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Alex Salazar
Contra los fallos de apelación especial pueden invocarse, en
casación, los submotivos de forma previstos en los numerales 2)
y 3) del artículo 440 del Código Procesal Penal
Tesis anterior:
“…cuando se aleguen defectos de procedimiento tales como que en la sentencia
de la Sala de la Corte de Apelaciones no se expresen de manera concluyente los
hechos que el juzgador tuvo como probados y los fundamentos de la sana crítica
que se tuvieron en cuenta, así como cuando fuera manifiesta la contradicción
entre dos o más hechos que se tuvieron por probados en la misma resolución;
esos casos de procedencia son viables cuando se ha planteado apelación
genérica, no así para el caso de la apelación especial, porque en cuanto a este
último recurso, la Sala jurisdiccional carece de la facultad de acreditar hechos o
valorar prueba. En otras palabras, no es factible que en casación se denuncie que
el Tribunal que conoció del recurso de apelación especial no hubiese sido
concluyente en cuanto a los hechos que tuvo como probados, ni en cuanto a los
elementos de la sana crítica que se tomaron en cuenta, como tampoco sería
viable atribuirle contradicción entre hechos acreditados, pues en aplicación del
principio de intangibilidad probatoria, establecido en el artículo 430 del Código
Procesal Penal, ese tribunal en apelación especial tiene prohibición expresa de
hacer mérito de los elementos de convicción y no puede tener por demostradas
cuestiones fácticas…” Sentencia expediente 2885-2015.
Fundamento de la innovación:
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en los casos que se citan a
continuación, consideró lo siguiente: a) Herrera Ulloa vs. Costa Rica [Sentencia de
dos de julio de dos mil cuatro]: “…De acuerdo al objeto y fin de la Convención (…) se
debe entender que el recurso que contempla el artículo 8.2.h de dicho tratado debe
ser un recurso ordinario eficaz mediante el cual un juez o tribunal superior procure la
corrección de decisiones jurisdiccionales contrarias al derecho. Si bien los Estados
tienen un margen de apreciación para regular el ejercicio de ese recurso, no pueden
establecer restricciones o requisitos que infrinjan la esencia misma del derecho
de recurrir del fallo. (…) Independientemente de la denominación que se le dé al
recurso existente para recurrir un fallo, lo importante es que dicho recurso
garantice un examen integral de la decisión recurrida.”; b) Vélez Loor vs.
Panamá, [Sentencia de 23 de noviembre de 2010]: “…La jurisprudencia de esta Corte
ha sido enfática al señalar que el derecho a impugnar el fallo busca proteger el
derecho de defensa, en la medida en que otorga la posibilidad de interponer un
recurso para evitar que quede firme una decisión adoptada en un procedimiento
viciado y que contiene errores que ocasionarán un perjuicio indebido a los intereses
del justiciable. La doble conformidad judicial, expresada mediante la íntegra revisión
del fallo condenatorio o sancionatorio, confirma el fundamento y otorga mayor
credibilidad al acto jurisdiccional del Estado, y al mismo tiempo brinda mayor
seguridad y tutela a los derechos del condenado. En este sentido, (…) Para que
haya una verdadera revisión de la sentencia, en el sentido requerido por la
Convención, es preciso que el tribunal superior reúna las características
jurisdiccionales que lo legitiman para conocer del caso concreto. Sobre este
punto, si bien los Estados tienen cierta discrecionalidad para regular el
ejercicio de ese recurso, no pueden establecer restricciones o requisitos que
infrinjan la esencia misma del derecho a recurrir del fallo. La posibilidad de
"recurrir del fallo" debe ser accesible, sin requerir mayores complejidades que tornen
ilusorio este derecho”;
y c) Mohamed Vs. Argentina, [Sentencia de veintitrés de noviembre de dos
mil doce], argumentó en cuanto al acceso al recurso que: “…La eficacia del
recurso implica que debe procurar resultados o respuestas al fin para el cual
fue concebido. Asimismo, el recurso debe ser accesible, esto es, que no
debe requerir mayores complejidades que tornen ilusorio este derecho. En
ese sentido, la Corte estima que las formalidades requeridas para que el
recurso sea admitido deben ser mínimas y no deben constituir un obstáculo
para que el recurso cumpla con su fin de examinar y resolver los agravios
sustentados por el recurrente (…) Debe entenderse que,
independientemente del régimen o sistema recursivo que adopten los
Estados Partes y de la denominación que den al medio de impugnación
de la sentencia condenatoria, para que éste sea eficaz debe constituir
un medio adecuado para procurar la corrección de una condena
errónea. Ello requiere que pueda analizar cuestiones fácticas,
probatorias y jurídicas en que se basa la sentencia impugnada, puesto
que en la actividad jurisdiccional existe una interdependencia entre las
determinaciones fácticas y la aplicación del derecho, de forma tal que
una errónea determinación de los hechos implica una errada o indebida
aplicación del derecho…”. [Los resaltados no aparecen en el texto original]
derecho de impugnación también es recogido en la Constitución Política de la
República de Guatemala, particularmente en el artículo 12 que indica: “…La
defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser condenado,
ni privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal
ante juez o tribunal competente y preestablecido…”. En esa línea de ideas se ha
pronunciado esta Corte al considerar que “…El principio jurídico del debido
proceso, consagrado en el artículo 12 de la Constitución (…),
comprende que las partes puedan hacer valer sus
medios de defensa, en la forma y con las
solemnidades prescritas en las leyes respectivas; ello
implica el ejercicio del derecho de impugnar las
decisiones judiciales que crean han sido
dictadas sin apego a derecho y, complementando
esa facultad, al impugnante le asiste también el
derecho a obtener de la autoridad un
pronunciamiento que ponga término, del modo más
rápido posible, a la situación que se le presenta…”(El
resaltado no aparece en el texto original). En ese sentido se pronunció este
Tribunal en la sentencia de treinta de noviembre de dos mil nueve, dictada en el
expediente 1081-2009.
El principal obstáculo al acceso al recurso de casación
por los submotivos de forma contenidos en los
numerales 2) y 3) del Artículo 440 del Código Procesal
Penal, ha sido la limitación contenida en el Artículo 430
del citado cuerpo normativo, que prescribe: “…La
sentencia (se refiere a las de apelación especial) no
podrá en ningún caso hacer mérito de la prueba o de los
hechos que se declaren probados conforme a las reglas
de la sana crítica razonada. Únicamente podrá referirse
a ellos para la aplicación de la ley substantiva o cuando
exista manifiesta contradicción en la sentencia
recurrida…”.
el numeral 2) relacionado regula que procede la casación: “…Si la
sentencia no expresó de manera concluyente los hechos que el juzgador
tuvo como probados y los fundamentos de la sana crítica que se tuvieron
en cuenta…”.
Esta norma revela que existen, al menos, dos supuestos inmersos en este
submotivo:
a) Si la sentencia no expresó de manera concluyente los hechos que el
juzgador tuvo como probados; y
b) Si la sentencia no expresó los fundamentos de la sana crítica que se
tuvieron en cuenta.
Lo resaltado en los párrafos precedentes es necesario para enfatizar,
como primer punto, que los submotivos no hacen alusión a valoración de
prueba por parte de la Sala o a aplicación de las reglas de la sana crítica
sobre prueba valorada en esta, sino a un deber de motivación del fallo de
apelación especial, ya que el sentido literal del verbo “expresar” refiere a
“… Manifestar con palabras, miradas o gestos lo que se quiere dar a
entender…” (Diccionario de la Real Academia Española,
/http://dle.rae.es/?id=HL0WDTE); de manera que ese término no debe
confundirse con “probar” que es tarea atribuida al tribunal de sentencia.
Gramaticalmente, el enunciado “…Si la sentencia no expresó de
manera concluyente los hechos que el juzgador tuvo como
probados…” contiene al menos dos verbos principales, “expresar” y
“tener”. El primero, atribuible a la sentencia, corresponde a un sujeto
indeterminado para la oración, pero que por integración del Artículo
442 del Código Procesal Penal -limitación del conocimiento- puede
atribuirse a la Sala de Apelaciones. La segunda acción, “tener”, es
atribuida por la misma norma a un “juzgador”; su inclusión sugiere la
existencia de dos sujetos en ese enunciado, la Sala y un “juzgador”, de
manera que congruente con el principio de intangibilidad probatoria -
que prohíbe a la Sala alterar los hechos e indirectamente le otorga
exclusividad de esa operación al tribunal sentenciador-, podemos
inferir fácilmente que ese juzgador se refiere al Tribunal de Sentencia.
Lo anterior permite a este Tribunal advertir que el multicitado
submotivo contenido en el numeral 2) de forma debe leerse así: “…Si la
sentencia [de la Sala] no expresó de manera concluyente los hechos que
el juzgador [tribunal de sentencia] tuvo como probados y los
fundamentos de la sana crítica que se tuvieron en cuenta…”; esa misma
lógica es aplicable al numeral 3) del mismo artículo, en cuanto a que
debe entenderse “…Cuando es manifiesta la contradicción entre dos o
más hechos que se tienen por probados [por el Tribunal de
Sentencia] en la misma resolución [de la Sala]…”.
la correcta intelección de esas disposiciones normativas no atribuyen al tribunal
de apelación especial la realización de la función exclusiva del sentenciador -
determinar los hechos probados y aplicar la sana crítica a ellos-, por lo que la
hipótesis acerca de que el recurso de casación, en estos supuestos, es posible
únicamente para el recurso de apelación no materializa el derecho de acceso al
recurso.
Estas mismas circunstancias hacen surgir algunos panoramas que deben
considerarse. Primero, si por denuncia del impugnante, la Sala no advierte que el
sentenciador no expresó de manera concluyente los hechos que el juzgador tuvo
como probados; o bien, que existe manifiesta contradicción entre dos o más
hechos que el tribunal de sentencia tuvo por probados, haciendo suyo el error de
aquel tribunal -vicios de forma-. En ese supuesto, el tribunal de casación debe
comprobar la deficiencia aludida y como contralor de la legalidad y juridicidad
del proceso, anular la sentencia de la Sala con el consecuente efecto de reenvío
para que ésta corrija dicha falencia.
Lo anterior hace surgir una segunda posibilidad, consistente en que la Sala, al
resolver un motivo de fondo, base la aplicación de la ley sustantiva sin expresar
de manera motivada o fundada, los hechos que el sentenciador tuvo como
probados, pero que fueron concluyentes para la aplicación de esa ley sustantiva o
constitucional. Esto es la vulneración al deber de motivación, pero que radica,
puntualmente en la relación que a la Sala sí le es permisible partir de los hechos
acreditados o referirse a ellos para la aplicación de la ley sustantiva. En este
supuesto, el tribunal de casación debe actuar nuevamente conforme al Artículo
448 del Código Procesal Penal, anulando la sentencia de la Sala y ordenando el
reenvío para que esta fundamente adecuadamente su resolución.
no debe confundirse con el sub motivo contenido en el
artículo 440, numeral 6 del Código Procesal Penal,
porque este alude de manera general y abierta a la
ausencia de motivación, en tanto que los numerales 2 y
3 de esa norma, lo que contienen son eventuales casos
de falta de fundamentación por no haber expresado
la sentencia de la Sala, de manera concluyente: a) si
la sentencia no expresó de manera concluyente los
hechos que el juzgador tuvo como probados y los
fundamentos de la sana crítica que se tuvieron en
cuenta o b) cuando es manifiesta la contradicción entre
dos o más hechos que se tienen por probados en la
misma resolución.
De esa suerte, si la falta de motivación radica en tales
supuestos, el recurso de casación ha de promoverse
con invocación de tales sub motivos y cuando la
carencia de fundamentación no radique especialmente
en aquellas falencias, el sub caso de procedencia a
invocar sería el previsto en el Artículo 440, numeral 6,
del código aludido.
debe traerse a colación que el Artículo 42 de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad
faculta al Tribunal Constitucional que al pronunciar
sentencia, se interprete siempre en forma extensiva la
Constitución, con el objeto de brindar la máxima protección
en esta materia. En casos como el presente, debe
privilegiarse el derecho a recurrir de las partes, por lo que
este Tribunal, con fundamento en el Artículo 43 de la ley de
la materia, concluye en apartarse de su jurisprudencia, con
relación a la inviabilidad de los numerales 2) y 3) del
Artículo 440 del Código Procesal Penal para el recurso de
casación contra la sentencia de apelación especial.
Sentencia en la que se incorpora la innovación
jurisprudencial es expediente 5594-2015.
Reiterado en los expedientes 1921-2014 y 5631-2015
Viabilidad de impugnar , mediante recurso de casación,
toda sentencia de apelación especial, incluidas las que
disponen el reenvío del proceso
Tesis anterior:
Para que una resolución sea revisable por el tribunal de
casación, es requisito indispensable que esta sea definitiva
y produzca efectos conclusivos; es decir, que ponga fin a la
acción, a la pena o bien, al propio proceso. El citado criterio
se hacía descansar en la idea de que sólo era viable acudir
en casación contra resoluciones definitivas, a efecto de
evitar que se provoquen en el proceso penal dilaciones
innecesarias, que vayan en detrimento de los derechos que
ostentan los sujetos procesales. (Criterio contenido, entre
otras, en las sentencias de trece de febrero y cinco de
octubre, ambas de dos mil siete, dictadas dentro de los
expedientes 2253-2006 y 1060-2007, respectivamente).
Tesis actual:
Contra toda resolución que resuelva de manera
definitiva el recurso de apelación especial, cabe
casación, indistintamente de si el fallo de apelación
acoge o no el recurso, por motivos de forma o de fondo.
Si se acude al amparo sin agotar previamente casación,
se incumple con el presupuesto procesal de
definitividad que hace inviable su planteamiento.
El Artículo 437 del Código Procesal Penal establece: “El
recurso de casación procede contra las sentencias o
autos definitivos dictados por las salas de
apelaciones que resuelvan: 1. Los recursos de apelación
especial de los fallos emitidos por los tribunales de
sentencia, o cuando el debate se halle dividido, contra
las resoluciones que integran la sentencia…”
En la jurisprudencia asentada con anterioridad, se ha omitido
analizar si, efectivamente, el precepto legal citado prevé la
existencia de sentencias con la característica de “definitivas”, para
ser objeto de casación, o el calificativo de definitivo corresponde a
los autos contra los que puede instarse el citado recurso, y no a las
sentencias. Ello, partiendo de una reflexión sobre la naturaleza de
las sentencias que se emiten en materia penal y desde un
necesario análisis interpretativo del texto del Artículo 437
aludido. Con relación a lo primero, se puede afirmar que las
sentencias en materia penal, particularmente las que deciden
apelación especial, siempre llevan inmerso conocimiento de
fondo del asunto, aunque lo que resuelvan sean sub motivos de
forma. Es decir, que una sentencia de apelación especial que
resuelva, sub casos de apelación especial por vicios in
iudicando o improcedendo, siempre conlleva materia de
conocimiento por parte de la Sala que ameritaría, eventualmente,
su análisis en casación. Es decir, las sentencias de las Salas, que lo
que deciden es el reenvío del proceso, no carecen de contenido
sustancial aunque el pronunciamiento que contengan, sea
relativo al sub motivo de forma de que conocen.
el recurso de casación procede contra “las sentencias o autos
definitivos”; es decir, que claramente establece que el recurso
extraordinario procede contra dos tipos de resoluciones: i) las
sentencias o ii) los autos definitivos. Tal distinción atiende al
hecho de que el adjetivo calificativo “definitivos”,
gramaticalmente no se refiere a la palabra “sentencias”, en tanto
que no existe un signo de puntuación que así lo indique, como,
por ejemplo ocurriría si la frase expresara: “El recurso de casación
procede contra las sentencias o autos, definitivos…”; además, cabe
considerar que en el contexto del enunciado, la conjunción “o” se
utiliza con valor disyuntivo, de tal cuenta que se pretende
distinguir entre una u otra de las probabilidades de los tipos de
resoluciones sujetas a impugnación, es decir las sentencias “o”
autos definitivos, no como ocurriría, verbigracia, si se utilizara la
conjunción “y” expresando: “El recurso de casación procede
contra las sentencias y autos definitivos…”, porque en ese caso,
eventualmente, resultaría razonable inferir que tanto a las
sentencias como a los autos se les exige la característica de
“definitivos” para ser objeto de casación.
La segunda razón que motivó este nuevo análisis, radica en que permitir que se
acuda directamente al amparo contra sentencias de apelación especial, que
conocen cualquiera de los motivos, vulnera el principio de subsidiariedad del
amparo, según el cual, este instrumento constitucional no es sustituto ni vía
paralela a la jurisdicción ordinaria. La interpretación sostenida en esta
innovación jurisprudencial, hace viable la interposición del recurso de casación
contra las sentencias de apelación especial que ordenan el reenvío del proceso,
con lo cual, se permite que el máximo tribunal de la materia en la jurisdicción
ordinaria, sea el que verifique si las Salas jurisdiccionales, al asumir esa
decisión, incurrieron en alguna deficiencia (verbigracia, falta de motivación o
violación al principio de intangibilidad de la prueba), lo que, a su vez, garantiza
la seguridad y certeza jurídicas en el proceso, en virtud de que asegura que la
ejecución del reenvío, que en determinados casos conlleva, incluso, la
anulación y renovación del juicio, se efectúe hasta que tal decisión se encuentre
firme y, en su caso, haya sido debidamente verificada por el tribunal de
casación, cumpliendo así con la administración de justicia pronta, cumplida y
eficiente que exige la sociedad actual, evitando el desgaste innecesario que
eventualmente acontece en el sistema de justicia cuando, de acuerdo con la
doctrina legal vigente, los tribunales constitucionales otorgan amparo dejando
en suspenso las sentencias que ordenan el reenvío, debido a que en
determinados casos, ello ocurre cuando ya se ha materializado la renovación del
trámite o, incluso, la celebración del nuevo juicio, provocando incertidumbre
en el desarrollo de los procesos penales.
esta Corte se separa de la jurisprudencia asentada en
anteriores oportunidades y concluye que en el proceso
penal, las sentencias de las Salas jurisdiccionales que
acogen el recurso de apelación especial por motivo de
forma y ordenan el reenvío, son susceptibles de ser
impugnadas por medio del recurso de casación, de
conformidad con lo regulado en Artículo 437, numeral
1), del Código Procesal Penal.
Innovación jurisprudencial que aparece en el
expediente 69-2016 de la Corte de Constitucionalidad.
Reiterado en los expedientes acumulados 228-2016 y
232-2016; y en el expediente 2732-2015.
Resulta prematuro acudir al amparo contra decisiones
dictadas en la etapa de ofrecimiento de prueba; debe
interponerse reposición que equivale a protesta de
anulación formal