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Jesús

de
Nazareth
¿Quién fue Jesús?

¿Qué secreto se encierra en este galileo


fascinante, nacido hace dos mil años
en una aldea insignificante del Imperio romano
y ejecutado como un malhechor
en las afueras de Jerusalén,
cuando rondaba los treinta años?
¿Quién fue este hombre que ha marcado
decisivamente la religión, la cultura,
el arte de Occidente?
¿Cómo entendió su vida?
¿Qué defendió?
¿Dónde está la fuerza de su persona
y la originalidad de su mensaje?
¿Por qué lo mataron?
¿En qué terminó la aventura de su vida?
Probablemente nadie ha tenido un poder
tan grande sobre los corazones;
nadie ha expresado como él las inquietudes
e interrogantes del ser humano;
nadie ha despertado tantas esperanzas.
¿Por qué su nombre no ha caído en el olvido?
¿Por qué todavía hoy, cuando las ideologías
y religiones experimentan una crisis profunda,
su persona y su mensaje
siguen alimentando la fe
de tantos millones de hombres y mujeres?
Jesús, un judío de Galilea
• Se llamaba Yeshúa, y a él probablemente le
agradaba. Según la etimología más popular, el
nombre quiere decir “Yahvéh salva”. Se lo había
puesto su padre el día de su circuncisión.
• Era un nombre corriente en aquel tiempo. La
gente de su pueblo le llamaba “Yesúa bar
Yosef”, en otras partes le decían “Yesúa ha-
notsrí”
• Galilea era una sociedad agraria. Los
contemporáneos de Jesús vivían del campo,
como todos los pueblos del siglo I integrados
en el Imperio.
• En la región del lago Tiberíades, donde tanto
se movió Jesús, la pesca tenía gran
importancia.
• Las tierras de Galilea pertenecían a Roma, la
capital del Imperio, por eso exigían el
correspondiente tributo a quienes trabajaban
la tierra.

• Los grandes terratenientes vivían de ordinario


en las ciudades y arrendaban sus tierras a los
campesinos del lugar y las vigilaban por medio
de administradores.
• Hay indicios de que en tiempos de Jesús estos
grandes propietarios fueron haciéndose con
nuevas tierras de familias endeudadas.

• Había muchos campesinos que trabajaban


tierras de su propiedad, ayudados por toda su
familia. Muchos eran jornaleros que se
movían por las regiones buscando trabajo.
¿Cómo entendió su vida?
• En un determinado
momento, Jesús se acercó a
Juan el Bautista, escuchó su
llamada a la conversión y se
hizo bautizar por él en las
aguas del río Jordán.

• En el silencio de la noche,
Jesús escucha la voz de Dios
que lo llama a una misión
nueva.
• Jesús, da por terminada la preparación que el
Bautista ha impulsado hasta entonces y
transforma su proyecto en otro nuevo.

• En Él se va despertando una convicción: Dios


va a actuar en esta situación desesperada de
un modo insospechado. Lo que Juan esperaba
para el futuro empieza ya a hacerse realidad.
• Jesús comienza a hablar su propio lenguaje: Está
llegando el Reino de Dios. No hay que seguir
esperando más, hay que acogerlo. Es necesario
proclamar a todos esta “Buena Noticia”.

• El pueblo se ha de convertir, pero la conversión


no va a consistir en prepararse para un juicio,
como pensaba Juan, sino en “entrar” en el Reino
de Dios y acoger su perdón salvador.
• Para Jesús, ha llegado el momento de celebrar
comidas abiertas a todos, para acoger y
celebrar la vida nueva que Dios quiere
instaurar en su pueblo.

• Convierte así el banquete compartido por


todos en el símbolo más expresivo de un
pueblo que acoge la plenitud de vida querida
por Dios.
• Jesús se entendió
a sí mismo como:

– Hijo de Dios.
– Creyente fiel.
– Hombre de oración.
– Profeta itinerante.
– Reformador pacífico.
– Portador de la Buena Noticia del Reino.
– Repartidor de perdón inmerecido.
¿Dónde está la fuerza
de su persona?
• “Jesús pasó por el mundo
haciendo el bien” (Hch.10,38)
• Contagia salud y vida. Las
gentes de Galilea lo sienten
como alguien que cura
porque está habitado por el
Espíritu y la fuerza sanadora
de Dios.
• La gente no acude a él en
busca de remedios, sino para
encontrarse con él.
• En la raíz de esta fuerza curadora e inspirando
su actuación está siempre su amor compasivo.

• Por eso cura siempre de manera gratuita. No


busca nada para sí mismo. La curación que
suscita la llegada del Reino de Dios es gratuita.

• Tiene su propio estilo de curar. Lo hace con la


fuerza de su palabra y los gestos de sus
manos. Su palabra es clara.
¿A quiénes defendió?
• La actividad de Jesús
en medio de las
aldeas de Galilea y su
mensaje del “Reino de
Dios” representaban
una fuerte crítica al
sistema establecido
por el Imperio.
• Su firme defensa de los indigentes y
hambrientos, su acogida preferente a los
últimos de aquella sociedad o su condena de
la vida suntuosa de los ricos de las ciudades,
era un desafío público a aquel programa
socio-político que impulsaba Antipas,
favoreciendo los intereses de los más
poderosos y hundiendo en la indigencia a los
más débiles.
• Jesús defendió a los últimos de Galilea: los
que no tienen nada, gentes que viven al
límite, los desposeídos de todo, los que están
en el otro extremo de las minorías poderosas.

• Afirmaba con su vida y sus palabras que Dios


se posiciona del lado de los que no tienen a
nadie, de los que son “material sobrante del
Imperio”: mujeres, prostitutas, viudas,
huérfanos, vagabundos, enfermos,
pecadores…
• Los pecadores son sus
compañeros de mesa,
los publicanos y las
prostitutas gozan de su
amistad.
• Sentarse a la mesa con
alguien es siempre una
prueba de respeto,
confianza y amistad.
No se come con
cualquiera…
• “Ahí tienen un comilón,
bebedor de vino, amigo
de pecadores…” (Lc.14)
¿Por qué lo mataron?
• Su trágico final no fue una sorpresa, se había ido
gestando día a día desde que comenzó a anunciar
con pasión el proyecto de Dios que llevaba en su
corazón.
• Mientras la gente lo acogía casi siempre con
entusiasmo, en diversos sectores se iba
despertando la alarma.
• La libertad de ese “tal Jesús”, aquel hombre lleno
de Dios, resultaba inquietante y peligrosa.
• Su vida y predicación entraba en
conflicto con sectores fariseos y
recibió una fuerte oposición de
las autoridades religiosas.
• La idea de la muerte no le era
extraña, pues así terminaban los
profetas en Israel: rechazados,
incomprendidos, perseguidos.
• Jesús vio y vivió su muerte como
consecuencia lógica de su
entrega incondicional al
proyecto de Dios.
• Jesús no interpretó su muerte desde una
perspectiva sacrificial. No era su lenguaje.
Nunca imaginó a su Padre como un Dios que
pedía de él su muerte y destrucción para
restaurar “su honor”.
• Jesús entiende su muerte como ha entendido
siempre su vida: un servicio al Reino de Dios a
favor de todos.
• “Yo estoy en medio de ustedes como el que
sirve”, así estará también en la cruz, como el
que sirve.
¿En qué terminó
la aventura de su vida?
• “La muerte no ha podido con
Jesús; el crucificado está vivo.
Dios lo ha resucitado”.
• Para los primeros cristianos,
por encima de cualquier otra
representación o esquema
mental, la resurrección de
Jesús es una actuación de Dios
que, con su fuerza creadora,
lo rescata de la muerte para
introducirlo en la plenitud de
su propia vida.
• El resucitado “se deja ver”. Se produce un
encuentro personal con Jesús lleno de vida.
• El encuentro es un regalo. Los discípulos no
hacen nada para provocarlo.
• Es una experiencia pacificadora que los
reconcilia, que organiza el caos interior que
dejó la cruel crucifixión de su amigo, de su
maestro.
• Es una experiencia que los transforma de raíz.
• Es un encuentro que necesitan comunicar a
otros para contagiar la vida recibida.
Y a mí,
¿qué me cautiva
de Jesús?
¿Qué valores,
deseos,
sentimientos,
esperanzas,
actitudes de Jesús
quiero que se
hagan vida en mi
vida?
¿Cómo puedo cultivar
mi adhesión a Jesús?

¿Cómo deseo vivir


mi vida?

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