“[…] el comportamiento de una obra de ingeniería en
una masa rocosa atravesada por discontinuidades viene
seguramente más influenciado por el carácter de las superficies que la forman y por el tipo de material de relleno, que por la mera presencia de las discontinuidades.” Deere, Don U. 1963, «Technical Description of Rock Core for Technical Purposes». Don U. Deere definió entre 1963 y 1967 su RQD, o Rock Quality Designation, como el porcentaje de recuperación de testigos de más de 10 cm de longitud (en su eje, y sin tener en cuenta las roturas debidas al propio proceso de perforación) respecto de la longitud total de sondeo. Es el índice más usado para medir el grado de fracturación de un macizo rocoso. Nos da idea del número y condiciones de las fracturas que afectan a los materiales. Es ampliamente utilizado en las clasificaciones geomecánicas como la Q de Barton, RMR de Bieniawski o SMR de Romana para el estudio de túneles, presas o taludes rocosos. El RQD pasó a formar parte de las clasificaciones geomecánicas más habituales, aunque se debe tener en cuenta que: No sirve para suelos, por mucho que algunos se empeñen Se desarrolló para rocas ígneas, por lo que falla bastante en rocas estratificadas No debe tenerse en cuenta en el caso de roturas por desecación, retracción o tensiones longitudinales Depende de la dirección del sondeo Hay que saber usarlo con precaución En algunos casos, no existe la posibilidad de medir el % RQD por lo que puede recurrirse a correlaciones empíricas para su determinación a partir de medidas realizadas en los afloramientos rocosos. Algunas de estas correlaciones son las expuestas a continuación:
•RQD = 115 -3,3 Jv Palmstrom (1975)
•RQD = 100e-0,1d(0,1d+1) Hudson (1989)
Donde Jv es el número total de discontinuidades por
metro cúbico y d la densidad de las discontinuidades.