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INTRODUCCIÓN

En nuestra sociedad, hablar de la muerte es casi un tema tabú. Es raro


que alguien hable sobre ella; nos resulta muy difícil asumir que la vida
tiene fin y ver la muerte como “un acontecimiento más” en el proceso
de la vida, formando hasta cierto punto parte de ella y cerrándola.
Los últimos días en la vida del enfermo, fase terminal, requieren una
atención especial. En esta etapa pueden aparecer nuevas necesidades
y causas de sufrimiento tanto para el enfermo como para la familia.
Estas necesidades requieren un enfoque dirigido a potenciar el
bienestar y el confort físico, emocional y espiritual; a fomentar la
consecución de una muerte digna y en paz; y a apoyar a familiares y
cuidadores para que el recuerdo de esta fase sea lo más positivo
posible.
RESUMEN
La “enfermedad terminal” es aquella que no tiene tratamiento específico curativo
o con capacidad para retrasar la evolución, y que por ello conlleva a la muerte
un tiempo variable (generalmente inferior a seis meses); es progresiva.

 Los aspectos psicológicos del paciente critico ante la enfermedad son la


culpa, el desvalimiento, inferioridad y la ansiedad.
 La conducta sana y la conducta enferma son las presentes en el paciente
terminal ante la enfermedad.

Los factores que influyen en el proceso de morir son: la edad, el tipo de


enfermedad, las posibilidades de tratamiento, la personalidad del individuo, las
creencias ante la muerte, el tipo de apoyo familiar y de los amigos y asistencia
sanitaria.
OBJETIVO
GENERAL

 Analizar la importancia del tema “paciente terminal, el dolor y la muerte”

OBJETIVOS
ESPECÍFICOS

 Conocer los conceptos básicos como “paciente terminal” y “enfermedad terminal”.


 Describir las características fundamentales y los aspectos psicológicos del paciente crítico
ante la enfermedad.
 Identificar cuáles son conductas que presenta el paciente terminal ante la enfermedad y
cuáles son los factores que influyen en el proceso de morir.
 Comprender el proceso del duelo – duelo patológico.
CONCLUSIONES

 El paciente terminal amerita no ser abandonado por parte del médico tratante. Cuando termina la
posibilidad de un tratamiento curativo debe estar disponible sea para un tratamiento paliativo,
sintomático o bien acompañarlo hasta su muerte.
 Cuando familia y enfermo trabajan conjuntamente el proceso de morir, el miedo, la desesperanza y la
tristeza por la pérdida, dan paso a la seguridad, tranquilidad, satisfacción, incluso alegría, por la
liberación que supone cuidar el enfermo hasta el último minuto según su voluntad, hasta morir en paz
y con dignidad, sea cual sea el lugar del óbito.
 El ambiente físico, el contexto emocional y la realidad espiritual de morir pueden ser muy diferentes
para aquellas personas que tienen una relación cercana con dicho proceso, ya sea por sus propias
creencias, expectativas o experiencias. Sin embargo, resulta más difícil, para aquellas otras, menos
relacionadas con el suceso de final de vida. Por tanto, esa distancia o proximidad es clave en la
perspectiva de la muerte.
 La intensidad y duración del duelo varían en cada persona, pero suele ser proporcional al significado
de la pérdida, por lo que los cuidados proporcionados a pacientes y familia durante una enfermedad
terminal influyen profundamente en el duelo que sigue a la muerte.
RECOMENDACIONES

 Asumir que nuestra profesión brinda la oportunidad especial de ayudar y confortar al moribundo, así como
de proporcionar consuelo y comprensión a sus familiares, en un momento muy difícil y de acuciante
necesidad de apoyo humano.
 Animar al Equipo de Salud a escuchar a los pacientes que deseen hablar de sus miedos y temores.
Procurar una relación franca y sincera entre el Equipo de Salud y el paciente y sus familiares.
 En cuanto a dar información al paciente sobre el pronóstico de su enfermedad, no podemos negar al
enfermo tanto el derecho de conocer la verdad como de no querer conocerla. Así pues, habrá que valorar
si lo desea y es conveniente o no, por medio del trato directo con él, a través de sus preguntas, actitudes y
también valorándolo con la familia.
 Ofrecerle al paciente la posibilidad de ayuda religiosa en las horas finales de su vida, si así lo desea.
 Contemplar la asistencia a la familia en el duelo, intentando en la medida de lo posible evitar la aparición
del duelo patológico.
AGRADECIMIENTO
En primer lugar, agradecemos a Dios por habernos permitido llegar hasta este
punto, darnos salud, ser el manantial de vida y obsequiarnos lo necesario
para seguir adelante día a día logrando nuestros objetivos.
A nuestra mentora y psicóloga Isbi Vilela y a la Universidad San Martín de
Porres por permitirnos obtener información completa y provechosa para la
investigación de este trabajo.
También un agradecimiento especial a nuestros padres y familiares que están
presentes y apoyándonos en nuestro recorrido académico.

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