcus salivarius ssp.