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Elección del proyecto:¿Cómo cuidar el

agua?

Ciencias 3 Sebastian Hernandez


Flores
Con énfasis en química 3+H
¿Qué pasa al desperdiciar al agua?
El agua es uno de los elementos básicos para el sostenimiento de la vida en nuestro planeta,
pero el uso y el reparto es extremadamente desigual dependiendo de la zona en la que se
nace. De no tener agua potable en varios kilómetros a la redonda a gastar varios cientos
de litros diarios por personas. En este nuevo número de la revista ¿Por qué? hablamos de la
necesidad de conservar el agua.
Pero también otros temas como los discursos populistas, xenófobos, racistas y machistas que
parecen haber encontrado cierto freno en Holanda y de cuáles son algunas de las claves
para combatirlos.
¿Qué hacer?
El 70% de la superficie está cubierta con agua pero en su mayoría por océanos y menos del
1% es agua disponible para consumo humano. Por eso es tan importante evitar la
contaminación del agua.

En Argentina, la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación estimaba a


2010 que el 82.6% de los hogares tenía acceso a agua segura de red pública.

Otros estudios recientes sobre el panorama del agua en Argentina estiman que el 89% de la
población tiene acceso a agua potable y que un 11% consume agua de pozos contaminados
o de fuentes sin tratamiento o habilitación legal. Asimismo, se calcula que aproximadamente el
45% de la población tiene acceso a servicios de saneamiento.

El agua contaminada es un factor de riesgo porque a través de ella se pueden transmitir


enfermedades como hepatitis, cólera, malaria, dengue y diarreas, por ejemplo. El cuidado del
agua es una responsabilidad compartida socialmente y desde cada hogar se puede contribuir
con simples prácticas de consumo eficiente para que las futuras generaciones puedan contar
con este recurso indispensable para la vida.
¿Cómo hacerlo?
Cerrar las canillas durante el cepillado de dientes, en lugar de dejar correr el agua.
No dejar goteando las canillas.
Usar los baldes para lavar los autos en lugar de la manguera.
Hacer duchas más cortas.
Reciclar el agua de la pileta para regar las plantas o baldear la vereda.
Regar las plantas justo antes del ocaso para evitar que se evapore el agua con el sol.
Explicarle a los chicos sobre la importancia del agua para la vida y de que se trata de un bien escaso.
Aprovechar muy bien cada lavado de ropa, desde luego no conviene sobrecargar el lavarropas pero tampoco es
conveniente hacer un lavado por tres prendas para no desperdiciar agua.
El agua y la naturaleza La fórmula del agua es H2O, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
El 70% del agua en el mundo se destina para regar cultivos agrícolas, es decir para producir alimentos, como por
ejemplo el trigo, que es la base del pan y las harinas (galletitas y pastas). En Argentina se utiliza el 75% del agua
para agricultura, el 9% para destino industrial y el 16% para abastecimiento, de acuerdo con datos de la FAO.
Según información de Naciones Unidas para producir un kilo de carne vacuna se necesitan 15.000 litros de agua y
para uno de arroz casi la tercera parte: 3.500 litros.
El agua se presenta en la naturaleza en tres estados: líquido, como los ríos, gaseoso como las nubes o sólido como el
Glaciar Perito Moreno. Para experimentar con los niños: el agua líquida de la canilla puede transformarse en
gaseosa, por ejemplo si se pone en la olla para que hierva (para cocinar ñoquis) se empieza a evaporar, los vidrios
empañados son un indicador de agua evaporada. También puede convertirse en sólida si llenamos la cubetera con
agua en el freezer, en un par de horas, tendremos cubitos de hielo, como pequeñas piedras de agua, que si se
descongelan con el calor, vuelven al estado líquido.
¿Por qué cuidar el agua?
El agua es el componente básico para la vida. De ella depende la supervivencia de casi todos
los seres vivos que habitamos este planeta. Sin agua no habría vida. En realidad, no habría
planeta, ya que el 70% está formado por agua.
El 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por agua. Es el único planeta del sistema
solar donde el agua puede permanecer en estado sólido, líquido o gaseoso en la superficie.
Por eso creemos que existe en cantidad suficiente para garantizar la vida de todas las
especies que habitan en este planeta, y que nunca se va a acabar.
Sin embargo, la mayor parte es agua salada que se encuentra en los océanos y mares, y no
es apta para el consumo. El 3% del volumen total es dulce, pero de esta última, solo un 1%
está en estado líquido; el 2% restante se encuentra en estado sólido, en plataformas de hielo
en las latitudes próximas a los polos.
A la luz de estos porcentajes, es fácil darse cuenta que la cantidad de agua apta para el
consumo es muy poca para cubrir las demandas de una población que aumenta en forma
exponencial. Si a este aumento de la demanda le sumamos los problemas que ocasiona el
cambio climático y los efectos del calentamiento global que han elevado las temperaturas de
las aguas, y la contaminación provocada por diferentes factores, nos encontramos frente a un
serio problema de escasez de este recurso vital.
¿Por qué hacerlo?
La crisis de agua en el mundo afecta tanto a los países ricos como a los países más pobres o en vías de
desarrollo.
Un informe del Fondo Mundial de la Naturaleza (más conocido como WWF por sus siglas en inglés) nos
advierte que cuando se habla de problemas de agua siempre se hace referencia a los 3.000 millones de
personas que no tienen acceso al agua potable; sin embargo nunca se mencionan los problemas de agua
que los países ricos no han resuelto y que cada vez son más graves. Según el WWF, la riqueza
económica no significa automáticamente la posesión de agua plena. Y como ejemplo cita a dos
importantes ciudades -Houston y Sídney- que enfrentan serios problemas de escasez de agua.
Por efecto del cambio climático los países más pobres se enfrentan a prolongadas sequías; en cambio,
para los países más ricos el problema pasa por el derroche o la contaminación. En ambos casos, el
resultado es el mismo: el agua se acaba.
Pero, como sucede casi siempre, el impacto es mucho mayor en los países menos desarrollados, ya que los
países ricos no sólo desperdician sus propios recursos sino que también utilizan el agua de los países en
desarrollo.
A partir de los procesos de globalización, muchas empresas que pertenecen a las primeras potencias
mundiales instalan sus plantas de producción en las zonas más pobres del planeta, para conseguir bajar
los costos con mano de obra barata. Y, por supuesto, utilizan los recursos hídricos de ese país, ya de por
sí escasos.

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